Los miles de millones esfumados de la economía española

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Por Mark Nayler. El artículo Los miles de millones esfumados de la economía española fue publicado originalmente por FEE.

A finales de 2021, el presidente del Gobierno socialista de España, Pedro Sánchez, presentó con gran fanfarria el presupuesto del año siguiente. El más grande en la historia de España, ascendía a casi 200 mil millones de euros, de los cuales 27 mil millones procedían de un nuevo esquema de financiación europeo llamado NextGenerationEU (NGEU). Supuestamente diseñado para ayudar a los Estados miembros a recuperarse de los efectos ruinosos del confinamiento, el principal instrumento del NGEU es el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR), a través del cual se pidieron prestados un total de 650 mil millones de euros en los mercados globales y se distribuyeron entre los 27 Estados miembros de la UE. La parte de España fue de 163 mil millones de euros, una cantidad que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, afirmó que sería suficiente para asegurar que la “recuperación llegue a todos”.

Casi cuatro años después, la economía española está en auge, pero no debido al despliegue efectivo de los fondos del MRR. Recientemente se supo que España ha solicitado solo 47.96 mil millones de euros, o el 30%, de su dinero asignado del NGEU, apenas suficiente para cumplir las promesas hechas en el histórico presupuesto de 2022. En contraste, Italia, que recibió la mayor parte de los fondos de la UE, ya ha recibido el 72% de sus 196 mil millones de euros. La cifra más baja de España se debe en parte a sus limitadas solicitudes de préstamos —340 millones de euros, en comparación con los 76 mil millones de euros de Italia—; en su lugar, ha optado principalmente por subvenciones que a menudo se describen engañosamente como “no reembolsables”. Pero los fallos del propio esquema, junto con problemas políticos específicos de España, también han impedido que los fondos tengan el impacto que Sánchez prometió.

Cohesión Social y Territorial: Una Prioridad Cuestionable

La única parte del plan NGEU que parece diseñada explícitamente para “mitigar el impacto social de la crisis” es su componente de “Cohesión Social y Territorial”. En esta área, España ha desbloqueado 8.76 mil millones de euros al alcanzar el 27% de sus objetivos asignados, justo por debajo del promedio de cumplimiento de la UE del 29%. Aparte de eso, el MRR parece más un instrumento para avanzar en la agenda medioambiental de la UE que un fondo para la recuperación pospandémica (Bruselas, por supuesto, afirma que lo segundo se logra mejor persiguiendo lo primero, pero la conexión está lejos de ser obvia).

Para recibir pagos del esquema, los miembros de la UE deben asignar el 37% de sus fondos del MRR a la transición verde y el 20% a las reformas digitales. Los pagos solo se desbloquean con el cumplimiento de docenas de hitos, todos los cuales son impuestos por Bruselas. La incapacidad de Sánchez para aprobar una subida del impuesto al diésel exigida por la UE está actualmente bloqueando el acceso de España a una quinta partida de fondos por valor de 24 mil millones de euros. Mientras tanto, Bruselas está presionando a Madrid para que presente sus solicitudes restantes del MRR antes de la fecha límite de agosto de 2026, pero la situación no cambiará. Sánchez carece de mayoría parlamentaria y no ha podido aprobar un presupuesto desde 2023, lo que en sí mismo ha contribuido al despliegue ineficaz de los fondos de la UE en España. Un informe publicado el pasado julio por el Tribunal de Cuentas Europeo (TCE), el organismo de control fiscal del bloque, identificó a España como el país que menos eficazmente gasta el dinero de Bruselas y le instó a devolver los fondos mal utilizados o no gastados.

Preocupaciones del Tribunal de Cuentas Europeo y Falta de Transparencia

Lejos de señalar únicamente a España, el TCE ha sido muy crítico con el esquema NGEU. En otro informe publicado este mayo, afirmó que el MRR está operando con un “enfoque limitado en los resultados [y] sin información sobre los costos reales”, añadiendo: “No está claro qué obtuvimos por el dinero”. El TCE también ha expresado su preocupación por la “ausencia de una fuente dedicada de financiación de la UE” para respaldar los bonos de deuda de la UE, emitidos en los mercados globales para financiar el NGEU y que vencerán entre 2028 y 2058. Aunque los Estados miembros reembolsan a Bruselas sus préstamos individuales, las subvenciones “no reembolsables” se absorberán en futuros presupuestos de la UE, es decir, se devolverán mediante contribuciones de los Estados miembros, proporcionalmente basadas en su renta nacional bruta. En otras palabras, los países del norte, más ricos, pagarán la cuenta de los miles de millones entregados a los países del sur, más pobres.

Como señaló el TCE, la falta de transparencia ha sido un problema recurrente dentro del esquema NGEU, especialmente en España. El sistema informático diseñado para registrar los desembolsos de fondos del MRR por parte de Madrid a entidades privadas y gobiernos regionales debía estar operativo a finales de 2021. Un año después, todavía no estaba listo, lo que sin querer puso de manifiesto la necesidad de una reforma digital en un país donde aún se requieren montones de papel para la mayoría de los procedimientos burocráticos. A finales de 2022, el FMI informó que “la falta de información sistemática y completa sobre la ejecución, incluso en términos de contabilidad nacional, dificulta la evaluación del grado en que [los fondos del NGEU] están llegando a la economía [española]”.

La preocupación del FMI fue compartida por Monika Hohlmeier, presidenta de la Comisión de Control Presupuestario del Parlamento de la UE. A principios de 2023, Hohlmeier declaró al diario español ABC que estaba “muy preocupada” por la opacidad en torno a la gestión de los pagos del NGEU por parte de España. En febrero (con el sistema informático aún inoperativo), Hohlmeier viajó a Madrid para investigar: “Iremos a España”, dijo, “porque el gobierno no nos dice dónde están los fondos de recuperación [Next Gen]”. Eva Poptcheva, entonces representante de España en la UE por el ahora desaparecido partido Ciudadanos y parte de la delegación, dijo que no se les informó “cuánto dinero ha fluido a la economía”, pero “tuvieron acceso a informes independientes que hablan de cifras más bajas que las dadas por el gobierno”. (Ella no especificó fuentes ni estadísticas).

El Caso Koldo y el Futuro de los Fondos

España también está bajo el escrutinio de la Fiscalía Europea por el llamado caso Koldo de corrupción, que lleva el nombre de Koldo García Izaguirre, exasesor del exministro de Transportes socialista José Luis Ábalos. Ambos son sospechosos de recibir sobornos en contratos de mascarillas. A finales de junio, Santos Cerdán León, exsecretario de organización del partido socialista y aliado cercano de Sánchez, fue arrestado después de que un juez encontrara “pruebas firmes” de su implicación en tales esquemas. Sánchez pidió disculpas a la nación por haber confiado en Cerdán León, pero hasta ahora ha resistido las peticiones de la oposición de unas elecciones anticipadas.

España no fue la única en creer en su momento que el programa NGEU podría transformar la sociedad: dinero mágico disponible, con el poder de revertir el estancamiento de la era de la pandemia. Pero la realidad no ha estado a la altura de la bonanza sin condiciones que muchos gobiernos imaginaron. Obstaculizados por la opacidad y la burocracia, y vinculados a la agenda verde de la UE, los fondos han tenido un impacto económico limitado. En el caso de España, su eficacia también se ha visto disminuida por un gobierno incapaz de aprobar presupuestos y supuestamente inmerso en la corrupción. Queda por ver cuál será su legado para la próxima generación, además de una carga financiera que tardará 30 años en descargarse.

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