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La caña de España.es

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No, no ha leído mal. El registrador polaco comenzó a admitir direcciones con esta letra el 11 de septiembre de 2003. Y no es el único. Además de los internacionales .com, .biz y .net, son varios los países que permiten utilizar dicho carácter en direcciones de Internet con sus sufijos nacionales. Es el caso, entre otros, de Chile y Perú. Pero también de otros cuya lengua no es la española, como Belice y Portugal.

Pero claro, aquí se va despacio debido a que las cosas se quieren hacer bien. En primer lugar hay que encontrar el problema y después al encargado de solucionarlo. Y quién mejor que la siempre sorprendente ministra de Cultura, Carmen Calvo. Dando muestras de su gran conocimiento de la Red, anunció que pediría a Bill Gates "el dominio de la eñe en Internet". Nuestra "cocinera antes que fraila" preferida ha resultado ser toda una maestra, también en esto. No tuvo en cuenta, primero, que direcciones como España.com o Eñe.com ya estaban disponibles cuando dijo aquello, y segundo, que el nuevo doctor honoris causa por Harvard no tiene autoridad en estos asuntos.

Afortunadamente para Calvo, la conversación no tuvo lugar. Un bochorno más que se ahorró la señora ministra. Además, por fortuna para ellos, la titular de Cultura no debe de ser asesora de Red.es. Así que en esta entidad se olvidaron de ese señor al que la Calvo tanto parece venerar y se pusieron manos a la obra. Y qué mejor que consultar a unas entidades que saben mucho del idioma español y nada o casi nada de tecnología, como son la Real Academia Española y sus equivalentes del otro lado del Atlántico. Además, también pidieron consejo a algunas autoridades nacionales registradoras de dominios, como la alemana. En esto último acertaron; imagino que los germanos les explicarían que lo que se debe hacer es adaptarse al sistema de Internacionalización de Nombres de Dominio en Aplicaciones (IDNA).

Aunque todavía este sistema presenta algunos problemas, como la falta de compatibilidad con algunos navegadores y muchos gestores de correo electrónico, es la solución aceptada en el resto del mundo. Claro que para saberlo no hacía falta molestar a tanta gente.

Una vez que se consigue lo que aquellos que no usan la eñe lograron cuatro años antes, llegará el turno para que los ciudadanos registren sus flamantes .es con eñes incorporadas. ¿Y qué mejor modo de conseguir que cada vez más españoles utilicen el sufijo patrio que complicando las gestiones? Pobre de usted si pretende adquirir, por ejemplo, montañeros.es y no tiene ningún dominio español registrado antes. A esperar, que quienes ya poseen alguno tienen prioridad. Y claro, ¿para qué va a perder la Administración pública la oportunidad de ganar dinero a costa de los ciudadanos? A igualdad de prioridad, subasta al canto. Sería mucho más simple que el primero en pedir un dominio pudiera llevárselo sin más, pero burocracia y simplificación casi nunca van unidas.

Ahora sí podemos decir de Red.es que es la xn--caa-8ma de xn--espaa-rta.

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