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Dos tontas muy tontas

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En realidad, tan sólo se han comportado como un par de perfectas tontas. Una de ellas suponemos que por mera inocencia, y la otra por tener más "mala baba" que conocimientos de internet.

La mujer del próximo director del servicio de inteligencia británico MI6, Sir John Sawers, no tuvo mejor idea que publicar en Facebook datos de tipo personal como la dirección postal o información de la amistad que ella y su marido mantenían con famosos del Reino Unido. Todo ello sin poner limitaciones sobre quién podía acceder a esa información. Sólo le faltó decir el horario de trabajo que va a tener Sir John cuando asuma la jefatura de los espías y la ruta que seguirá cada día para llegar a su oficina.

Cuesta creer que una persona sea tan poco inteligente como para cometer un error como este cuando su marido va a asumir un cargo que se caracteriza precisamente por requerir una gran discreción (por las necesidades del mismo, no para irse de caza o pesca a costa de los presupuestos públicos o utilizar agentes y medios materiales con fines privados). No resultaría, por tanto, en absoluto extraño que Miss Sawers no esté nada contenta con el futuro trabajo de su esposo y estuviera tratando de que el gobierno de Su Graciosa Majestad diera marcha atrás en el nombramiento.

El caso de la española resulta mucho peor. Trató de hacer mucho daño a una persona y a la hora de cometer sus deleznables acciones no tuvo en cuenta que casi todo lo que se hace en la red deja un rastro. La hijastra del alcalde de Zaragoza, que con 24 años ya tiene edad para saber que ciertas cosas no se deben hacer, se hizo pasar por un concejal del PP para crear un blog a su nombre y perjudicar su imagen. La chica, de nombre Beatriz Tirado, no fue lo suficientemente lista como darse cuenta de que al hacerlo desde el domicilio familiar la iban a descubrir enseguida.

La joven, que a pesar de lo que pretenda un viejo amigo de Belloch no es "una víctima del sistema", trató de hacer daño a un tercero suplantando su identidad. Por fortuna, la inteligencia que usó para planear su campaña de desprestigio no era lo suficientemente alta como para no ir dejando pistas. Una persona así merece ser descubierta.

Entre estas dos mujeres, prefiero a la primera. Ella no trataba de hacer daño a nadie, tan sólo pecó de inocente en un medio en el que muchos no saben ser lo suficientemente prudentes. La segunda me preocupa más, ya con la lección aprendida es capaz de volver a actuar tratando de no dejar rastro. Que no se extrañe ningún zaragozano si comienzan a verla en cibercafés o buscando redes WiFi en abierto con un portátil.

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