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Contubernios contra el canon

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Insultos, descalificaciones y victimismo a granel caracterizan el ladrillo en cuestión. Tan sólo en una cosa parece ser sincero, aunque sea justo cuando pretenda mostrarse irónico. Al final del texto dice de los socialistas: "gracias a los cuales esperamos seguir forrándonos como locos chupando del canon". Si hace una defensa tan encendida de esta "compensación por copia privada" es que seguramente pertenezca a esa minoría de artistas que sacan tajada de la misma.

En tono irónico dice el señor Sisa que "lo que nos gusta es vivir bien, sin trabajar y sin obligaciones". Entérese que no sólo piensan eso quienes se oponen al canon; un defensor del mismo como José María Cano lo dejó bien claro: "Es injusto pedir a los artistas que se busquen la vida". Se ve que eso es algo que deben hacer el resto de los mortales, pero que no debe ir con ellos. Se lamenta el galáctico de que ellos, los artistas, tengan que hacer frente a las comisiones de los bancos, pagar tasas por viajar, sufrir un 70% de impuestos en la gasolina y demás. Tal vez no se ha dado cuenta de que al resto de los ciudadanos nos ocurre lo mismo y no pretendemos que otros nos paguen aunque no usen nuestros servicios ni utilicen los bienes producidos por nosotros.

Claro que para Don Jaume el problema radica en que la opinión de quienes se oponen al canon se resume en "pero que estos cantamañanas quieran cobrar por lo que ellos llaman trabajo, ¡habrase visto!" No señor, que cobren por su trabajo nos parece estupendo, lo que nos molesta es que cobren por el hecho de que me compre un CD para almacenar las fotos que hacemos con nuestra cámara digital o guardar, por ejemplo, los trabajos de clase de un estudiante.

Y una vez insultados todos, viene la hora de señalar quiénes son sus enemigos: el PP (menos Rodríguez Salmones, claro), la "extrema derecha mediática" (¿entrará aquí Nacho Escolar, director de Público?), la Asociación de Internautas (la honradez de cuyo presidente pone en duda sin ofrecer prueba alguna), un senador de IC-Els Verds (lo que sorprende a Sisa) y medios de comunicación "presionados, quizá por anunciantes de tecnología digital o con intereses en la industria audiovisual y parte de la hostelería". Todos ellos gente muy mala o con intereses espurios. Y cómo no, para que el complot de los malos malísimos esté completo, entran en juego hasta el Opus Dei y la Conferencia Episcopal. Se le ha olvidado nombrar a la CIA y la Asociación Nacional del Rifle.

Pues entérense el señor Sisa y compañía. La oposición al canon no responde a ese complot que pretenden mostrar. Incluye a personas de toda ideología y en la mayor parte de los casos sin coordinación alguna. Nos oponemos debido a que nos parece una apropiación ilegítima de nuestra propiedad privada. Sin duda alguna tiene usted motivos para estar agradecido al PSOE, puesto que le asegura el canon. Pero, por favor, no se dedique a insultar al resto. Confórmese con quedarse con una parte de nuestro dinero a la que no tiene ningún derecho, por mucho que la legislación me obligue a entregárselo, y recuerde que las leyes muchas veces no son justas.

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