El propio Gobierno habla del motivo de la política de erosión de las cuentas públicas a base de hacerle más agujeros que a un emmental, para repartir lo horadado a distintos grupos sociales, que se identifican con potenciales votantes. Y lo llama objetivos sociales.
La idea pasa por hacer que la gente se identifique como el grupo al que pertenece o se le hace pertenecer (jóvenes, por ejemplo), destacar de éste un aspecto concreto de sus necesidades (vivienda) y hacer las propuestas con mirilla.
¿Qué las deducciones no lograrán en realidad rebajar el alquiler sino transferir el beneficio fiscal a los propietarios? No importa, porque en la política como en cualquier aspecto de la vida lo que nos mueve no es la realidad sino nuestras ideas sobre cómo sea esta. Y si la gente no llega a dudar de la efectividad de la medida, lo verá con buenos ojos.
Uno tras otro, el Gobierno va haciendo agujeros al Presupuesto y ofreciéndoselos a los futuros padres, a los futuros clientes de Ikea, a niños de visita al dentista… Sobre ello ha ofrecido una pequeña rebaja fiscal. ¿Qué puede hacer la oposición frente a la política de Zapatero?
Rajoy ya ha adelantado sus intenciones, sin precisarlas, se hacer una verdadera rebaja fiscal frente a los "regalos" del Gobierno. Su partido, que ha adoptado un discurso integrador de todos los españoles en otros ámbitos de la política (unidad y solidaridad frente al nacionalismo), podrá engarzar el mismo mensaje en materia fiscal y de paso reconciliarse con lo que propone la mejor teoría sobre los impuestos.
Podría eliminar hasta donde quepa deducciones y beneficios fiscales, reducir el número de tramos y bajar los tipos, lo que nos haría a los españoles un poco más iguales ante la ley. De este modo no se nos consideraría miembros de un grupo, sino ciudadanos responsables. Uniría las virtudes económicas con las ciudadanas.