Deneen ha intentado en el pasado evitar el ángulo antisemita y conspirativo «estructurando» el liberalismo como una fuerza social y no como un instrumento para nefastos conspiradores.
Frente al maximalismo de Donoso Cortés, quizás el supremo interés, no ya del liberalismo, sino de toda la sociedad, está en que nunca se lleguen a producir los días de las negaciones radicales o de las afirmaciones absolutas.
No hay que confundir tradicionalismo con carlismo, el carlismo se puede definir como un tradicionalismo político que sirvió como reacción contra las élites liberales de 1812.