Wendell Holmes Jr. estaba equivocado, Thoreau siempre tuvo razón
Oliver Wendell Holmes Jr., el gran juez estadounidense, dijo: «los impuestos son el precio que pagamos por vivir en civilización».
Oliver Wendell Holmes Jr., el gran juez estadounidense, dijo: «los impuestos son el precio que pagamos por vivir en civilización».
Entre los candidatos, no podemos descartar a personas que han hecho hincar la rodilla a la Hacienda pública española. Por ejemplo, Xabi Alonso ha conseguido derrotar en tres ocasiones a Hacienda por tres delitos fiscales.
Convertir la sede electrónica del Fisco (después de su ensayo, curiosamente, en las haciendas forales vascas) en un espacio virtual para que el Fisco señoree y aproveche el campo de Agramante de denuncias cruzadas entre emisores y receptores de facturas, bien sean empresarios o consumidores, significa imponer un régimen de terror fiscal propio de un estado totalitario.
La eisphorá era un impuesto que se recaudaba normalmente por cuestiones bélicas, se utilizaba para financiar guerras. Tenemos constancia de que este impuesto se recaudó por primera vez en el 428 a.C.
Ole Gjems-Onstad, profesor emérito de la Escuela de Negocios de Noruega, estimó que los noruegos adinerados se llevaron consigo una fortuna total de $54.000 millones de dólares al abandonar el país.
Toda violación de la propiedad, per se, es ilícita y no tenemos obligación moral de pagar tributos a nuestro particular César —el gobierno— porque ninguna porción de nuestra vida, nuestro trabajo y nuestro dinero es suya.
A las restricciones de la vida diaria, normalmente fiscales, se le suman ahora las referidas a la movilidad.
¿Podríamos los historiadores libertarios considerar los movimientos antifiscales o antiestatistas como el motor de la historia igual que los marxistas la dialéctica de clases?
Tengo unas notas de debate con mi querido amigo y compañero, José Hernández Cabrera (JHC)[i], él insiste en la tesis: «Es duro asimilar que los empleados públicos, stricto sensu, no
Pocas dudan caben de que el régimen a que nos someten es una cierta forma de esclavitud: Nos retienen parte de lo que producimos y solo nos lo darán si estamos trabajando hasta que ellos decidan.