La creación y lanzamiento del Gol TV ha sido uno de los culebrones del verano, con los reales decretos del Gobierno y la airada reacción de los principales competidores/afectados por la intervención. Como es bien sabido, Gol TV se dedica de forma casi monográfica a la retransmisión de partidos de fútbol, incluyendo entre ellos los principales de los equipos españoles: Liga, Copa del Rey y competiciones europeas. El resto van, por así decirlo, de relleno.
Gol TV es, por tanto, el paquete comercial en el que se pretende vender uno de los contenidos más atractivos para la gente de nuestro país. Tradicionalmente, eran dos los contenidos considerados Premium por espectadores y, consecuentemente, cadenas de TV: el fútbol y las películas de estreno de los grandes estudios americanos. En la actualidad, las segundas han cedido su posición de prestigio, debido entre otras cosas a la inmediatez que proporciona internet para el acceso a estos contenidos, lo que hace innecesaria la espera a su emisión en TV para poder ver la peli.
Así pues, en España únicamente queda como contenido Premium el fútbol. Es el único contenido audiovisual por el que parece que el españolito medio esté dispuesto a rascarse el bolsillo y pagar. De ahí la gran importancia que los derechos sobre los equipos de fútbol tienen para las cadenas de TV, tal como se ha reflejado en las continuas desavenencias entre Mediapro y Sogecable a las que hemos asistido este año.
El problema para Mediapro era y es cómo dar salida a su producto: vale, tiene el contenido, pero no cómo llevarlo al cliente y, mucho menos, cómo ser capaz de cobrar por él. Aquí es donde entraba el gobierno con su autorización urgente para permitir el uso de un canal de TDT de pago. Desgraciadamente para Mediapro, esta autorización distaba de ser suficiente, pues es necesario que los posibles consumidores dispongan también de un aparatito, el infame descodificador. Para más inri, la mayoría de los aparatitos, de reciente adquisición en muchos casos, no valen para TV de pago, pues carecen de los interfaces adecuados. Así que al consumidor futbolístico hay que convencerlo primero de que cambie el cacharro recién comprado por otro ligeramente mejorado, pero más caro.
En estas condiciones, tenía pinta de que Gol TV iba a ser disfrutado por una escasa minoría, y posiblemente con negocio de restauración. Así que Mediapro ha optado por permitir a todos los operadores interesados que lo distribuyan a sus clientes. De hecho, Gol TV está accesible para los clientes de todos los cableros y operadores de telecom, incluidos Ono y Telefónica.
Y esto es lo nuevo: el gran valor de Canal + (y Digital + después) era el contacto directo con el cliente. Para obtener ese contacto, podía tener sentido el gran desembolso realizado en contenidos Premium. Sin embargo, Gol TV sacrifica el control del cliente, al que no va a facturar directamente, en aras de la mayor base potencial. Es un cambio radical de planteamiento para el contenido más cotizado en España.
Evidentemente, sería interesante ver los resultados de la apuesta del grupo mediático en el libre mercado. Sin embargo, tengo la ligera sospecha de que alguien juega con las cartas marcadas. Y eso significa que ellos ganarán su apuesta, y que los demás españoles, sin haber participado en el juego, la perderemos.