No es que me arrepienta de las críticas en ella contenidas. Muy al contrario, las mantengo en su totalidad, pero están expresadas de tal manera que pueden parecer dirigidas a discográficas, músicos y personas a las que no me quería referir. No buscaba criticar a la totalidad de las personas o empresas implicadas en la música independiente, muy al contrario. Tan sólo pretendía hacer referencia a las compañías que firmaron el manifiesto exigiendo que el Estado se haga cargo de su caída de ventas.
Para el resto de implicados en la música independiente, todo mi respeto. Esto se aplica a compositores, cantantes, músicos y empresas, tanto discográficas como distribuidoras. Tiene razón Ricardo Texidó, que fuera fundador de Danza Invisible, cuando me recuerda en un mensaje que "mucha de la música que después se vuelve comercial y popular y todo el mundo conoce ha salido de compañías y sellos independientes". Pero incluso aunque no fuera así, también lo "indie" es digno de respeto y muchas veces de elogio y admiración.
Frente a quienes piden el cobijo del Estado, existe una inmensa constelación de grupos, solistas, compositores y pequeñas compañías que tratan de hacerse un hueco en el mercado musical apostando por la calidad (en algunos casos la tienen y en otros no, pasa como en cualquier actividad humana), la creatividad y la innovación. Pelean por conseguir su espacio en un sector dominado por unos gigantes poco amigos de la competencia y de ofrecer productos musicales novedosos. De ese ambiente realmente independiente es de donde surge la calidad y la creatividad.
Las grandes discográficas se muestran reacias a innovar, no sólo en estilos musicales, también en formas de afrontar los imparables cambios que han afectado profundamente el mercado musical. Sin duda alguna, será de los pequeños emprendedores, tanto músicos como empresarios, de donde surja un cambio profundo con nuevas formas de distribución y promoción adaptadas a los tiempos actuales. Internet puede ser un gran aliado en su camino. A todos ellos les quiero mostrar respeto y desearles suerte.
Antonio José Chinchetru es autor de Sobre la Red 2.0.