Y no es sólo por la manía que los informáticos le solemos tener a las empresas dominantes del sector, primero a IBM y ahora a Microsoft, sino porque el navegador de la empresa de Redmond nos hace la vida muy difícil, obligándonos con frecuencia a hacer dos versiones de la web: una para Explorer y otra para todos los demás navegadores.
La web funciona porque existen unos estándares que definen los lenguajes informáticos con que se define el contenido y la forma de presentarlo, principalmente HTML y CSS. Eso permite que distintos fabricantes puedan crear sus propios navegadores y lograr que sus usuarios vean la web esencialmente igual que los de otros. El problema surge cuando un navegador, que además es el más utilizado por ser el incluido en Windows, no respeta esos estándares. Si Internet Explorer fuera utilizado por, digamos, un 5% de los internautas, la mayoría de los diseñadores web simplemente lo ignorarían, forzando a sus usuarios a pasarse a la competencia y a Microsoft a respetar mejor los estándares para lograr que volvieran. Pero como no es así, los que nos dedicamos a esto de la web tenemos que forzar las páginas para que se vean bien en Explorer, y les aseguro que no es una tarea agradable.
Sin embargo, Microsoft acaba de publicar la primera versión preliminar de Explorer 8, con la novedad de que será la primera versión que por defecto visualice las páginas respetando los estándares web más o menos a rajatabla. No sabemos qué hay detrás de esta decisión, si la amenaza de una posible persecución en Bruselas tras la denuncia de Opera o simplemente el temor a perder la primacía ante un Firefox que, aunque aún minoritario, no hace más que crecer a costa del navegador de Microsoft. Pero sean por los motivos que sean, será un motivo de alborozo para toda la comunidad que trabaja para que se vean las páginas lo mejor posible.
Hay una pequeña organización, The Web Standards Project, nacida para estimular este proceso de creciente respeto por los estándares. Su obra más conocida son sus test Acid, que miden el respeto de un navegador concreto por ellos. El más conocido es el Acid 2, que debería mostrar una carita sonriente, pero que por el momento sólo superan Safari y Opera y más o menos Firefox. Pues bien, tanto Firefox 3 como Explorer 8 prometen pasarlo, y así lo demuestran sus versiones beta. De modo que ya han creado otro test, el Acid 3, que se centra más en el soporte de Javascript, que es el lenguaje de programación que permite que funcionen aplicaciones web como Gmail. Por ahora no lo supera absolutamente nadie. Pero bueno, todo llegará.
El caso es que parece que en un futuro quizá no tan lejano se podrán llegar a hacer sitios web que se vean igual en todos los navegadores importantes, cosa que no se puede hacer desde… este… vale, no se ha podido hacer nunca. El mayor obstáculo será que los usuarios de Explorer son con diferencia los más reacios a cambiar de navegador, de modo que el proceso será mucho más lento de lo que debiera. Pero al menos vamos por buen camino, que ya era hora.