La política económica de Unidos Podemos, tal cual se materializa en sus ayuntamientos del cambio, no es otra que la del muy castizo caciquismo español: clientelismo a cargo del presupuesto público.
Unidos Podemos ha prometido reiteradamente abandonar el formato de crecimiento del Partido Popular, basado en la precarización de las condiciones laborales y en la promoción de sectores de bajo valor añadido (como la construcción o la hostelería). Para lograrlo, la formación morada dice querer impulsar un cambio de modelo productivo basado en la I+D+i y en el empleo de calidad. A la hora de la verdad, sin embargo, ni alto valor añadido, ni I+D+i ni empleo de calidad.
Así, por ejemplo, el Ayuntamiento de Madrid acaba de ofertar 390 plazas de formación para parados en los distritos de Puente y Villa de Vallecas (caladeros de votos de Ahora Madrid): durante seis meses, los madrileños residentes en estos distritos que se inscriban en tales talleres cobrarán el salario mínimo interprofesional por aprender profesiones tan disruptivas e innovadoras como las de albañil, jardinero, pintor, limpiador, animador o «promotor de la igualdad». Al parecer, cuando el sector privado crea este tipo de puestos de trabajo o abona semejantes salarios está generando empleos basura y explotando inmisericordemente a los parados; en cambio, cuando el sector público subvenciona este tipo de profesiones (supuestamente) basura mediante el pago del misérrimo salario mínimo, de manera mística está pavimentando el camino hacia un dignísimo y socialísimo nuevo modelo productivo.
Más allá de los habituales embustes políticos y del recurrente vendemantismo electoral, la política económica de Unidos Podemos, tal cual se materializa en sus ayuntamientos del cambio, no es otra que la del muy castizo caciquismo español: clientelismo a cargo del presupuesto público para afianzarse en el poder. Su objetivo es generalizar el asistencialismo y la dependencia ciudadana del Estado a costa del expolio de los contribuyentes: redistribuir la pobreza en lugar de potenciar la riqueza para todos. Lejos de querer cambiar de modelo productivo, lo que se busca es perpetuar el modelo de dominación política que tan buenos réditos ha dado al PP (mantenimiento de las pensiones para acaparar el voto de los pensionistas) y al PSOE (PER andaluz para apuntalar 35 años de régimen socialista): el único cambio que de verdad ambicionan es el de los sillones y el de las redes clientelares a las que sobornan. Quítate tú para ponerme yo y para poder dilapidar el dinero de los demás no en los tuyos sino en los míos.