Este es el sonoro slogan de quienes dicen estar en contra de las políticas dictadas por el monstruo de tres cabezas integrado por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional a aquellos países que solicitaron el rescate total, parcial, bancario, temporal o de cualquier tipo a esas mismas instituciones. Ahora está en las entrañas mismas de la política europea liderada por Elena Valenciano. La vida siempre supera a la ficción.
El origen político del movimiento Fuck The Troika
Cuando los gobiernos de diferentes países, la mayoría mediterráneos con la excepción de Irlanda, una vez acabada la resaca de la burbuja financiera y, en nuestro caso, del doble colocón consistente en la burbuja financiera y la inmobiliaria, miraron con la luz del nuevo día el enorme roto presupuestario de sus alcancías, debieron quedarse petrificados. "No puede ser" debieron pensar uno tras otro al darse cuenta del desastre. "¿Y ahora qué?", imagino que se dirían en las reuniones del gabinete. Y, como Venus que emerge de las aguas, ahí estaba la Unión Europea, unión de hermanos en lo bueno y en lo malo, para ayudarnos.
"Pero, mira lo que os digo" añadiría la Unión Europea como virgen prudente que ha guardado aceite para alumbrar su lámpara, "que esto os lo presto con vuelta, no es un regalito, que se lo hemos sacado a los votantes europeos de los países que se han organizado mejor". Y, antes de retirarse a sus aposentos de Bruselas, giraría la cabeza y preguntaría otra vez: "El caso es que, visto lo visto, no me fío mucho, creo que lo mejor es que os dibuje la ruta por la que ha de transcurrir la recuperación de manera que me devolváis lo acordado en tiempo y forma sin que pase algo peor. ¿Os parece bien?". "¡Sí, sí me parece fenomenal, pero dame el dinero que no tengo para cubrir lo mínimo!" dijeron al unísono los países quebrados. Y la Unión Europea, asociada al FMI y al BCE, formó la troika, porque parecía justo que la UE decisora y el BCE banquero estuvieran acompañados por una institución supranacional.
Pero hete aquí que cuando los jefes de gobierno de cada uno de esos países manirrotos empezaron a aplicar las medidas acordadas voluntariamente a cambio del dinero, y los ciudadanos que les habían votado empezaron a mirarles mal porque les tocaban el bolsillo, el trabajo, las comodidades y, a veces, servicios esenciales, los presidentes, todos a una como en Fuenteovejuna, miraron a la troika, que ya no eran tres dulces doncellas prudentes dispuestas a prestar sino una hidra de tres cabezas con lengua de fuego y mirada letal. Y estos ciudadanos protestaron: "Es que nosotros no hemos pedido ese dinero, no es nuestra deuda, no tenemos nada que devolver. Fuck the troika!", sin darse cuenta de que en realidad estaban diciendo "fuck" a esos ciudadanos honrados de otros países con cuyos impuestos están prestando a mi país para salir de esta bancarrota, propiciada, eso sí, por los políticos votados por la sacrosanta mayoría.
La otra troika de Elena Valenciano
Y entonces, cuando Portugal ya no necesita tutela, cuando Irlanda tampoco, cuando el rescate bancario español se ha completado y Grecia sigue luchando, llega Elena Valenciano y a menos de un mes de las elecciones al Parlamento Europeo, para el que es candidata del PSOE, propone una "troika social" y una suerte de nuevo Plan Marshall para Europa, porque ya está bien de tanto mercado, ¡hombre! Hagamos más caso a la sociedad (como si el mercado no fuera la sociedad o pudiera existir sin ella). "Parece que el Estado de bienestar se ha convertido, de la noche a la mañana, en un lujo que no nos podemos permitir. Y no es así. No podemos ceder ante quienes quieren instalar el dogma neoliberal del fin del Estado social". Esas son las palabras de Valenciano.
Primer error, no ha sido de la noche a la mañana, se ha ido macerando la catástrofe euro a euro, gastado en beneficio de los políticos (como ella), y ganado por los ciudadanos. El tema demográfico es otro matiz que esta mujer no tiene en cuenta, como tampoco el paro generado bajo mandato socialista, su partido. Eso sí que es antisocial.
Tampoco se acuerda Elena Valenciano del apoyo de Zapatero a la flexibilización del Fondo de Rescate para permitir que sucediera exactamente lo que ha sucedido, ni el dinero puesto a disposición de la banca bajo diferentes epígrafes. Desde 2008, la banca recibió 81.000 millones en avales del Estado para liquidez y unos 30.000 millones más de ayudas públicas y privadas para fortalecer la solvencia del sector. Y a pesar de eso, España tuvo que pedir rescate bancario. Eso sí, Zapatero ya estaba retirado contando nubes y escribiendo su libro. Uno de ficción.