Los regímenes islámicos tienen una especial preocupación por controlar la libertad de expresión de sus ciudadanos, especialmente en materia política y religiosa. Tal vez el país que actúa con más contundencia la materia sea Arabia Saudí, ejemplo de sociedad permeable al influjo de las tendencias occidentales pero regida por una jerarquía inspirada en una de las interpretaciones más radicales del islam (wahabismo) y dispuesta a todo para evitar que se cuestione su legitimidad o su manera de gobernar. Hace muy poco conocíamos el modo en que las autoridades saudíes habían aplastado un conato de disidencia en Youtube, pero la dureza contra los promotores de la revolución de los carnés de identidad palidece ante la manera en que Riad se está empleando contra Raif Badawi, el primer internauta saudí que se ha atrevido a crear un blog liberal en el reino.
Badawi abrió hace dos años la página web Saudíes Liberales Libres como foro de encuentro de los individuos de tal condición y tendencia. El hecho religioso no podía quedar al margen de un proyecto intelectual dedicado a promover la defensa de la libertad individual, así que junto a textos que daban a conocer principios generales que proporcionaban una visión liberal de la sociedad, aparecieron también artículos en defensa de la tolerancia con otras expresiones religiosas diferentes del islam, uno de los delitos más graves que pueden cometerse en un país musulmán y que en Arabia Saudí es perseguido con especial saña. Badawi también escribió críticas a las posiciones intolerantes de figuras destacadas como el gran muftí del reino, Abdulaziz ben Abdulá al Seij, todo lo cual condujo a que fuera procesado a mediados del año pasado por un tribunal de la ciudad de Yeda, acusado de apostasía, desobediencia paterna y comisión de delitos cibernéticos.
El primero de los cargos a los que se enfrentó Badawi, apostatar de la religión islámica, está castigado con la pena de muerte, pero, sometido el caso a una corte superior, los magistrados retiraron la acusación en el último momento. No obstante, el resto de las acusaciones tuvo como consecuencia el cierre de la web y una condena a 600 latigazos y siete años de prisión por "violar los valores islámicos y propagar el pensamiento liberal". La sentencia sería ampliada este mes mayo hasta mil latigazos, diez años de cárcel y una multa de un millón de riyales (unos 267.000 dólares).
El bloguero saudí fue propuesto por el Partido de la Libertad Individual de España para el Premio de la Libertad, galardón que concede cada año la Internacional Liberal. A comienzos de mayo Amnistía Internacional se sumó a la campaña para la liberación de Badawi exigiendo a las autoridades saudíes la anulación de la "sentencia escandalosa" de que ha sido víctima. Para Philip Luther, director del programa de Oriente Medio y Norte de África de la referida organización humanitaria, Badawi es
un preso de conciencia culpable solamente de atreverse a crear un foro público para el debate y el ejercicio pacífico del derecho a la libertad de expresión. Las autoridades deben revocar su condena y liberarlo inmediatamente y sin condiciones.
De la entereza de Badawi da cuenta su esposa, al relatar en Twitter la respuesta de su marido cuando el juez le preguntó si era musulmán: "Sí, y no acepto que nadie ponga en duda mis creencias". Badawi cree que la práctica del islam no tiene por qué ser incompatible con el ejercicio de los derechos individuales, con la libertad de expresión y con una sociedad respetuosa con las diferentes creencias religiosas.
Como demuestra su propio caso, se trata de una de las amenazas más graves para los regímenes islámicos, que sus dirigentes, en especial los saudíes, no parecen dispuestos a tolerar bajo ningún concepto, al menos a corto plazo.
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