¿Cómo es más fácil obtener “beneficios”, con una ciencia convencional o con una ciencia social?
Una de las experiencias más frustrantes que estoy viviendo durante este periodo de pandemia supongo que es común para muchos economistas. Me refiero al hecho de que afloren una y otra vez las mismas propuestas políticas para combatir la crisis o para dar solución a determinados problemas económicos. Son las mismas propuestas que ya analizaban Mises y Hayek hará casi un siglo, y que han mostrado una y otra vez su inutilidad e incluso contraindicación. Pero ahí seguimos: rescatando empresas insolventes y expandiendo la oferta monetaria, a lo que ahora se unen medidas “innovadoras” como controlar los precios de las mascarillas o prohibir los despidos, o incluso me ha parecido leer que, por alguna razón, quieren prohibir las rebajas en las tiendas físicas.
Los teóricos económicos sabemos que nada de esto funciona, y que, cuando parece hacerlo, lo está haciendo a un coste económico oculto que no asumiríamos de conocerlo. Pero da igual: una y otra vez se propone lo mismo y se generan los mismos problemas, agravados con cada vuelta de tuerca.
Uno no puede evitar mirar con envidia a las ciencias “naturales”, a las que nadie disputa el título de ciencia. Y allí constata que estas ciencias sí avanzan, no están dando vueltas a la noria con las ideas de principios del siglo XX. No voy a poner ejemplos, pero está claro que tales avances además se trasladan en mejoras objetivas de nuestra calidad de vida por medio de las tecnologías desarrolladas con su base. A mí, en particular, me resulta fascinante el desarrollo científico de la psicología, ciencia aparentemente muy próxima a la teoría económica, pues en ambas el punto de partida es el individuo (e insisto en el aparentemente).
¿Por qué ocurre esto? Voy a proponer una explicación basada en la praxeología, cómo no, pues la actividad del científico, sea de la rama que sea, es también una actividad de emprendimiento. Ello deriva de que la actividad del científico también está guiada por la obtención de beneficios, sean económicos o psíquicos, como el prestigio o la mera satisfacción personal.
Aceptado este punto de partida, la pregunta pasa a ser: ¿cómo es más fácil obtener “beneficios”, con una ciencia convencional o con una ciencia social? En la respuesta a esta pregunta está, a mi entender, la clave para responder a la que da título a este artículo.
Centrémonos primero en el caso del científico convencional. Imaginemos que hace un descubrimiento que permite avanzar a su disciplina, como Newton al postular la ley de la gravedad. Ese conocimiento diferencial le sitúa en mejor posición vis-a-vis los demás individuos, que no lo tienen. Y ello le debería permitir obtener beneficios, por ejemplo, en forma de prestigio al darlo al conocer al resto del mundo.
Pero, ¿qué pasa si el resto del mundo no acepta el descubrimiento o lo pone en duda? Sigue abierta otra vía de beneficio individual para el descubridor, cual es implementar su conocimiento diferencial en alguna tecnología que sea útil para sus escépticos conciudadanos. Por esta vía, le es indiferente que el resto de la gente le crea o no para la obtención de beneficios. Es más, cuanto más escépticos sean sus posibles competidores, mayor será el “retorno” de su inversión. La cuestión es que, si su descubrimiento es correcto, le espera un beneficio al final del camino.
Por ejemplo, según oí a uno de los lugartenientes del venerado Elon Musk, a este lo único que le preocupa es que la idea sea implementable físicamente, le da igual si nadie se cree que se pueda hacer. Y es que la demostración que exige Musk es posible con independencia de las creencias de sus potenciales compradores.
Vayamos ahora al caso del científico social, y específicamente del teórico económico. Los teoremas y descubrimientos de esta ciencia se hacen mediante otra metodología, pero son igual de ciertos y válidos que los obtenidos para las ciencias “naturales” mediante el método científico (en ambos casos, sigue siendo necesario que se aplique correctamente). Así que imaginemos un economista que hace un descubrimiento que hace avanzar su disciplina, como podría ser Hayek con su teoría del ciclo, o nuestro Huerta de Soto con el descubrimiento de que la reserva fraccionaria de los bancos es equivalente a la creación de dinero de la nada.
¿Cómo se puede beneficiar el economista de su descubrimiento, qué le coloca en una situación de ventaja vis-a-vis los demás individuos? Pues no está nada claro. Por supuesto, sigue abierta la vía de obtención de prestigio que, sinceramente, creo que es la que mueve a la mayor parte de los científicos, económicos o convencionales. Pero, si por esta vía no convence, ¿qué puede hacer?
Contrariamente a lo que le ocurre al científico convencional, el economista rara vez tendrá la oportunidad de implementar individualmente su descubrimiento. No digo que no pueda haberlas, quizá invirtiendo en bolsa ante un tipo de regulación, pero no es lo normal. El economista, si quiere que su descubrimiento se implemente, necesita convencer a los políticos, a la opinión pública, de que su descubrimiento es correcto. La teoría económica solo se puede implementar a nivel gubernamental. Esto es, una vez descubierta la teoría del ciclo, Hayek solo se puede beneficiar de su descubrimiento si convence a los políticos y a la opinión pública de que está en lo cierto, y de que lo mejor para la sociedad es que no es imprima dinero. Esfuerzo que, como hemos visto, no se le exige a Elon Musk.
Así que ahí tenemos una posible explicación al lento avance, sino retroceso, de la teoría económica. Para el avance de la ciencia económica nos encomendamos exclusivamente al beneficio psicológico de los economistas emprendedores; para el de la ciencia convencional, tenemos el poderoso aliciente adicional que es el beneficio económico.
En términos futbolísticos: el economista no solo tiene que vencer, también convencer; al científico le basta con vencer (i.e, hacer un nuevo descubrimiento) para recoger sus frutos. Así que no es de extrañar el asimétrico avance de ambos tipos de ciencia.
10 Comentarios
¿Por qué le atribuyes a Hayek
Permíteme una digresión sobre el objetivo del articulo :
¿Por qué le atribuyes a Hayek el descubrimiento de la Teoría del Ciclo Económico ? ¿por su Precios y Producción? ¿y que pasa con «Estabilización Monetaria y Política Cíclica » de Von Mises (año 1928) (en alemán) , anterior a la de Hayek 1931, a la que este apenas hace mención ? Es un mantra que suele repetirse sin justificación alguna; además, antes de todo lo anterior está el embrión de la TACE en su Teoría del Dinero y el Crédito; es que me parece tremendamente injusto, entre otras cosas, porque en la obra de Mises de 1.928, ya estaba incorporada, reformulada y mejorada la Teoria Correcta del Interes de F.A. Fetter, mientras que el Hayek de Precios y producción todavía seguía con la Teoria de Wicksell basada en la Productividad Marginal del Capital.
Un cordial saludo.
Pues lo atribuyo por error.
Pues lo atribuyo por error. No sé mucho de historia de la teoría económica y, después de todo, fue por lo que le dieron el Nobel a Hayek, así que creo disculpable el error.
En todo caso, no debería distraer de la línea argumental del artículo, espero.
Bueno, a Hayek le dieron el
Bueno, a Hayek le dieron el premio Nobel compartido con Gunnar Myrdal que , en esencia, era totalmente contrario a las tesis de Hayek; cosas de los premios Nobel; a un tal Krugman también se lo dieron; la cuestión es si el comité de “sabios” del Banco Central de Suecia le daría el Nobel a un Mises o a un Rothbard; es decir, si estos señores son capaces de comportarse como verdaderos científicos, observando la “Wertfrei” (imparcialidad u honestidad intelectual) exigible a un verdadero científico, y no como funcionarios gubernamentales; porque el tan venerado Hayek, con su habitual falta de claridad y ambigüedad, nunca se opuso a la emisión de medios fiduciarios vía Reserva Fraccionaria; más aún, consideró que las “fluctuaciones” económicas era un precio que había que pagar para no frenar los avances tecnológicos y que no se podía culpar a los banqueros por hacer uso del privilegio que los faculta para emitir medios fiduciarios; en esto coincidía con Shumpeter , lo cual no es una casualidad, porque en esencia nunca consideró el dinero como una mercancía en la tradición de Menger y Mises, puesto que siempre fue, en esencia, un Teórico del Equilibrio General Walrasiano, en su variante Wieseriana, en el que el dinero es un simple numerario o patrón de medida; el profesor Huerta de Soto suele decir que fue el “discípulo” mas destacado de Mises, lo cual es totalmente falso; ni fue discípulo, ni fue el mas aventajado; porque, en lo fundamental, malinterpretó y desvirtuó las verdades irrefutables de Mises; porque la esencia de la TACE , ya bastante desarrollada por Mises en el año 1.928 en obra “Estabilización Monetaria y Política Cíclica” (a la cual Hayek no hace mención alguna en su “Precios y Producción “ de 1.931), no es “per se” , contrariamente a lo que Hayek afirma , que los Bancos reduzcan artificialmente el tipo de interés contractual del mercado de Prestamos dinerarios, sino que lo fundamental y relevante es que emitan medios fiduciarios para expandir sus operaciones crediticias; es decir, la monetización de deuda mediante la creación ex novo de depósitos a la vista o “dinero” bancario; porque mediante esta practica no es preciso que reduzcan nominalmente el tipo de interés, más aún, pueden incluso aumentarlo rebajando sus exigencias cualitativas en cuanto a la solvencia de los prestatarios.
Y lo anterior, si tiene que ver con el objetivo de su artículo; no es que la ciencia económica no avance, sino que hay señores cuya honestidad intelectual deja mucho que desear, porque muchas veces ponen sus espurios intereses por encima de la verdad, especialmente cuando se trata de conseguir oficialmente prestigio “académico” con un certificado gubernamental; no hay nada mas falso que el titulo u oposición de “Economista del Estado”.
Un cordial saludo.
Una mirada a Argentina:
Una mirada a Argentina:
(a) Ejemplo de un chamán (keynesiano), Axel Kicillof, con «éxito» académico, político y económico-empresaurial: https://en.wikipedia.org/wiki/Axel_Kicillof
https://es.wikipedia.org/wiki/Axel_Kicillof
(b) Un debate entre liberales (doctrina política) en relación al artículo de Boettke et al «Sacerdotes supremos y filósofos humildes: la batalla por el alma de la Economía»: https://puntodevistaeconomico.com/2012/02/18/sacerdotes-supremos-y-filosofos-humildes-la-batalla-por-el-alma-de-la-economia/
(c) Obsérvese que por un lado no existe liberalismo entendido como filosofía moral (¿Alberdi?: http://www.hacer.org/pdf/Desiertos.pdf ), y por otro se confunde o malentiende lo que es, o lo que supuso, y supone, la Escuela Austriaca de Economía. Esto es, domina el historicismo por todos los lados.
El enlace último corresponde
El enlace último corresponde al artículo «Predicar en desiertos».
Juan Bautista Alberdi (San Miguel de Tucumán 1810 – Neuilly-sur Seine 1884):
– Vida y obra: https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Bautista_Alberdi
– Alejandra Salinas «La presencia civilizadora de J.B. Alberdi»:
https://www.eseade.edu.ar/wp-content/uploads/2016/08/riim56_salinas.pdf
– Una frase: «Profesamos que el despotismo, como la libertad, reside en las costumbres de los pueblos (es decir, las ideas, las creencias, las habitudes), y no en los códigos escritos.»
«[…] civilizar significa
Civilización y barbarie: […] Siguiendo a Montesquieu, el pensador argentino escribe: “Ser libre, es estar seguro de no ser atacado en su persona, en su vida, en sus bienes, por tener opiniones desagradables al gobierno. La libertad que no significa esto, es una libertad de comedia. La primera y última palabra de la civilización, es la seguridad individual.”
Civilización y progreso económico se convierten así en términos intercambiables… Análogamente, civilización y libertad son términos indistintos; en especial, la libertad de expresión… primera señal de resistencia a las violaciones estatales de la seguridad individual.
[…] Primera y principal entre esas condiciones figura la remoción del mayor obstáculo, de naturaleza política, que no es otro que el abuso de los gobiernos en sus distintas formas: el imperio de la tiranía, el desorden de la arbitrariedad, la imposición de la barbarie.
En un sentido esencial, en el texto bajo análisis civilizar significa simplemente luchar contra las prácticas de la barbarie política, en su doble cara de violencia y mentira. La interrelación entre ambas queda de manifiesto en el objetivo que persiguen: «Las dos barbaries van a un mismo fin, pero por dos caminos. Destrozar el derecho es su propósito común. El camino de ese fin para la una es la violencia brutal, para la otra es la mentira del respeto al derecho.» El derecho del que habla Alberdi no es otra cosa que la seguridad individual convertida en derecho; bien sabía el lector de Adam Smith que sin justicia no hay derechos, y sin éstos no hay paz ni orden social posible.
Así, el edificio social se derrumba como consecuencia de la violencia oficial, cuya forma extrema es la guerra; como producto del robo oficial, que «dispone de lo ajeno contra la voluntad y en perjuicio de su dueño», y
como resultado de la calumnia oficial, «que fue siempre el arma de los gobiernos bárbaros, aunque fuesen letrados.” ( A. Salinas, La presencia civilizatoria de J.B. Alberdi, RIIM Nº56, Mayo 2012, pp. 211-217)
Buen artículo. Tal vez, otro
Buen artículo. Tal vez, otro motivo es que la verdad científica en economía ataca directamente los intereses de políticos, funcionarios y economistas profesionales. La teoría austriaca mandaría al paro a mucha gente que vive hoy del presupuesto. Saludos.
Es difícil hacer que un
Es difícil hacer que un hombre entienda algo cuando su salario depende de que no lo entienda. – Upton Sinclair
¿Por qué no avanza la teoría
¿Por qué no avanza la teoría económica?
Además de por lo que apunta Mr. Fraga (que también), por lo que hay detrás. Existen poderosos intereses creados que trabajan para ofuscar la mente e impedir la claridad y el pensamiento lógico en las personas corrientes y aprovecharse (de todos, en realidad). Existe un grupo de magnates mangantes que están acostumbrados a manejar el cotarro y vivir de las asimetrías que ellos mismos crean (como destruir la igualdad de todos ante a ley, darle la vuelta a la carga de la prueba, hacer desaparecer el estado de derecho, preservar o revivir en otras formas el parasitario y destructivo privilegio de reserva fraccionaria, etc.). Ved ejemplos de todo ello y cómo envuelve sus planes en esa línea uno de los máximos exponentes de esa manipulación: George Soros, La Vanguardia, «En defensa de los bonos perpetuos»: https://www.lavanguardia.com/economia/20200517/481198934783/en-defensa-de-los-bonos-perpetuos.html
Observad también que el presidente actual del gobierno de España, Pedro Sánchez, es la voz de Soros en la UE. Y los españoles somos una marioneta en sus manos.
Nos quiere esclavos el Soros
Nos quiere esclavos (a nosotros, a nuestros hijos, y a los hijos de nuestros hijos) el Soros ese: ¡Maldito sea su nombre y su legado!
Se presenta como liberal, pero es exactamente lo contrario:
«En G. Soros (1999) ‘La crisis del capitalismo global’ se muestra como un partidario del intervencionismo económico del Estado y contrario al liberalismo económico (wikipedia).» Si uno se fija, siempre ha vivido alrededor y aprovechándose de la COACCIÓN de los medios políticos sobre las personas normales, y el tío se presenta ante el mundo como lo contrario.
Soros se hizo rico en base a las operaciones denominadas «cortos»: tomar «prestadas» a bajo precio acciones que piensa que van a bajar de precio, venderlas, y con ese shock de oferta ayuda o empuja a bajar los precios, con lo que puede «recomprarlas» mucho más baratas (en realidad compra «otras» de la misma empresa) para reintegrarlas a quien se las «prestó».
Pero en realidad Soros en lo que es «maestro» es en beneficiarse de la reserva fraccionaria (tanto por el lado del dinero como por el contrario: bienes, acciones, otras monedas fiat, etc.). Y aquí es donde hay que distinguir:
(a) Es manifiestamente contrario al derecho de propiedad cuando un depositario de acciones (como son los bancos hoy en día) «prestan» algo que no es suyo a Soros a cambio de un precio junto con la promesa de Soros de que más adelante repondrá un número igual de acciones al banco depositario, y que entre tanto no tienen por qué enterarse ninguno de los dueños de la acciones (esto es, RESERVA FRACCIONARIA en el depósito de acciones, origen también de ciclos económicos artificiales con DAÑO para la sociedad, que solo se viene a percibir más adelante, y entonces se retroalimenta en la dirección de causar un nuevo mayor daño).
(b) Otra cosa diferente sería si Soros le pidiese A SU DUEÑO unas acciones, más que en préstamo, en venta, conjuntamente con la promesa de reintegrarle «otras» acciones de esa misma empresa más adelante (así sí que se traspasa la propiedad a cambio de una promesa de retornarlas por parte de alguien que parece solvente, con lo cual podría conseguirlas baratas). Esta operación sí que sería lícita y legítima, según mi opinión, pues integraría todos los riesgos y costes ‘entre las partes’ sin externalizar costes a terceros.