El derecho de competencia es puramente político
La fundamentación teórica del derecho de competencia es completa y radicalmente errónea.
La fundamentación teórica del derecho de competencia es completa y radicalmente errónea.
La basura es la muestra más triste y vergonzosa del abandono de los servicios públicos en el país.
Derogar a estas alturas la reforma laboral constituiría un torpe y doloroso error.
Si los clientes demandáramos lo que dice el RGPD que necesitamos, las empresas no tendrían más remedio que proporcionárnoslo.
Ada Colau y Manuela Carmena tienen la potestad de emitir licencias y decidir qué puede usted hacer con su casa.
Los trust de nuestro tiempo son por supuesto las tecnológicas, con nombres propios como Amazon, Google, Apple o Facebook.
Más que de recortes deberíamos hablar de que durante la crisis se ha frenado la expansión de los servicios públicos.
La productividad de los factores sigue siendo nuestra eterna asignatura pendiente.
Quienes consideren que padres y madres deberían repartirse la crianza de sus hijos tendrían que avanzar hacia ese objetivo a través de la persuasión y del debate público.