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Mordaza bolivariana en Madrid

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Amedrentar e insultar a los periodistas es lo normal en Podemos y sus diferentes marcas blancas. Sin embargo, lo acontecido hace unos días es diferente a lo que ocurría antes.

Hay momentos en los que Madrid está especialmente cerca de Caracas o Quito, al menos en sentido figurado. Son instantes en los que, por ejemplo, un centro cultural del Ayuntamiento de la capital de España se convierte en algo parecido a una sede del PSUV de Nicolás Maduro o el Movimiento Alianza PAIS de Rafael Correa. Ocurrió la semana pasada. El público que había ido a escuchar al concejal de Economía y Hacienda, Carlos Sánchez Mato, dedicó a los periodistas presentes epítetos como “hijos de puta”, “vendidos” o “mercenarios”.

El político de Ahora Madrid (marca blanca de Podemos en la capital española) ha negado en Twitter que esos insultos se produjeran, pero sí existieron. Quien esto escribe fue uno de los profesionales de los medios a los que dedicaron esas “lindezas” por hacer su trabajo: preguntar sin “dorar la píldora” al representante del poder. Es probable que Sánchez Mato considere que, tal y como afirmaba Lenin, “la mentira es un arma revolucionaria”.

Que en un acto se trate de amedrentar a los periodistas es lo normal en Podemos y sus diferentes marcas blancas. El insulto, el buscar acobardar a aquel informador que no se pliega a tus deseos, también es un arma revolucionaria. Sin embargo, lo acontecido hace unos días es diferente a lo que ocurría antes.

Es cierto que el acto estaba organizado por dos asociaciones de vecinos. Pero la realidad es más compleja. El evento se celebraba en un espacio cedido por el Ayuntamiento, gobernado por Ahora Madrid, y el ponente era el concejal de distrito (que además lo es de Economía y Hacienda). Sánchez Mato inauguraba un ciclo, en ese local de propiedad municipal, cuyo nombre no deja lugar a dudas de su hostilidad hacia la prensa y sus profesionales: “Por una información de calidad. Cómo nos manipulan los medios”.

Antes de que comenzaran los insultos, Sánchez Mato había ido caldeando el ambiente con su intervención. Acusó a los medios de servir a determinados intereses, y de ocultar cuáles eran. Al más puro estilo de Rafael Correa, apuntó de forma directa contra algunos medios en concreto. Como Maduro, y antes Chávez, acusó a las empresas del sector de estar al servicio del poder financiero.

Llegó incluso a decir que hay algunos mass media que tienen entre sus accionistas a empresas de armamento y que por eso apoyan determinadas guerras. Sólo ante la insistencia de un periodista, que tuvo que preguntarle al respecto en dos ocasiones, reconoció que no conocía ningún caso de esto último en España.

Sánchez Mato también criticó que los periodistas informen de unas cosas y no de otras, de las que él considera que tienen que informar. Atacó, de forma irónica pero sin piedad, a los medios por no considerar relevante lo que él y el Ayuntamiento creen que debe ser tratado como tal.

En definitiva, el poder político abroncaba a la prensa por decidir por sí misma. Y, de paso, iba calentando el ambiente contra aquellos profesionales de los medios que habían acudido al lugar para hacer su trabajo sin jalearle.

En Podemos y sus filiales molesta mucho que se les compare con el chavismo, al que están unidos de forma innegable. Pero la realidad es la que es. Se parecen en demasiados aspectos, y el modo de tratar a los periodistas no afines es uno de ellos. Aunque, al menos, en España no tienen el poder de amordazar a los medios del que sí disponen en Venezuela o Ecuador.

3 Comentarios

  1. Es lo normal de todos estos
    Es lo normal de todos estos fascistas. Y son vulgares fascistas porque no creen, ni han creído nunca en la libertad de prensa, ni en ninguna otra, salvo la libertad de hacer ellos lo que les venga en gana. Y digo más, sólo les atraen las dictaduras tercermundistas, porque es lo que sus pobres mentes entienden, no dan para más. Me da igual la cantidad de idiotas que les votan, ya sean mil o cien millones, siempre defenderé al individuo, por muy sólo que esté, frente a la masa aborregada.

  2. Me parece estupendo que cada
    Me parece estupendo que cada vez que te acerques a presenciar un linchamiento, denuncies que se ha producido un linchamiento, que no por esperado es menos inmoral.

  3. Curioso que se señalen los
    Curioso que se señalen los ejemplos de Caracas o Quito, y no el de Tegucigalpa, México DF, o Bogotá.


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