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ZP sí sabe lo que hace

Publicado en Libertad Digital

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Mucho me temo que la situación nada tiene que ver con esas apreciaciones. España tiene un Gobierno, su presidente sabe muy bien lo que hace y no está dispuesto a reconocer errores porque es muy posible que desde el punto de vista de sus objetivos finales no los haya cometido, o no sean para tanto. Los dos muertos de la T4 puede que le fastidien y que incluso le entristezcan, pero son al fin y al cabo un accidente en su estrategia para lograr su "paz".

Imaginen por un momento que en una región de España actuase un grupo terrorista de extrema derecha y que un buen día declarase una tregua indefinida. Supongamos además que, durante la tregua y en medio de los contactos con el Gobierno, el grupo enviase cartas extorsionando ciudadanos pacíficos, que robase gran cantidad de armas o que destruyese comercios de personas que le resultan incómodas para sus propósitos. ¿Qué hubiese hecho ZP? No me cabe ninguna duda de que habría dado por liquidado el proceso de paz hace mucho tiempo y habría llegado a un acuerdo con el PP para combatir a esos indeseables.

Pero ETA no es fascista –a pesar de que una primera página de El País lo afirmara tras un atentado en el centro de Madrid– sino socialista o, para ser más exactos, marxista-leninista. La afinidad de esta ideología con los postulados del presidente es lo que hace que ni siquiera un atentado como el del 30-D sea suficiente para declarar que va a usar el monopolio del uso legal de la violencia que ostenta para combatir a estos asesinos comunistas. Si un comando favorable al franquismo hubiese matado a dos personas en Barajas la reacción seguramente hubiese sido sensata y contundente. Pero, como ha sido ETA, ZP reaccionó con voz de Mariano Ozores y cara de Mr. Bean. Y es que son asesinos, sí. Pero, después de todo, su fin es el paraíso comunista.

El objetivo último de ETA no es la independencia del País Vasco. Si sólo fuera eso, la cosa –con perdón de los nacionalistas españoles– no sería para tanto. El problema es que quieren separarse para instaurar un régimen huérfano de libertades individuales y que para conseguirlo están dispuestos, en congruencia con su desprecio por la vida y la propiedad privada, a liquidar a quien haga falta. Y Zapatero está dispuesto a pagar un precio político a esta gentuza porque sus ideas salen del mismo estiércol que las de ellos.

En este país no hay desgobierno alguno. Hay un omnipresente y asfixiante Gobierno que lo mismo proscribe a quienes fuman o expresan libremente su opinión que ensalza como hombres de paz a quienes asesinan a ciudadanos inocentes.

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