- "España podría tener 20 millones pobres en 2025"
- "Uno de cada cinco españoles es pobre"
- "El PSOE alerta de que uno de cada tres niños se va a la cama con hambre"
-
"El 21,1% de la población española se encuentra por debajo delumbral de la pobreza"
Todos estos titulares se han podido leer en la prensa española en los últimos meses. Normalmente, se acompañan con fotos de indigentes, entrevistas a trabajadores sociales o relatos sobre familias desahuciadas. Es normal que, para muchos ciudadanos, estas noticias sean simplemente el reflejo de la cara más dura de una crisis que empezó hace más de seis años.
Hay que reconocer que la situación económica en nuestro país es muy mala. Sin paliativos. Y, aunque es cierto que en los últimos meses hay algunos indicios que apuntan a un ligerísimo cambio de tendencia, los datos de paro o los ocho trimestres de crecimiento negativo consecutivos no dan mucho margen para el optimismo. Sin embargo, hablar de más de 10 millones de menesterosos, de niños desnutridos o del riesgo de exclusión social de millones de hogares tampoco parece una radiografía fiel de la realidad española.
El 60% de la mediana
Quizás lo primero que haya que hacer es preguntarse, ¿qué es ser pobre en estos primeros años del siglo XXI? Según Eurostat, el "umbral de riesgo de pobreza" de cada país se fija en el "60% de la mediana de los ingresos" de cada tipo de hogar. La ONU, la OCDE, el INE en España y la mayoría de los gobiernos utilizan esta misma medida para calcular el porcentaje de su población que vive en estado de necesidad. El problema es que este tipo de estadísticas quizás no reflejen con fidelidad lo que el común de los mortales entiende como "pobreza".
La mediana es un valor que se obtiene ordenando a todos los individuos (o familias) de cada país. Se les pone (metafóricamente hablando) en fila india y se escoge al que esté exactamente en la mitad de la fila. Por lo tanto, para la UE o la ONU, se considera pobre todo hogar con unos ingresos que estén por debajo del 60% de lo que gana ese español "mediano".
¿Y cuánto supone ese umbral del 60%? Pues según puede verse en la siguiente tabla el cálculo del INE para España en 2012, hablamos de 7.355 euros para hogares unipersonales y 15.445 euros para familias con dos adultos y dos menores.
Con estas cifras, al INE le sale que el 21,1% de la población de nuestro país está "en riesgo de pobreza". Estaríamos hablando de unos diez millones de personas. El porcentaje sube al 25,9% en el caso de los menores de 16 años y se sitúa en el 16,9% para los mayores de 65 años.
Los matices
Hasta aquí, no parece haber nada extraño. Estas cifras son las que aparecen casi a diario en los medios de comunicación, que repiten que uno de cada cinco españoles es "pobre". Pero este tipo de estadísticas tienen muchos matices.
– Una medida relativa: lo primero que cualquiera puede observar es que la mediana es una medida relativa. Es decir, que los indicadores de pobreza en Europa o EEUU no miden los ingresos en términos absolutos, como sí hacen en el Tercer Mundo. En los países menos desarrollados, lo que se tiene en cuenta es cuántas personas viven con menos de uno o dos dólares al día o no tienen acceso a agua potable o consumen menos de 1.000 calorías diarias, etc…
Sin embargo, en Occidente este tipo de mediciones no se hacen. Entre otras cosas porque saldría un número ínfimo. Afortunadamente, no hay prácticamente nadie que esté en esa situación. Por eso, aquí se utilizan ratios relativos como ese "umbral de la pobreza" del que hablamos.
– Riqueza y umbrales: el problema de lo apuntado en el anterior epígrafe es que eso provoca que según va haciéndose más rico un país, más se eleva su "umbral de pobreza". Imaginemos un país de 1.000 habitantes, en el que 600 ciudadanos ganaran 1 millón de euros al año y los otros 400 sólo tuvieran unos ingresos de 300.000 euros. Este país sería muy rico, sin embargo aparecería en las listas como uno de los más desiguales y un 40% de su población estaría por debajo del "umbral de la pobreza" de Eurostat o el INE.
Esto es un ejercicio teórico. Ningún país tiene una distribución de la riqueza así. Pero cuidado, hay países muy ricos en los que las cifras de pobreza son sorprendentes. Tanto, que sólo admiten una explicaciónestadística.
Por ejemplo, en 2005, antes de la llegada de la crisis, que siempre puede pensarse que desvirtúa estas ratios, en Dinamarca el umbral de pobreza se situaba en los 2.323 euros al mes para una familia de cuatro miembros. Está claro que en una sociedad rica, los precios también son algo más altos. Pero parece complicado pensar que un hogar de cuatro personas que gana más de 2.300 euros al mes pueda considerarse "pobre". Pues oficialmente sí lo es. De hecho, los países más ricos de Europa, como Suiza, Suecia o Dinamarca tienen ratios de pobreza de alrededor del 15%, algo que sorprenderá a cualquiera que los haya visitado.
– España: en nuestro país no se llega a ese nivel, entre otras cosas porque el PIB per cápita es muy inferior al danés. Está claro que una familia de 4 miembros con unos ingresos anuales de 15.500 euros tendrá dificultades para llegar a fin de mes. Su situación no es sencilla, ¿pero se considerarían a sí mismos como "pobres"? ¿Es normal que una información sobre este hogar se ilustre con la imagen de un indigente durmiendo en el metro?
Además, pueden observarse fenómenos muy curiosos. Por ejemplo, en 2007, antes de que estallase la crisis, el nivel de pobreza oficial del INE era del 19,7%. Sí, en plena burbuja, uno de cada cinco españoles también era "pobre". Como decíamos anteriormente, ahora el dato es del 21,1%. Cinco años de recesión apenas han elevado esta cifra en 1,4 puntos. Es más, en el último año, a pesar del incremento del paro, ha caído del 21,8% a ese 21,1% del que hablamos. ¿Hay alguna explicación que no sea la distorsión estadística?
En el caso de los ancianos, la ratio de pobreza ha caído cinco puntos desde 2010, del 21,7% al 16,9%. ¿Cómo puede ser? ¿Es que se han hecho millonarios de golpe? No. Es consecuencia del carácter relativo de la estadísticas. Como las pensiones se han revalorizado algo más que los sueldos, sin ser más ricos en términos absolutos, han salido de las filas "oficiales" de la pobreza, aunque sus apuros para llegar a fin de mes seguramente siguen siendo los mismos.
– Renta y bienes: la segunda variable que hay que tener en cuenta es la riqueza, entendida como el valor de los bienes que una familia posee. Una persona puede tener ingresos bajos pero un alto patrimonio acumulado (por herencias, por haber ahorrado a lo largo de su vida, por haber invertido en activos,…). En este sentido, España es un ejemplo, con más del 82% de la población viviendo en una casa de su propiedad.
Esto tiene un reflejo directo en las cifras de pobreza. Por ejemplo, como hemos apuntado, según el INE el 16,9% de los ancianos es pobre. Pero si tenemos en cuenta el dinero que se ahorran por no pagar vivienda (lo que se conoce como "alquiler imputado"), esta cifra cae al 8,5%. No quiere esto decir que el pensionista español medio, que gana menos de 1.000 euros al mes, pueda permitirse grandes dispendios, pero si vive en su propia casa, al menos podrá mantener un nivel digno. Por eso, las estadísticas de pobreza deberían contar también las propiedades, cosa que no hacen, lo que desvirtúa por completo sus conclusiones.
Privación material severa
Nada de lo apuntado anteriormente quita gravedad a la situación de dificultad que cada día viven millones de españoles. Simplemente se trata de conocer qué se esconde exactamente detrás de las cifras que cada día se publican en los medios.
En este sentido, quizás sería más interesante que se popularizasen otros estudios que realizan el INE (para España) y Eurostat (para Europa), como el de Privación Material Severa (severely materially deprived). El servicio oficial de estadísticas de la UE analizan algunos tipos de gasto esenciales para cualquier hogar y establece que aquellas familias que no sean capaces de hacer frente a 3-4 de estos epígrafes están en una situación de necesidad o situación de necesidad severa.
Estos conceptos son: poder pagar la hipoteca, poder pagar las facturas de los servicios esenciales, poder pagarse una semana de vacaciones al año, poder afrontar la compra de carne o pescado cada dos días, capacidad para hacer frente a gastos imprevistos, capacidad para comprarse un móvil, ser capaz de comprarse una lavadora, tener medios para comprarse un televisor, ser capaz de mantener el hogar caliente a través de la contratación del correspondiente servicio de calefacción o poder acceder a la compra de un coche.
En 2011, los españoles que no podían afrontar al menos 3 de estas categorías de gasto estaban algo por encima del 10% de la población; los que no podían con al menos 4, por debajo del 5%. No es una cifra menor. Hablamos de casi 2 millones de ciudadanos que no puede permitirse bienes o servicios que a la mayoría se nos antojan casi imprescindibles para la vida diaria.
- Por ejemplo, un 44,5% de los españoles afirma que no puede "permitirse una semana de vacaciones" al año fuera de casa
- Un 40% asegura que no tiene capacidad para "afrontar gastos imprevistos"
- Los hogares que tienen retrasos en el pago de hipotecas apenas llegan al 7,4%.
- Los que reconocen que llegan a fin de mes "con mucha dificultad" son el 12,7% (una cifra muy importante, pero casi la mitad del 21% que el INE considera "en el umbral de la pobreza")
- En lo que hace referencia a la comida (poder comer carne o pescado al menos una vez cada dos días), según Eurostat, España se encuentra, afortunadamente, al mismo nivel que los países más ricos de Europa, con un menos de un 3% de la población en esa situación
Nada de esto debe hacernos olvidar lo mal (muy mal) que lo pasan miles de familias españolas. Por ejemplo, un 2% de la población es casi un millón de personas. Y ésa es la cifra que declara que tiene dificultad para comprar carne o pescado cada dos días. No es una cuestión baladí, ni mucho menos. Pero de ahí a hablar de 20 millones de españoles que podrían ser "pobres" en 2025 o de que ahora mismo uno de cada cinco de nuestros conciudadanos está en el "umbral de la pobreza", hay un trecho.