Se ha hecho viral un pequeño vídeo de una reciente intervención del actor y activista político Willy Toledo en un acto del partido político Podemos. En dicho acto, Willy Toledo explica con bastante transparencia por qué ha decidido, después de años sin respaldar a ninguna formación política, dar su apoyo al partido liderado por Pablo Iglesias. Puesto que sus explicaciones difícilmente pueden dejar a nadie indiferente, nada mejor que leer una transcripción de las partes más jugosas de su intervención:
Tenemos la opción de la revolución armada, cosa que creo no estamos en absoluto organizados y preparados para ello. Y, además, cada día tiene menos salida esta opción porque ya los instrumentos de represión y los policías, los guardias civiles, los mossos d’esquadra, las ertzaintzas, el ejército español de la ‘una, grande e indivisible’ tienen la capacidad suficiente para acabar con nosotros en cinco minutos. […] Tenemos la otra opción, que es asaltar las instituciones. […] La única opción que yo creo es posible a día de hoy es presentarse a unas elecciones. […] Esto no es ninguna crisis, es una estafa perfectamente planificada para someter al pueblo de Europa bajo un yugo y una flecha y tenernos absolutamente esclavizados.
Es de agradecer la transparencia de Podemos en general y de Willy Toledo en particular a la hora de explicar cómo piensan y cuál es su estrategia. Lo preocupante evidentemente es precisamente comprobar que rechazan la revolución armada no por oponerse a la violencia sino por simple estrategia militar. Toledo explica que el presentarse a unas elecciones es la opción elegida básicamente por descarte de otras, en particular la de la revolución armada. Creo que nunca había escuchado en democracia a integrantes de una formación política hablar abiertamente de esa estrategia como una opción legítima. No es de extrañar que Willy Toledo se haya exiliado en Cuba, país donde triunfó una revolución armada y en donde se instauró una dictadura comunista que hoy sigue privando a todos sus ciudadanos -exceptuando a la casta cubana- de libertades básicas como las de opinión, asociación y cooperación voluntaria, todas ellas garantizadas en los países más capitalistas que Willy Toledo tanto critica.
No es la primera vez que se agradece la transparencia ideológica de Podemos. Tanto su programa electoral, como multitud de vídeos de su líder, Pablo Iglesias, alabando la figura de Hugo Chávez son pruebas inequívocas de las intenciones de Podemos si llegara a alcanzar el poder: cambiar el sistema de organización político actual por un régimen liberticida en donde ellos eliminen a la casta actual e instauren una casta mucho más represiva y numerosa. De la lectura de su programa electoral se deduce que el control estatal de la economía sería tal que haría falta un ejército de burócratas con un poder inmenso para llevarlo a cabo. Creer que en un país tan estatalizado la corrupción sería menor que en la actualidad es cuando menos de ilusos.
Debemos utilizar esta transparencia ideológica de Podemos como nuestra mejor arma para combatir a esta formación y evitar que lleguen al poder. De lograr acaparar el poder, tan sólo tendríamos tres opciones: huir por tierra, mar o aire de España. De analizar el daño que su programa electoral provocaría en nuestro país en caso de implantarse ya escribió aquí nuestro director, Juan Ramón Rallo. El cambio de sistema que propone Podemos ya se ha aplicado con bastante «éxito» en países como Venezuela. Por más que los dirigentes de Podemos quieran tergiversar la realidad sobre Venezuela, las dramáticas tasas de homicidio, el altísimo nivel de corrupción, la hiperinflación, la escasez de productos de primera necesidad y la represión contra los que no apoyan al régimen de Maduro son pruebas inequívocas de lo que la implantación del socialismo puro genera en un país. El común denominador de Podemos, Willy Toledo y el régimen de Venezuela o de Cuba es su odio más visceral al capitalismo. No es de extañar, por tanto, que cuanto mayor es la inquina de un grupo de personas contra el capitalismo, mayor suele ser la virulencia con la que la libertad individual de los ciudadanos acaba siendo pisoteada.
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