Skip to content

Un millón de colegios privados

Compartir

Compartir en facebook
Compartir en linkedin
Compartir en twitter
Compartir en pinterest
Compartir en email

El caso más típico de escuelas privadas low cost en África proviene de empresarios de las áreas más pobres, en las que los ingresos familiares son de dos dólares al día o menos.

El semanario The Economist publicó en su primer número de agosto un reportaje titulado The $1-a-week school. Trata de lo que se llama en ocasiones escuelas low cost. No se refiere a colegios públicos con tasas muy bajas, sino al coste de la matrícula de colegios privados en países pobres.

Quien primero ha informado al mundo sobre esta realidad es James Tooley. Él me contó que le habían contratado para investigar sobre la educación privada en los países pobres, pero la destinada a las élites occidentales y locales. Un día decide salir del circuito que recorría habitualmente en Lagos, y vio una realidad sorprendente: Había escuelas privadas en los barrios más pobres.

En la actualidad hay contabilizados 18.000 colegios privados en la ciudad nigeriana, por 1.600 escuelas públicas. Es una realidad en África, Asia, América… Según el Banco Mundial hay un millón de colegios privados. No se sabe, en realidad, cuántos son. Los motivos son varios: la falta de medios para controlarlos, el desinterés de muchos de ellos por registrarse y la ceguera ideológica, que impide a numerosas instituciones reconocer algo tan sencillo como que allí donde no llega el Estado, sí lo hace la iniciativa privada. También ayuda a las comunidades más pobres allí donde el Estado sí llega, pero fracasa.

Muchos de estos colegios son iniciativa de organizaciones caritativas o de iglesias locales, pero el caso más típico es el de «empresarios que actúan en las áreas más pobres», en las que los ingresos familiares son de dos dólares al día o menos.

La realidad de la educación pública es muy pobre. No en medios, sino en resultados. Según un estudio realizado en la India en 2010, uno de cada cuatro profesores estaba ausente. En África, el absentismo afecta del 15 al 25 por ciento de los profesores. Desde 2009, Sierra Leona ha despedido 6.000 falsos profesores; personas que cobraban un sueldo sin trabajar. El desinterés, cuando no otros problemas, como el alcoholismo o la violencia, cunden entre los profesores de instituciones públicas que sí acuden al trabajo. Los gobiernos no tienen incentivos para mejorar la situación, pues se enfrentan a los sindicatos, que rechazan cualquier control sobre lo que hacen. Los resultados académicos son malos. La mitad de los alumnos de escuelas públicas de Asia oriental y meridional no alcanzan los estándares mínimos de lectura. En África es un tercio de los alumnos.

Según la Unesco, la mitad del gasto en educación de los países pobres procede de los bolsillos de los padres. En estos países, entre un quinto y un cuarto de todo el alumnado acude a colegios privados. Hay una gran diferencia con los países desarrollados, en los que la media es del 11 por ciento. ¿Por qué? Los motivos parecen ser sobre todo dos: la falta de medios para mejorar la educación pública y la falta de medios para controlar e imponerse sobre la realidad de la educación privada. El semanario recoge que «donde los colegios son hostiles a los colegios privados, la regulación es a menudo un pretexto para el acoso».

El artículo de The Economist señala que en las instituciones internacionales y en las ONG (tentáculos de estas instituciones) hay una oposición ideológica a la educación privada. El relator de Naciones Unidas para la educación ha dicho que los colegios privados «no deberían permitirse para salvaguardar la noble causa de la educación». Léase la noble causa de los políticos decidiendo qué se enseña.

Estados con más medios, Naciones Unidas y las ONG conspirarán juntos contra las decisiones de los padres y el futuro de los niños de los países pobres. Si tendrán éxito o no, lo veremos en las próximas décadas.

3 Comentarios

  1. Si la educación es una
    Si la educación es una cuestión familiar, sociocultural, de instrucción, de curiosidad y , sobre todo, de esfuerzo personal, entonces la identificación escuela-educación que hace el Estado es falsa.

    Para el Estado la escuela es donde se adoctrina pese a la familia, donde se enseña a ser ciudadano-tributario-estatalista, donde la instrucción y la curiosidad se descuidan y donde el esfuerzo personal se ridiculiza.

    Una escuela privada colabora con las familias y los estudiantes en la educación.

  2. «La causa noble.de la
    «La causa noble.de la educación»… No, si estos tios de la ONU tienen la cara de piedra….

  3. Qué majo ese relator de la
    Qué majo ese relator de la ONU. Ya veo a los cascos azules arrasando con lanzallamas las escuelas privadas en África y Asia, por una causa noble, eso sí.


Añadir un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Más artículos

Populismo fiscal

Cómo la política impositiva del gobierno de Pedro Sánchez divide y empobrece a la sociedad española El nuevo informe del Instituto Juan de Mariana evalúa la deriva de la política