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Música y revolución

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Las últimas semanas anduvo medio mundo, y Cuba entera (tanto la del interior como esa formada por millones de seres humanos condenados al exilio), revuelto con el concierto de Juanes en la habanera Plaza de la Revolución. Sin embargo –más allá de los análisis, opiniones e interpretaciones que cada uno haga– la realidad es que este espectáculo no ha tenido ni va a tener ningún efecto real sobre la vida de los cubanos. Cuando ya se han apagado los focos, así como desconectado los altavoces, amplificadores y micrófonos, todo sigue igual en la mayor de las Antillas.

Sin embargo, hay otras actuaciones musicales que sí suponen una auténtica revolución. Cantantes como Gorki Águila, con su grupo punk Porno Para Ricardo, o el rapero rasta Raudel, "Eskuadrón Patriota", hacen de cada canción que interpretan ante otros o graban en un video una auténtica acción revolucionaria por la libertad. Gorki saltó a la fama fuera de la Isla hace algo más de un año, cuando fue detenido y posteriormente liberado por los sicarios del régimen castrista. Hoy difunde, por unos días en libertad y con la esperanza de que esa misma tiranía le permita volver a casa, su mensaje rebelde y gamberro por tierras de Estados Unidos. Raudel, el valiente músico hip-hop, nos manda el suyo a través de internet. No es menos rebelde, pero sí más desgarrador, que el del cantante de Porno para Ricardo.

Gorki Águila y "Eskuadrón Patriota" representan la resistencia contra la tiranía a través de la música. Ejercen la libertad de expresión con sus canciones, en un país donde decir lo que se piensa supone en la mayor parte de las ocasiones pena de prisión y todo tipo de represalias de diferente naturaleza. Desde dentro de Cuba decirle a Fidel Castro que "tú comes mucha minga, comandante", como hace el cantante de Porno para Ricardo, o proclamar que los cubanos "quieren gritar su dolor / pero no pueden / porque el terror impuesto / les arranca lo poco que tienen" y preguntarse "¿por qué reprimen al que libre quiera ser?", como rapea Raudel, exige mucho valor.

En Cuba están prohibidos todos los medios de comunicación que no pertenezcan al Estado o al Partido Comunista, que vienen a ser lo mismo, está vetado el uso de antenas parabólicas o las radios de onda corta para que no llegue la señal de radios y televisiones extranjeras, internet está sometido a un férreo control en los pocos sitios desde los que se permite conectarse. Todo eso son terribles ataques a la libertad de expresión. Pero también lo es que valientes cantantes como los protagonistas de este artículo no puedan cantar en público sin peligro a ser detenidos.

No vamos a valorar aquí el concierto de Juanes. No es el fin de este artículo. Tan sólo diremos que, con independencia de su objetivo y de su resultado, no supone un cambio en la naturaleza del régimen comunista. Como no lo supuso para el franquismo el hecho de que Los Beatles tocaran en Las Ventas. La verdadera revolución, la de la libertad, llegará a Cuba el día que en una céntrica plaza de La Habana se pueda levantar un escenario para que toquen Porno para Ricardo y "Eskuadrón Patriota".

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