De nuevo, Mises no comprendió a Menger (I)
Los precios se pueden explicar enteramente por el valor subjetivo, sin recurrir a precios de mercado o agregados, como hace Marshall.
Los precios se pueden explicar enteramente por el valor subjetivo, sin recurrir a precios de mercado o agregados, como hace Marshall.
Hasta el siglo XVII el consenso científico venía a sostener que el sonido era algo que no se podía medir. Era efímero, era irregular pues se observaban timbres y tonos
Cuhel, llevando la contraria a su maestro defendió que el valor se determina ordinalmente, dio lugar a que, afortunadamente para nosotros, Bohm Bawerk diera explicaciones muy detalladas sobre esta cuestión.
Lo más habitual es que manejemos teorías contingentes o modelos, pues son las que se aplican a la realidad. Sin embargo, estos modelos deben basarse en teorías universales para evitar contradicciones lógicas.
En definitiva, no hay nada «salvaje» en el sistema capitalista. En el mercado no se libra una lucha a muerte por la supervivencia, sino la pacífica cooperación a través de la división del trabajo.
Eminentes economistas definen al mercado como un «mecanismo» a través del cual compradores y vendedores interactúan o que «los precios son la rueda que equilibra el mecanismo del mercado»
La matemática es un recurso, sin ánimo determinista, que posibilita la aproximación al conocimiento de la acción humana y social.
El saber económico no puede, por más que lo intente, imitar el método de las ciencias experimentales; por tanto, utilizar un lenguaje matemático es un error epistemológico.
La expresión «depósito de valor» o «reserva de valor» es incorrecta por la sencilla razón de que el valor no se puede depositar, ni reservar, ni almacenar, ni ahorrar
¿Y si positivismo y praxeología encuentran evidencia empírica que respalda sus teorías? ¿cómo se determina ahora qué proposiciones son ciertas y cuáles no?