Se hizo la luz, y la luz fue poca. Prometieron 100.000 millones, y han terminado siendo muchos menos, 30.000 exactamente, una miseria que no alcanza a cubrir ni la mitad de las necesidades de recapitalización que, según las bienintencionadas –cuando no fantasiosas– auditorias de Roland Berger y Oliver Wyman, tiene la banca española. Los números bailan. Unos dicen que con esos 100.000 millones está todo resuelto, por esa razón en las cumbres europeas del mes pasado los políticos repetían ufanos esa cantidad agarrándose a ella como como chamanes ululando alrededor del fuego.
Pero, seamos serios, no nos autoengañemos que ya somos mayorcitos y Zapatero hace siete meses que se fue, dar 30.000 millones de euros a la banca española es como intentar apagar un incendio en la planta 45 de la Torre Picasso con un solo camión de bomberos a medio llenar. Con ese dinero no da ni para pipas. Y no es una forma de hablar, es literal.
Veamos. Según las dos auditoras el “problema español” se reduce a un aporte de entre 51.000 y 62.000 millones de euros inyectados directamente en los balances de los bancos con problemas. Bancos que mejor no mentar para alejar a los malos espíritus. Tanto Wyman como Berger hicieron esas auditorías en tiempo récord, apenas unas semanas y con los datos que les pasaron porque no hubo tiempo de más.
En el peor de los casos los bancos necesitarían 62.000 millones, pues bien, con el rescate que ha aprobado el Eurogrupo no nos llega. Se puede ir trampeando un par de meses y luego estaremos igual… o peor, porque el mercado no es tonto y sabe cuándo un problema se ha aplazado sine die, y sino que se lo pregunten a los políticos griegos.
Pero la verdad está ahí fuera. Los bancos españoles han descontado 316.000 millones de euros del BCE para obtener liquidez y salir en rescate del Estado, que no tiene ya a quien colocar sus bonos. Entonces llega la inevitable pregunta, ¿cómo puede ser que las entidades españolas sólo necesiten un promedio de unos 60.000 millones de euros para recapitalizarse cuando están sacando del banco central más de 300.000?
Si a eso le sumamos que los “entendidos” decían hace dos semanas que 100.000 millones de euros sería la cifra óptima, y que el ESM va a tener una capacidad de crédito de 500.000 millones de euros, sólo nos queda una cifra: el sistema necesita ese medio billón de euros contantes y sonantes para sanearse. Resumiendo, los 30.000 recién aprobados no llegan ni al 7% de lo que nuestros bancos necesitan para salir del agujero en el que el politiqueo más infame, un apalancamiento brutal en activos envenenados y las pantagruélicas necesidades financieras de nuestro Gobierno le han metido.
Y todo por no mover un solo dedo y vivir en la autocomplacencia más estúpida. Mucho globo sonda, mucho voy a hacer y no hago nada, mucho ir de aquí para allá tanteando a la opinión pública, para luego dejar todo en el desastroso estado actual, que se cifra en unas cuentas públicas insostenibles, propias de un país en bancarrota, que están arrastrándolo todo con ellas. En septiembre volveremos a vernos las caras, y tal vez ya no haya una tercera oportunidad.