Del Estado-nación al Estado-global ¿Es factible? Por increíble que parezca ya hay propuestas serias sobre la mesa. En la actualidad, se aboga sin tapujos por la configuración de un organismo supranacional que, dotado de las herramientas coactivas básicas propias del Estado, logre imponer la utopía que ansía todo ente político. La implantación de un Gobierno mundial. El globalsocialismo toma forma.
La eterna lucha entre el individuo y el Estado (entiéndase éste por poder político) parece estar dando un nuevo giro de consecuencias imprevisibles. Durante los últimos meses, los dirigentes políticos y las instancias internacionales insisten en la necesidad de reformar el sistema financiero global, con la excusa de combatir una crisis económica que, curiosamente, ellos mismos han creado. La gran mayoría apuesta por incrementar la regulación existente. Es decir, por fortalecer aún más el papel del Estado en la economía.
Dicha iniciativa comienza a materializarse en propuestas de diversa índole que, sólo de imaginarlas, deberían desatar el terror entre los defensores de la propiedad privada y la libertad individual. Y es que la propuesta de un Gobierno mundial comienza a tomar cuerpo entre las elites políticas de nuestro tiempo, para desgracia y sorpresa de los fundadores del liberalismo.
Si la ONU, el Banco Mundial, el FMI e incluso la UE han sido objetivos frecuentes de nuestras críticas por su denigrante labor al frente de los asuntos de su competencia, imagínense por un momento la instauración de un todopoderoso aparato estatal a nivel mundial. Un auténtico monopolio en el ejercicio de la coacción política que, además, carezca de control alguno por parte de los ciudadanos de este planeta.
¿Imposible? Esto es, precisamente, lo que acaba de proponer de una forma más o menos articulada la nueva Fundación Ideas, perteneciente al PSOE y presidida por el ex ministro de Trabajo Jesús Caldera. El primer documento elaborado por esta institución aboga por crear, a nivel global, los tres pilares básicos sobre los que se sustenta el poder del Estado-nación: el control de los movimientos migratorios, la gestión y recaudación de tributos y la emisión de dinero.
Bajo el título Nuevas ideas para mejorar el funcionamiento de los mercados financieros y la economía mundial, la citada fundación propone eliminar todo atisbo de paraíso fiscal antes de 2015. Desde 2001, la OCDE y el FMI han impuesto a estos refugios duras regulaciones bajo la amenaza de sanciones para que abran sus cuentas a los inspectores de Hacienda de los países desarrollados. No es de extrañar si se tiene en cuenta que estos paraísos concentran casi una cuarta parte de la riqueza mundial.
Sin embargo, la fundación de Caldera, en cuyas filas militan economistas de primera línea, va mucho más allá:»A partir de 2015, los paraísos fiscales quedarían completamente prohibidos, y los Estados que los mantuvieran serían excluidos de todos los organismos financieros internacionales». Para ello, «a nivel de la UE, se podría aprobar una Directiva sobre intercambio de información bancaria, suprimiendo el secreto bancario y estableciendo medidas severas de aislamiento financiero para los Estados que no quieran colaborar».
Además, los distintos países deberían eliminar «el reconocimiento de personalidad jurídica a las sociedades constituidas en paraísos fiscales para intervenir en el tráfico mercantil; prohibir que las entidades bancarias tengan filiales o sucursales en dichos territorios; y establecer penas agravadas cuando el fraude fiscal se produzca a través de la utilización de paraísos fiscales». Por el momento, la OCDE ya trabaja en la elaboración de una lista negra de paraísos fiscales en la que se pretende incluir a Suiza en 2009.
La citada fundación también plantea crear un Fondo Monetario Global (FMG) con más competencias que el actual FMI. En concreto, este nuevo organismo «supervisaría el comportamiento de las entidades regulatorias nacionales», así como a las entidades financieras que superen un determinado tamaño. Además, el FMG «tendría capacidad para proponer medidas de coordinación cambiaria entre las monedas más importantes del mundo», y se encargaría de regular a las agencias de rating, que «deberían ser públicas, independientes y globales».
No contentos con eso, los socialistas proponen crear un «Tesoro Europeo» que permita «respuestas coordinadas ante crisis sistémicas y estímulos presupuestarios para proyectos paneuropeos». Para ello, dicho organismo tendría que financiarse con nuevos «recursos propios» como, por ejemplo, «impuestos de sociedades comunes para las empresas de dimensión europea; el IVA armonizado o impuestos a la contaminación ambiental». De hecho, incluso, podría emitir «deuda propia». Una opción que ya está siendo barajada por los principales líderes de la UE.
En esta misma línea, estos supuestos expertos apoyan el nacimiento de un «Supervisor Financiero Europeo» y «aumentar la coordinación mundial entre Bancos Centrales». Es decir, un nuevo Banco Central Mundial. Por último, estos ladrones instan a los gobiernos del mundo a establecer «suelos impositivos» a nivel mundial.
En concreto, «niveles mínimos comunes de impuestos sobre sociedades y ganancias de capital que eviten la competencia a la baja (de tributos) y garanticen niveles suficientes de recaudación (fiscal)». Y ello, con el loable fin de «generar expansiones del gasto público mundial» frente a la crisis.
Para terminar de cerrar este círculo ideado al más puro estilo totalitario y fascista, la fundación del PSOE aboga, ni más ni menos, que por una «Organización Mundial de las Migraciones, con el propósito de ordenar y coordinar los movimientos de las personas, en su calidad de trabajadores de un mercado global».
Todo ello daría como resultado una «gobernanza global» a medida de los políticos para controlar las «finanzas globales». Dicho de otro modo, las elites que nos gobiernan desean fervientemente la creación de un Estado mundial para tutelar a su antojo y despótico arbitrio la globalización económica que, durante los últimos años, tantos beneficios ha propiciado a los individuos. El nuevo proyecto globalsocialista ya está en marcha… ¡Para echarse a temblar!
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