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Demagogia Gore

Publicado en Libertad Digital

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En el lado de la ciencia podemos comprobar que IPCC reconoce que, en el informe de 2001, la influencia humana estaba sobreestimada y admite que, como decían los escépticos, la Antártica no está perdiendo hielo. Y es que nuestro conocimiento de la influencia sobre el clima de factores como el vapor de agua o la actividad solar es todavía muy limitado, al igual que lo son los modelos informáticos de predicción climática que preveían fuertes calentamientos en los dos polos.

De todo eso no nos habla Gore, porque la ciencia no parece interesarle tanto como el catastrofismo que otorgue carta blanca al intervencionismo político. Después de todo, eligió como asesor científico a un alarmista llamado Paul Ehrlich, que aseguró que, "antes del año 2000, unos 65 millones de norteamericanos" perecerían por inanición debido al sistema capitalista.

Gore intenta ocultar que existe un interesantísimo debate científico sobre el futuro del clima en la Tierra y las causas de sus cambios. Y, como no podía ser menos, ZP se ha apresurado a poner las mentes de nuestros escolares sobre el altar del fanatismo ecologista y adoctrinarles con el vídeo del ex vicepresidente. Lo cierto es que, más allá del importante debate científico, el mayor coste del Protocolo de Kioto está siendo el empobrecimiento de buena parte del Tercer Mundo, donde los recursos malgastados en Kioto perjudicarán el desarrollo energético en vez de paliar problemas como el sida o la malaria, que matan hoy a millones de personas.

¿De verdad alguien piensa que una posible subida del nivel del mar de 40 centímetros en cien años es más importante que producir energía en los países subdesarrollados o erradicar grandes lacras? En España, sólo el coste directo de los derechos de emisión supone, según Medio Ambiente, 1.953 millones de euros, 4,7 veces más del coste máximo prometido por Narbona para acallar las críticas a la aplicación del Protocolo. Eso sin contar con las distorsiones productivas que está provocando.

Y toda esta sinrazón, ¿para qué? Pues para casi nada, porque Naciones Unidas admite que, aunque todos los países cumplieran, la reducción de temperaturas que podría lograrse sería de tan sólo 0,07 grados centígrados. El colmo es escuchar a Eduardo Zaplana decir con orgullo que fue el Gobierno del PP el que firmó un irracional acuerdo de racionamiento que pone el techo de emisión por habitante en nuestro país en la mitad de países como Irlanda. Y es que la demagogia no sabe de partidos políticos.

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