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Fuego y furia de Steve Bannon

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¿Cómo es posible que Trump ganase las elecciones?

En el número uno en ventas de Amazon se encuentra el libro de Michael WolffFire and Fury. Inside the Trump White House. Supera a un libro de cocina (La olla instantánea), a la novela Canta, insepulto, canta, y al libro de autoayuda El sutil arte de que no te importe una mierda.

Donald Trump debería haber seguido el consejo que sugiere este último título. Pero Trump no lee, y esa es una de las jugosas afirmaciones del libro de Wolf; y es casi seguro que en el infinito de sus lecturas por hacer cae también este libro. En lugar de aceptar que es el presidente de los Estados Unidos y que le van a criticar por el anverso y el reverso, ha amenazado al autor y a la editorial con acciones legales para detener su publicación. Es un esfuerzo absurdo, porque aquél, sí, es un país libre y no hay forma legal ni tecnológica de detener una publicación. Y, además, le ha otorgado al libro mucho más interés del que probablemente merezca. Ha demostrado que no conoce las resistencias que hay al poder en su país, ni los mecanismos más básicos de la comunicación. Y a su fracaso une haberse mostrado ante sus ciudadanos como un presidente que no cree en la libertad de expresión impresa en la primera Enmienda a la Constitución. Ha actuado, en definitiva, como un aficionado.

Así, con una sola decisión, ha avalado la principal tesis del libro, que es la de que él no pensó que iba a llegar a la presidencia de los Estados Unidos. No creo que haya llegado al extremo de votar a su (ex) amiga Hillary Clinton, a la que forró de millones en campañas pasadas. Pero el libro cuenta cómo su victoria, inesperada, le colmó de terror ante la responsabilidad que estaba a punto de asumir. Quizá, como dice Wolf, sólo quería repetir lo que había hecho antes: pagarse una campaña de promoción personal, beneficiándose de la desmedida atención de los medios de comunicación al proceso electoral. Y murió de éxito.

Una vez en la Casa Blanca, Trump hizo lo que sabía hacer. Pero llevar un emporio privado no es lo mismo que gestionar el Estado más poderoso del planeta. Ni por dimensión de la responsabilidad, ni por el tipo de procesos que tiene que sortear en un terreno y en el otro. Trump no sabe más de política que lo que pueda saber cualquier otra persona inteligente que se intoxique con la información televisiva. La lectura le produce una pereza invencible, incluso cuando se trata de leer los informes (que él mandó recortar), antes de tomar decisiones relevantes. El poder en general, y la figura presidencial en aquél país en particular, generan de forma inmediata una poderosa barrera de respeto que, según el libro, el propio Trump ha hecho añicos dentro y fuera de la Casa Blanca.

El caos en la Casa Blanca es permanente; es decir, lo era, hasta que llegó John Kelly como jefe de gabinete, y logró expulsar del círculo de poder a Steve Bannon. Y aquí está el núcleo de la presente historia, porque este es, en realidad, el libro de Bannon. Fue el ex jefe de estrategia de Trump quien le ha permitido el acceso a la Casa Blanca durante año y medio, en el que ha ido recolectando el material que este viernes ha salido a la venta. Y le ha dado también sus tesis y sus pequeñas venganzas. Según el periodista Zeke Miller, siempre que le vio en la sede del gobierno federal, Wolff llevaba una tarjeta de visita, no de prensa.

Wolff ha escrito una demoledora biografía de Rupert Murdoch, pero Trump debió de pensar que a él no le ocurriría lo mismo. Wolff ha colaborado en varios medios, sin dejar de mostrarse simpático con el empresario presidente. Hasta que ha acumulado todo lo que necesitaba para destrozarle, y lo ha juntado en Fuego y furia.

Michael Wolff tiene fama entre la profesión periodística de mezclar realidad y ficción. Politico recoge una crítica que le hizo el periodista David Carr a su libro sobre Murdoch que resume muy bien las críticas más habituales al autor del libro sobre Trump: “Históricamente, uno de los problemas de la omniscencia de Wolff es que, aunque puede que lo sepa todo, parte de lo que escribe es erróneo”. El mismo Wolff ha reconocido que no sabe si todo lo que ha escrito es cierto. Se escuda en que algunas de las fuentes que ha utilizado le mentían tanto como le contaban la verdad. Pero darle credibilidad a los mentirosos no es culpa de ellos, sino del propio autor. El libro, dice, es “una versión de lo que creo que es cierto”. Pero la felicidad en el lodazal de la mentira no es exclusiva de Wolff, ya que la comparte con infinidad de periodistas que tienen material para criticar a Donald Trump.

Pero no hay nuevo material. Y eso es lo peor de Fire and furyLo que cuenta el libro ya lo sabíamos. Que se asustó cuando se vio como presidente de los Estados Unidos. Que intentó gestionar la Administración como su emporio empresarial. Que no lee más que las historias que tratan sobre él. Que es vengativo con quien le critica, y que todo el recinto de la Casa Blanca no es suficiente para su ego. Aparte de algunos detalles sin mayor relevancia y en cuya veracidad no podemos confiar, el libro, por lo que ha saltado a la prensa, no dice mucho.

Las noticias que no da el libro de Michael Wolff dejan sin responder las preguntas que nos hacíamos hace más de un año. La principal de todas ellas es ¿Cómo es posible que Trump ganase las elecciones?

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