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Cultura tiene razón

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Desde ese departamento han dicho que el canon "no es un instrumento de lucha contra la piratería". El autor de tal verdad es el director general de Política e Industrias Culturales, Guillermo Corral Van Damme. Pero después del soponcio y la preocupación, viene la calma. Tras seguir leyendo, comprendo que el acuerdo entre Corral Van Damme y termina ahí.

Esta verdad en boca de alguien tan próximo al titular de Cultura –lleva varios años ocupando cargos que demuestran la confianza que tiene en él Cesar Antonio Molina, incluyendo su paso por una institución pública en la que tiene mucha influencia la esposa del ministro– fue el inicio de una alocución que parece escrita por el mismísimo Teddy Bautista, o incluso por Pilar Bardem. Ya puedo respirar tranquilo. El sobrecito de tila vuelve a su sitio. Este diplomático, que tal vez aprendió mucho sobre como liar a sus oyentes cuando estuvo destinado en Turquía y Tanzania, aclara que de esa manera "son irrelevantes" los argumentos de que el canon castiga por un presunto delito que todavía no se ha cometido. Sí, es cierto que en esto también tiene razón, claro que también debería aclarárselo a muchos artistas que dicen que este sobreprecio es para compensarles por la piratería.

Continúa diciendo que el canon, por lo que compensa, es por "las copias legales" que los consumidores pueden hacer. Eso sí que es de traca. Para Corral Van Damme está mal que se te castigue por algo ilegal que no has cometido, pero está bien que se te haga por algo legal que tampoco has hecho. Es como pretender cobrar a todos los españoles el impuesto de matriculación por si algún día se compran un coche. ¿Qué no tienes ni carné de conducir? Algún día te lo sacarás… ten presente que "no podemos conducir por ti" (pero ya les gustaría, como nos recuerda de vez en cuando Carlos Rodríguez Braun).

Y continúa el alto cargo con apellido de actor de películas de patadas y puñetazos asestando golpes a nuestra inteligencia. Nuestro amigo (bueno, del ministro y su mujer, no mío), asegura que se trata de una "retribución legítima" que perciben los autores por su creación. Curiosa legitimidad la del pro-castrista Pau Donés para hacerme pagarle por comprar un DVD en el que jamás copiaría una sola de sus aburridas y repetitivas canciones. Y el remate. Tras poner por las nubes a la industria cultural, afirma que el canon sirve para protegerla. Si tan buenos fueran nuestros cantantes, compositores, actores, guionistas de cines y demás, no necesitarían dicha protección. El mundo entero correría a comprar sus obras y ver sus películas. ¿Qué no ocurre así? Es posible entonces que no sean tan maravillosos ni que se merezcan ser protegidos.

Según terminaba este artículo me iba tranquilizando del todo. La preocupación inicial fue producto de la precipitación. Sigo estando cuerdo y el Ministerio de Cultura continúa al servicio de ciertos actores, cantantes y similares. Hay cosas que nunca cambian.

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