Y la experiencia enseña como se las gastan muchos integristas islámicos cuando no se les obedece, pues obediencia es lo que buscan. Pero si preocupante es la petición, alentadora es la reacción de los responsables de la enciclopedia libre.
Es cierto que la negativa a retirar esas imágenes, que no son para nada ofensivas con la figura de Mahoma y que además en muchos casos son de autores musulmanes, puede llegar generar una oleada de violencia anti occidental en el mundo islámico. Pero también lo es que se trata de la única respuesta que no supone un nuevo paso de claudicación ante el totalitarismo. Y eso es lo importante. Una nueva rendición tan sólo generaría más casos similares y cada vez más radicalizados. La experiencia histórica demuestra el coste en vidas de las políticas contemporizadoras con los enemigos de la libertad.
Wikipedia se define como libre, y precisamente para poder mantener ese carácter no podía rendirse a la extorsión totalitaria. Al negarse al ceder, defiende la libertad de internet en general. Si cediera a la petición, el mensaje que se enviaría a los integristas es que Occidente es débil y está dispuesto a que sus ciudadanos actúen en la red como dhimmis sometidos a las normas islámicas en su versión más rigorista. De aceptar la retirada de las imágenes de Mahoma, los integristas (desde gobiernos como el iraní o el saudí hasta organizaciones tanto abiertamente terroristas como cercanas a estos) exigirían normas que prohibieran la representación de Mahoma en cualquier sitio web y otras muchas acordes con las creencias que dicen defender.
Por fortuna, en la sociedad civil todavía queda más valor a la hora de defender la libertad de expresión que en muchos gobiernos y partidos políticos. Al proteger su derecho a ser libre, Wikipedia defiende el del resto de los internautas de todo el mundo. En caso de haber sido un Estado, tal vez el resultado hubiera sido otro mucho peor. Cuando la libertad está en juego no cabe contemporizar; el precio final que se paga termina resultado mucho más alto.