Torre-Pacheco y la inmigración

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Tras los últimos acontecimientos, esta población de Murcia se encuentra en el ojo del huracán mediático, ya que se ha convertido en un auténtico polvorín. El 30% de la población de la ciudad es extranjera, la mayoría de ella marroquí, hasta el punto de que la ciudad es conocida en los alrededores como “Torre Marruecos”.

Los sucesos comenzaron cuando un grupo de magrebíes apalearon brutalmente a un anciano local, lo que trajo consigo represalias por parte de los españoles hacia la población marroquí. Muchos hemos venido avisando de la situación tan complicada de la inmigración y la población extranjera. Puede que estos conflictos étnicos sean una novedad en nuestro país, pero desde luego no lo son en otros países europeos, como el Reino Unido o Francia, alumnos aventajados de la inmigración descontrolada. Es imposible pensar que grupos de poblaciones completamente antagónicas se vayan a integrar a la perfección, muchos de ellos no es que tengan otro idioma, religión y modo de vida, sino que son personas con antecedentes o delitos que no aceptan ni en las cárceles de sus países.

La inmigración restrictiva que algunos apoyamos sirve, en gran medida, para evitar problemas como el que tenemos ahora, que es enorme. El problema es enorme por muchos motivos. En primer lugar, está claro que, mientras siga este gobierno, va a continuar la entrada masiva de inmigrantes sin ningún tipo de control, cada uno de ellos es un voto, y los incentivos democráticos son enormes. La destrucción a largo plazo del país les da igual a nuestros políticos, a largo plazo, todos muertos. En segundo lugar, es una inmigración de un perfil muy concreto, hombres jóvenes, que en muchas ocasiones no quieren trabajar. Sus países de origen tienen costumbres muy diferentes a las nuestras, muchos de ellos utilizan la violencia como método de resolución de conflictos, y cuando llegan aquí quieren replicar lo que conocen, no adaptarse a la civilización.

A todo ello hay que sumarle que la mayoría profesan una religión que, en muchas ocasiones, considera a la mujer un mero objeto para satisfacción o disfrute, o un ser con carácter únicamente reproductivo. Esto ha provocado el aumento de las violaciones individuales y en manadas en nuestro país. Y esto ha provocado que en países como en Francia se violen 80 mujeres de media al día.

La izquierda patria vendrá ahora a decir que la violencia ultraderechista se abre paso por las calles, y que malvados nazis están yendo a cazar inmigrantes. No niego que si la situación se descontrola habrá grupos que aprovecharán para cometer barbaridades, pero las protestas que están teniendo lugar no tienen matiz racista, tienen matiz de supervivencia. Los nacionales no están apaleando a extranjeros por ser extranjeros. No he visto ninguna tienda o restaurante chino siendo atacado, tampoco he visto ningún ataque a ningún eslavo. Los habitantes de Torre-Pacheco están defendiéndose de un grupo determinado de inmigrantes que les está haciendo la vida imposible.

¿Vamos también a criticar que algunos españoles se levanten contra aquellos que apalean, roban y violan? ¿Vamos a tener que desenvainar el sable para defender que el pasto es verde?

Otro de los grandes problemas es el de la deportación. Vox es el partido que más ha tratado este tema. Pero esto lleva muchos problemas, muchos de ellos no tienen papeles, no sabemos de dónde vienen, y no los vas a dejar en el mar. Esto es un problema para el que VOX no ha traído una solución clara. Igual que anteriormente, el problema de las deportaciones se hubiera evitado limitando la entrada desde un principio, pero ya es demasiado tarde para eso. El problema de la deportación también trae otro aparejado, y es el de la nacionalidad. La alegría con la que se da la nacionalidad en este país es pasmosa.

Muchos de los inmigrantes que están cometiendo crímenes ya tienen la nacionalidad española, ya que son de segunda o tercera generación, como ocurre en Francia. Es cierto que cambiando las leyes se puede revocar la nacionalidad, pero entramos en un terreno tremendamente peligroso. ¿Qué criterio utilizamos para dar la nacionalidad? ¿Y para revocarla? ¿El comportamiento, la sangre, la raza, la religión, la antigüedad? Todos pueden ser igualmente válidos, pero igualmente problemáticos.

Europa se ha tapado los ojos durante mucho tiempo con este tema, las batallas entre nacionales e inmigrantes crecerán, esto es sólo el principio, unos no quieren integrarse, y los otros quieren vivir como antes lo hacían, con tranquilidad y seguridad. Es posible que el problema ya no tenga solución, lo que sería terrorífico, pero creo que ya hemos llegado a un punto en el que cualquier solución va a ser traumática y muy dura, y posiblemente ninguno de nosotros estemos preparados.

Juan Navarrete
Author: Juan Navarrete

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