Casado sí tiene interés por la política internacional. De hecho, es un apasionado de ella.
La política se juega tanto en la arena nacional como en la internacional. Ocurre tanto con los gobiernos como con los partidos. Y en ese terreno el Partido Popular está cediendo espacios cada vez de forma más evidente ante Ciudadanos. José María Aznar logró convertirse en un influyente líder del centroderecha latinoamericano. Mariano Rajoy no supo, o no quiso, tomar el relevo. Y Albert Rivera ha aprovechado ese vacío para transformarse en el nuevo aliado español de personalidades tan relevantes como Mauricio Macri, Sebastián Piñera e Iván Duque.
Ya como expresidente del Gobierno, Aznar potenció todavía más sus relaciones con América Latina. Lo hizo a través de la Fundación para los Análisis y los Estudios Sociales (FAES). Dirigentes de todos los partidos del centroderecha de América Latina viajaron a España durante años para participar en todo tipo de actos y eventos de FAES. Esta organización, además, ofrecía programas de formación a jóvenes futuros líderes de esas organizaciones hermanas del PP. El propio Aznar se convirtió en un rostro habitual en muchas capitales del continente americano.
Rajoy no aprovechó la tupida red de relaciones trasatlánticas de su predecesor. No lo hizo ni como jefe del Ejecutivo español ni como presidente del PP. Tanto el Gobierno como el PP se fueron convirtiendo en los grandes ausentes de la política internacional en general, y la latinoamericana en particular (Ver más: Pedro Sánchez y España pondrán el foco en las relaciones con América Latina).
De nada sirvieron los esfuerzos del secretario ejecutivo de Relaciones Internacionales del Partido Popular, José Ramón García Hernández, que siempre se mantuvo activo en esta materia (Ver más: El PP pide que Josep Borrell sea más firme con el régimen de Nicolás Maduro). Las prioridades del mandatario iban por otros derroteros: la economía, el desafío independentista y, a lo sumo, la Unión Europea.
Más allá del apoyo a la oposición venezolana frente al régimen de Nicolás Maduro, fue poca la actividad del PP de Rajoy con América Latina. Incluso las buenas relaciones y el esfuerzo en ayudar a la disidencia cubana, que fue marca de la casadel PP de Aznar y del de Rajoy antes del llegar al poder, pasó a un segundo plano.
Las malas relaciones personales entre Rajoy y Aznar también contribuyeron al aislamiento del PP con respecto a los partidos latinoamericanos de centroderecha. Ambos líderes fueron alejándose de forma cada vez evidente. Y esto se reflejó en un distanciamiento cada vez mayor entre el partido y FAES, hasta el punto que esta llegó a desligarse oficialmente del partido. Y era esta fundación, precisamente, el vínculo más fuerte que tenía el Partido Popular con el otro lado del Atlántico.
Albert Rivera ha sabido aprovechar el vacío dejado por el PP. Primero se implicó personalmente en la denuncia del régimen de Nicolás Maduro. Viajó a Venezuela en 2016 para encontrarse con representantes de la oposición. Se mostró así como un joven líder político comprometido con la lucha por las libertades en América Latina.
La inteligente estrategia de Albert Rivera en América Latina
Posteriormente fue tejiendo una red de relaciones personales con líderes de la región. En esta estrategia contó con la ayuda del diputado y responsable de área de Exteriores de Ciudadanos, Fernando Maura, un veterano conocedor de la región (Ver más: La Unión Europea debe avanzar en las sanciones al régimen de Nicolás Maduro). Producto de ello fue el viaje, a principios de mayo de este año, que hizo al Cono Sur. Allí se reunió con los presidentes de Argentina, Mauricio Macri, y Chile, Sebastián Piñera.
Cabe destacar que ambos mandatarios son nominalmente aliados internacionales del PP. El partido de Piñera, Renovación Nacional, forma parte de la Unión Internacional Demócrata (UID) y de la Internacional Demócrata de Centro. La formación de Macri, Propuesta Republicana, está adscrita a la UID. El miembro español de ambas organizaciones mundiales de fuerzas políticas de centroderecha es el Partido Popular.
La buena sintonía de Rivera con Piñera llega al punto que el director de Contenidos y Estrategia de la Presidencia de Chile, Mauricio Rojas, dijo a ALnavío que “seguramente Ciudadanos sea la alternativa” en España (Ver más: Sebastián Piñera quiere asumir el liderazgo latinoamericano frente a Maduro, Ortega y Castro). No es una opinión menor en el gabinete presidencial chileno.
Rojas conoce bien la política española. Ocupó un alto cargo en el Gobierno de la Comunidad de Madrid en época de Esperanza Aguirre (una dirigente popularenfrentada con Rajoy) y mantiene fuertes vínculos con FAES. Ha participado en muchos actos y llegó a publicar un libro sobre Mario Vargas Llosa en la editorial de la fundación de Aznar.
La estrella en alza de la política latinoamericana también tiene excelentes relaciones con Ciudadanos. El presidente electo de Colombia, Iván Duque, se reunió con Rivera la semana pasada en Madrid. Y no era la primera vez que lo hacían. Que la relación personal entre ambos es muy buena resulta evidente. Aquí también cabe destacar que el mentor político de Duque, Álvaro Uribe, es un tradicional aliado del PP. Pero, una vez más, la relación era más con Aznar que con Rajoy.
Pablo Casado puede competir con Albert Rivera
Ciudadanos está ganando la partida de la política internacional al PP por incomparecencia del rival. Que esto siga siendo así va a depender mucho del resultado de las primarias de la formación de Rajoy. Si gana Soraya Sáenz de Santamaría seguramente la cosa no cambie. Hasta el momento no ha dado muestras de un gran interés por cuanto acontece fuera de las fronteras españolas o, como mucho, de la Unión Europea. Será distinto si el elegido para presidir el Partido Popular es Pablo Casado.
Casado sí tiene interés por la política internacional. De hecho, es un apasionado de ella. Y cuenta con experiencia en la misma. Como director de Gabinete de Aznar en la presidencia de FAES, le acompañó en numerosos viajes y participó en muchas reuniones con líderes de América Latina y otras regiones del mundo. Él sí tiene la actitud y la capacidad para tratar de recuperar el terreno perdido frente a Ciudadanos.
La dejadez de Rajoy en esta materia en los últimos años y la inteligente estrategia de Rivera juegan, sin embargo, en su contra. Si llega a liderar el PP, tendrá que hacer un gran esfuerzo para que la formación recupere el protagonismo que llegó a tener en el centroderecha latinoamericano.