La influencia de Cuba en Venezuela es uno de los acontecimientos geopolíticos más sorprendentes y menos comprendidos del siglo XXI.
El Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las FARC, encabezadas por Iván Márquez, son los soportes que está utilizando Nicolás Maduro para desestabilizar al Gobierno colombiano, según una investigación realizada por la revista colombiana Semana y publicada en septiembre del presente año. Dicha investigación tiene como fuentes al Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN) y al Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (CEO-FANB), a las que tuvo acceso la mencionada revista.
Ante las amenazas de Maduro de desplegar un sistema de misiles antiaéreos, el presidente colombiano, Iván Duque, aseguró que el régimen venezolano protege a los cabecillas del ELN, al igual que a los “alias” Iván Márquez y Jesús Santrich y otros altos mandos de las FARC que abandonaron el proceso de paz.
A cambio de la protección que Venezuela concede a grupos guerrilleros, estos han manifestado en numerosas oportunidades que están dispuestos a apoyar militarmente a Maduro ante cualquier intento de coalición militar extranjera contra el dictador venezolano.
Los vínculos de Venezuela con los grupos terroristas no son recientes. En 2008 se produjo el ataque armado del ejército colombiano contra bases de la FARC en territorio ecuatoriano. En esa fecha, funcionarios de inteligencia de EE. UU. demostraron que los nexos del presidente Hugo Chávez con los terroristas colombianos eran más profundos que lo sospechado inicialmente. Tras el análisis de los archivos de los ordenadores confiscados a Raúl Reyes, máximo jefe guerrillero y muerto en el ataque, se puso de manifiesto que Venezuela pretendía diseñar un plan de seguridad junto con las FARC a cambio de entrenamiento en técnicas de guerrilla.
Según Insight Crime, una organización dedicada al estudio del crimen en América Latina, los grupos irregulares armados colombianos están presentes en Venezuela desde comienzos de este siglo y ocupan cada vez más territorio sin ser molestados por el Estado. Las FARC han encontrado todas las facilidades en suelo venezolano, hasta el punto de que antes del inicio del nuevo año escolar arreglaron escuelas y dotaron a los niños de útiles escolares en el municipio Rómulo Gallegos del estado de Apure, cuya capital es Elorza. Según los pobladores, el comandante “Lucas” ayuda en actividades tan diversas como operaciones, donaciones de computadoras portátiles para los estudiantes destacados de medicina, uniformes escolares, etc. Es una especie de Estado que tiene sus propias leyes y su estructura administrativa, aplica la justicia a su manera y ayuda a resolver cualquier tipo de problemas en el territorio bajo control. Los funcionarios militares venezolanos conviven con la guerrilla colombiana y se benefician de las actividades ilícitas que realizan los grupos irregulares.
El martes 23 de julio, 12 países del Grupo de Lima emitieron un comunicado en el que “deciden apoyar a través de sus órganos competentes, las acciones e investigaciones sobre la participación de funcionarios del régimen de Maduro, que los vincule con actividades ilícitas de corrupción, narcotráfico y delincuencia organizada transnacional, así como al amparo que otorgan a la presencia de organizaciones terroristas y grupos armados ilegales en territorio venezolano, como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el impacto en la región de dichas actividades”.
Venezuela hoy es el país que representa la mayor amenaza para la democracia en Latinoamérica. Esta amenaza también se manifiesta a través de sus alianzas políticas, lo cual ha permitido que en la región se cuente con la presencia de Rusia, China, Cuba, Irán y hasta Corea del Norte, países que no se destacan por su vocación democrática sino por su conocida tendencia totalitaria y su poco respeto por los derechos humanos.
El Gobierno de Vladimir Putin se ha convertido en el mayor proveedor de armas del régimen de Maduro. En cuanto a China, el jefe del Comando Sur de EE. UU., Craig Feller, ha dicho que este país asiático está tratando de imponer su control económico en Venezuela invirtiendo grandes préstamos en infraestructuras, que generarán dificultades a Caracas para ser devueltos. Recientemente fue inaugurado un vuelo directo entre Teherán y Caracas por medio de la aerolínea iraní Mahan Air, como parte de los acuerdos bilaterales entre Irán y Venezuela. En medios internacionales esta aerolínea es conocida como vehículo de transporte de armas y sus vuelos han sido prohibidos por EE. UU. y algunos países de Europa. En el caso de Cuba, la periodista Cristina Marcano, que ha investigado ampliamente el tema de las relaciones entre Venezuela y la isla caribeña, ha sostenido que funcionarios cubanos controlan registros y notarías, supervisan los sistemas informáticos de la presidencia y el Ministerio de la Defensa entre otras actividades. El columnista e intelectual venezolano Moisés Naim ha dicho que la enorme influencia que Cuba ha logrado ejercer en Venezuela es uno de los acontecimientos geopolíticos más sorprendentes y menos comprendidos del siglo XXI.
No es casualidad que el eje del mal, conformado por Venezuela y Cuba, haya estado presente en Ecuador y en otros escenarios de Latinoamérica tratando de revertir el retorno a la democracia o de restaurar Gobiernos de tendencia izquierdista por medio de la delincuencia organizada y acciones terroristas. Estas acciones no han sido desmentidas por el régimen venezolano, al contrario, el número dos de la dictadura, Diosdado Cabello, ha reconocido los hechos terroristas en diversos países de la región como una “brisita bolivariana” que se respira en el continente.
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