El modelo liberal texano se ha convertido en un imán para la atracción de más y más habitantes. Según los datos del censo para el año 2013, más de 387.000 estadounidenses se desplazaron hacia Texas para fijar allí su residencia. De hecho, la ciudad de Austin también ocupa el primer puesto de la tabla nacional en cuanto al número de residentes que atrajo durante el ejercicio.
Este fenómeno no es nuevo sino que lleva tiempo gestándose. De hecho, otras áreas metropolitanas del Estado de Texas como Houston, San Antonio, Dallas, Fort Worth, Odessa o Midland también se sitúan entre los territorios de la Unión que más vieron aumentar su población a lo largo de 2013.
Atractiva fiscalidad
La creación de empleo ha tenido mucho que ver con la buena evolución de Texas. A lo largo del último año, el territorio creó 1.000 empleos diarios. Para poner en perspectiva la cifra, podemos analizar el desempeño de California, otro de los grandes motores económicos del país norteamericano.
El resultado de este ejercicio comparativo es claro: por cada empleo creado en California desde 2007, en Texas se han generado cuarenta. En términos de empleo, Texas arroja una tasa de paro del 5,1%, por debajo de los niveles registrados en California (7,4%) y el resto del país (6,2%).
A nivel estatal, la presión fiscal ronda el 7,5%. Por comparación, la media estadounidense llega al 9,8% mientras que en California alcanza el 11,4% y en Nueva York toca el 12,6%.
Estos datos de la Tax Foundation también se pueden expresar en términos monetarios. Cada texano paga, de media, 2.109 dólares al año en impuestos estatales, frente a los 3.064 dólares de la media nacional, los 4.075 dólares de California o los 5.258 dólares de Nueva York.