Hay divisiones internas dentro de la Escuela Austriaca. Aquí quisiera resumir una serie de temas donde yo mismo me separo de Rothbard, lo que pienso pueden abrir diálogos con los lectores.
Cabe aclarar que señalar estos puntos no implica desconocer la valía de Rothbard para la historia del pensamiento económico, o en concreto para la Escuela Austriaca. Sus aportes más destacados los he tratado en otros muchos lugares, siendo en casi todos mis trabajos referencia obligada. Aquí el foco estará puesto en mis diferencias con este autor.
Historia del pensamiento económico. Rothbard ha desarrollado dos tomos cuya lectura recomiendo, pero contienen excesos que no se pueden ignorar. El primero es analizar los autores y las escuelas de pensamiento desde la visión que él tenía como austriaco en 1995. Aislar a los autores del contexto en que escribieron sus obras es injusto y una mala manera de proceder en este campo de estudio. El segundo fallo es ignorar la tradición del orden espontáneo en la que participaron los autores escoceses Adam Smith, David Hume y Adam Ferguson. (Aquí argumento el punto).
Epistemología de la economía. Rothbard elabora toda la teoría económica de manera deductiva, coherente, sistemática, pero piensa que podemos prescindir de los elementos empíricos. Fritz Machlup, por el contrario, cree que al construir la teoría económica uno necesita apoyarse también en hipótesis auxiliares y empíricas (antropológicas, sociológicas y jurídicas), además de las condiciones iniciales. Gabriel Zanotti ha elaborado este tema en extenso (Ver aquí). Este artículo de Zanotti junto a Nicolás Cachanosky resulta central en el debate moderno (Ver aquí). Este debate entre Rothbard y Machlup resulta fundamental pues los rothbardianos han adoptado posiciones radicales basadas precisamente en su metodología.
Rothbard tiene posiciones que considero sumamente polémicas en el área monetaria, lejanas a su maestro Ludwig von Mises, y también a Friedrich Hayek, y otros autores modernos especialistas en el área como Lawrence H. White, George Selgin, Steven Horwitz, Roger W. Garrison, Richard Ebeling, Nicolás Cachanosky, entre otros. Rothbard habla de “inflacionismo”, por ejemplo, cuando se da cualquier política que expande la oferta monetaria, pero Mises ha dejado claro que habrá “inflación” sólo en la medida que la oferta monetaria supere a la demanda de dinero. El debate más extendido dentro de la Escuela Austriaca se ha dado respecto de las reservas fraccionarias, pero Mises ha sido muy claro en el cap. 17, sección 11 de su tratado de economía bajo el subtítulo “Libertad monetaria” que bajo “banca libre” la competencia limitaría la expansión de medios fiduciarios sin necesidad de imponer controles a los bancos en el manejo del encaje. Rothbard, y a partir de él otros autores como Jesús Huerta de Soto han elaborado argumentos jurídicos, económicos, históricos e incluso morales para argumentar en favor de un encaje del 100 %, pero pienso que poco a poco la EA moderna tendió a abandonar esta posición que hoy es más reducida. Para tratar este tema sugiero el libro de George Selgin, Libertad de emisión del dinero bancario.
Rothbard también es conocido por su ética de la libertad o anarcocapitalismo. Si bien valoro que el alumno en el aula se exponga a estas posiciones radicales por el desafío que implica repensar las funciones del estado en la economía (yo mismo me defino a veces como un anarquista hayekiano -ver la falsa dicotomía aquí-), también parecen ignorarse dentro de ciertos círculos austriacos que la EA fue principalmente liberal, al menos en los planteamientos de Mises y Hayek. Algunos rothbardianos abandonan entonces todo el debate sobre controlar o colocar límites al leviatán, mediante constituciones, república, democracia, reglas fiscales y monetarias, federalismo y descentralización, que se ha extendido con el public choice, por ejemplo, y que si bien continúan la tradición de Mises y Hayek, chocan con el pensamiento de Rothbard. Pienso que la EA moderna no puede ignorar el debate más institucional que ofrecían estos otros autores, y que también aportan otros compañeros de camino (Ronald Coase, James Buchanan, Gordon Tullock, Jeffrey Brennan, Douglas North, entre otros).
Un aspecto microeconómico no menor en Rothbard es su posición contraria a la tradición del orden espontáneo. Este aspecto que señalé más arriba al tratar dos tomos de HPE no fue un olvido. Rothbard es crítico de la tradición del orden espontáneo, lo que genera una ruptura central con Hayek y los autores escoceses.
Y cierro con un aspecto que se ha destacado en varios lugares. Rothbard tuvo dificultades para publicar sus aportes en las revistas especializadas en economía. Por eso fundó su propio Journal of Libertarian Studies, el que es sumamente interesante para los jóvenes que quieran acercarse a sus ideas. Pero al hacerlo, y al continuar los austriacos modernos con ese comportamiento sectario, se aisló a la EA. Debemos recordar que la EA se consolidó sobre la base de los debates que Mises mantuvo con los socialistas, y que luego se extendieron también a Hayek, quien mantuvo otros debates con Keynes y Cambridge, además de la discusión sobre la teoría del capital de Knight y Clark. La EA debe recuperar ese protagonismo con debates abiertos frente a autores destacados del mainstream economics. Seguir ofreciendo un trabajo que se publica con carácter exclusivo en revistas propias de la tradición sin dudas es cómodo, pero mantiene a la tradición del pensamiento en la marginalidad. Desde luego hay excepciones, con destacados austriacos que publican en revistas indexadas de prestigio, pero son precisamente quienes se han opuesto a este aspecto del trabajo de Rothbard y su comportamiento sectario.
Aún no hay comentarios, ¡añada su voz abajo!