Por ejemplo lo de poner al presidente a rezar en una asamblea de confesiones cristianas, cosa que aquí deberíamos hacer mensualmente con Zapatero a ver si algún día hacemos de él un hombre de provecho.
La circunstancia de que nuestro presidente del Gobierno diga que es laico sin saber qué significa (como tantas cosas) no es impedimento para que participe en acontecimientos penitenciales como el que va a tener lugar el mes próximo en Washington. Al contrario, Zapatero lo necesita más que muchos de los que van a acudir al ritual como es público y notorio.
Nuestro problema es que la Iglesia española tiene un nivel tan lamentable por mundano, que si Zapatero acudiera a una liturgia moderna se encontraría con obispos y curas mucho más laicos que él, si es que ello fuera posible. Sólo hay que recordar los espectáculos de la parroquia roja de Vallecas, con Bono y Zerolo comiendo rosquillas y abrevando calimocho en comunión con otros marxistas y ateos (comenzando por los concelebrantes) para desechar una idea que no cumpliría su objetivo.
No obstante para eso están los EEUU, donde presidentes tan laicos como ZP no tienen inconveniente en rezar sincera y públicamente por la nación y sus ciudadanos. Esta visita de Zapatero para participar también en la oración comunitaria va a ser, probablemente, lo único provechoso de su presidencia europea semestral. Igual cae al suelo lanzando espumarajos y algún cura católico presente consigue expulsar los demonios que atormentan su alma. Vade Retro.