Curioso. La única política económica posible pasa por subir los impuestos cuando están despilfarrando el dinero ajeno con ferocidad. Será porque para el PSOE –en realidad, para todos los partidos políticos– las reducciones de las exacciones tributarias son meras tácticas dentro de una estrategia mucho más ambiciosa destinada a incrementar el poder y el tamaño del Estado.
Sin embargo, siendo grave que Zapatero quiera arrebatarles 16.000 millones adicionales a los españoles cuando casi le golpean la cara los 20.000 millones que está dilapidando en variadas subvenciones que sólo distorsionan la economía española y la extranjera, querría echar la vista un poco más atrás.
Estos 30.000 prescindibles millones de euros equivalen a casi la mitad de la recaudación por IRPF en 2008, a casi dos tercios de los ingresos por IVA y a más de la totalidad de los impuestos especiales y del de sociedades. O dicho de una manera más sencilla, en 2008 Zapatero podría haber reducido en un 50% el IRPF o haber dejado el tipo máximo del IVA en el 6% o haber eliminado todos los impuestos especiales o el impuesto de sociedades.
A la luz (u oscuridad) de lo anterior se impone la pregunta. ¿Cuántos impuestos superfluos, redundantes, innecesarios y absurdos hemos estado pagando durante años los españoles para que nuestra casta política se montara su particular cortijo? Ni siquiera estoy hablando de la muy necesaria privatización del Estado de bienestar y su progresiva sustitución por una sociedad de propietarios. No. Me refiero a esas partidas que se han ido adhiriendo al presupuesto como garrapatas y cuya finalidad es comprar votos y crear mantenidos del régimen.
Repito, ¿cuánto dinero nos han estado quitando impunemente los burócratas apelando a nuestro bienestar cuando en realidad lo estaban machacando con fruición? ¿Cuánto han lastrado nuestro desarrollo y nuestra prosperidad esos agujeros negros anuales de 30.000 millones que cada familia y compañía española tenía que sufragar para que nos compliquen la vida financiando a fanáticos sindicatos, improductivos colectivos culturales, empresarios ineficientes, promotores necesitados y tiranos extranjeros?
Dicen que vivimos en la era del ultraliberalismo y del retroceso permanente del Estado. Que se lo digan a nuestros políticos y a sus clientes.