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Bastiat, el mejor divulgador del liberalismo

Publicado en Libertad Digital

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Tal y como expresa Carlos Rodríguez Braun en el excelente prólogo que acompaña a esta edición, "pasmo suscita la obra de Bastiat",

un autodidacta cuya carrera duró apenas seis años, pero que alcanzó a convertirlo no sólo en el mejor divulgador del liberalismo de todos los tiempos, sino también en un pensador interesante.

Estas Armonías son quizás la mejor muestra de la afirmación del profesor Rodríguez Braun. En primer lugar, porque son la obra incompleta de un autor al que su temprana muerte (en Roma y en 1850, cuando apenas tenía 49 años) no le permitió desarrollar por completo su pensamiento. Pero también porque este libro, que no pudo terminar, podría haber marcado una nueva etapa en su producción. Al extraordinario propagandista que había demostrado ser en escritos anteriores como "La ley" o "Lo que se ve y lo que no se ve" se une aquí el pensador que disecciona de forma sistemática la mayor parte de los temas de la ciencia económica.

La mezcla no puede resultar más explosiva, puesto que su agilidad estilística, su perspicacia a la hora de denunciar las trampas del intervencionismo estatal y su clara contundencia al exhibir las virtudes de la libertad se complementan con su análisis detallado de las teorías entonces vigentes sobre cuestiones como el valor, el comercio, la riqueza, el capital, el ahorro o la guerra.

Por eso, este libro puede leerse, tal y como explica Rodríguez Braun, como un complemento perfecto a los Sofismas económicos, también de Bastiat: mientras que este último título era una devastadora crítica del socialismo, las Armonías procuran "construir un sistema de pensamiento" que, desgraciadamente, no pudo completar. Eso sí, los veinticinco capítulos que han llegado hasta nosotros son suficientes para colocar a nuestro autor entre los más interesantes pensadores liberales de su época.

Bastiat comienza defendiendo las virtudes del libre mercado con la imagen de un carpintero de pueblo que cada mañana se levanta y tiene a su disposición una plétora de bienes (desde la madera con la que trabaja hasta la comida que se lleva a la boca, pasando por el lino con el que se hace la ropa) que no podría fabricar por sí mismo ni aunque emplease toda su vida en ello. Nuestro hombre defiende la libertad frente a aquellos que "se dan ínfulas de sabio y están fascinados con la supuesta belleza de su proyecto político ideal". He aquí el enemigo principal. Como Hayek más de un siglo después, Bastiat ataca con decisión esa fatal arrogancia que lleva a los intervencionistas a creer que las sociedades generadas en sus mentes serán superiores, económica o moralmente, a las realmente existentes.

Bastiat se rebela contra esta pretensión y aboga por los órdenes espontáneos propios de las sociedades libres. Tal y como expone el pensador francés, cuando las relaciones son libres, sus frutos son armónicos, mientras que cuando interviene la coacción se producen innumerables efectos no deseados que perjudican a quienes se trata, supuestamente, de defender.

Es éste un mensaje que sigue tan vigente ahora como en vida de Bastiat. No sólo el fondo, también la forma resulta extraordinariamente cercana. La escritura del francés es ágil, y su forma de abordar los temas, de una modernidad sorprendente. Por eso, ésta es una obra de muy fácil lectura para el público actual, y un magnífico libro de iniciación al liberalismo clásico.

FRÉDÉRIC BASTIAT: ARMONÍAS ECONÓMICAS. Instituto Juan de Mariana (Madrid), 2010, 438 páginas. Prólogo de CARLOS RODRÍGUEZ BRAUN.

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Pinche aquí para escuchar la entrevista que MARIO NOYA hizo en LD LIBROS a GABRIEL CALZADA, presidente del IJM, a cuenta de la publicación de ARMONÍAS ECONÓMICAS.

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