Y de repente, a una semana del equinoccio de primavera, viene Chipre con la astenia primaveral y nos pide un rescate. Lo cierto es que no es tan sorprendente. Ya se oían rumores, se leían noticias acerca de la malísima situación que el país mediterráneo estaba pasando. Pero nosotros, tan empeñados en observar nuestro ombligo, dejamos pasar las voces sin hacer caso. Con el circo que tenemos, como para mirar a otro lado.
La vuelta de la tortilla
No es la primera vez que se dice y me temo que no será la última, por desgracia: la troika somos todos. Y digo por desgracia, porque existe un meme indestructible en la población española que afirma que la troika son unos señores venidos de un país extraño, dispuestos a sacarnos el higadillo a golpe de recortes sin que nosotros hayamos hecho nada para ello.
Hicimos: endeudarnos. ¿Que la crisis financiera nos ha puesto en una situación muy comprometida? Pues sí, como a todos. Pero los demás no tenían elecciones, no negaron la crisis y tomaron medidas a tiempo. Por supuesto, tras años de rescates, recesión global y mercados inestables, no hay país que no se vea resentido, pero nuestra situación sería mucho mejor si el gobierno de Zapatero hubiera hecho otra cosa.
No es que Rajoy lo esté haciendo bien, que no. Porque a veces tengo la sensación de que se ha propuesto que Zapatero no pase a la historia como el peor presidente de España. El puesto lo quiere para él.
El caso es que, de repente, Chipre pide ser rescatada y nos toca poner alrededor del 12%. Y encantados, imagino, aquellos europeístas, empezando por el más europeísta de todos, Felipe González, y el mismo Zapatero, Aznar… todos, todos. Aquellos que claman por la solidaridad inter territorial deben estar brindando con gaseosa, que el champán y el cava son caros, por el acto de solidaridad española al soltar esos miles de millones de euros así, alegremente. Porque si claman por la solidaridad entre autonomías, imagino que entenderán que haya solidaridad entre países europeos.
Así es la vida. Se da la vuelta a la tortilla y los que recibíamos, ahora damos.
La España no rescatada pero vigilada
Lo cierto es que España no está como para tirar cohetes. Y ya pueden sacar pecho los políticos del gobierno. No estamos bien y eso es una triste verdad. Eso sí. No lo estamos porque en vez de recortar el gasto político se ha disminuido el despilfarro en otro tipo de gastos. Y los datos están ahí publicados.
Sin embargo, lo más curioso de todo es la explicación de Luis de Guindos para justificar la razón por la cual ese 12%, cuya cifra final dependerá de lo que aporte el Fondo Monetario Internacional. Como España no está rescatada, se asume que estamos lo suficientemente bien como para poner dinero encima de la mesa. Y por si alguien levanta la mano para decir que hemos recibido dinero de Europa, ya puede bajarla, porque ha explicado el ministro que, como todo el mundo recuerda, ese dinero era para sanear la banca. Así que no se acepta pulpo esta vez como animal de compañía. Eso sí, por razón de ese rescate exclusivamente financiero, firmamos un memorando que hay que cumplir, para lo cual, estamos siendo vigilados de cerca. Normal. Yo tampoco le quitaría ojo a un deudor como España.
¿No es un poco extraño que estando como estamos tengamos que dedicar nuestros mermados recursos a Chipre? Pues sí. Pero éstas son las reglas del juego. Si eres un país rescatado te ponemos unas condiciones leoninas pero no pones dinero para el fondo común. Pero si driblas el rescate para evitar esas medidas y disfrutar de unas menos leoninas, tienes que apoquinar.
La medida del rescate chipriota
Y, así, en un plis plas, le han endosado a Chipre, a cambio del rescate, una medida brutal. No, no es corralito. Técnicamente, no, desde luego. Pero una tasa sobre los depósitos del público en los bancos no está mal tampoco. Del 9,99% si tienes más de 100.000 euros depositados y 6,75% si tienes menos. Y mucha gente hará la ola porque, por fin, alguien le va a quitar su dinero a esos ricos avariciosos. Y en Chipre suelen ser rusos mafiosos. Con más motivo.
A mí me sigue pareciendo una barbaridad. Porque ese dinero va a ir a cubrir la deuda estatal, no a alimentar críos desnutridos. Y porque es un robo en toda regla, no importa a qué vayan a destinar el dinero. Finalmente, hoy son los ricos, mañana los menos ricos, y pasado los que yo señale con el dedo. Ahí están los ahorradores chipriotas entregando un 6,75% de su dinero. Quiero decir, del que no les haya dado tiempo a sacar. Pero no, no es un corralito. No todavía.
Ya saben, la inversión en Chipre se irá y Chipre no podrá levantar cabeza. Eso sí, arrastrará el precio del rescate, que hay que devolver, no se olviden, por los siglos de los siglos.