El derecho de competencia es puramente político
La fundamentación teórica del derecho de competencia es completa y radicalmente errónea.
La fundamentación teórica del derecho de competencia es completa y radicalmente errónea.
Imaginen que ese dinero, en vez de recibirlo los Estados para su consumo, lo recibieran los pequeños empresarios de países en desarrollo.
Cada vez son más evidentes los graves problemas que presentan los sistemas democráticos.
Si los clientes demandáramos lo que dice el RGPD que necesitamos, las empresas no tendrían más remedio que proporcionárnoslo.
Los trust de nuestro tiempo son por supuesto las tecnológicas, con nombres propios como Amazon, Google, Apple o Facebook.
Si las instituciones imperiales se corrompen y pierden su eficiencia, también colapsará el imperio.
Solo pueden crear imperios aquellos Estados que tengan unas instituciones adecuadas para la generación de riqueza y emprendimiento.
¿Creen las empresas que el gobierno español defenderá sus propiedades en una Cataluña independiente?
Para Scruton, los pensadores de izquierdas no proponen teorías, sino que exigen fe.
Parece muy difícil que los principios liberales triunfen apelando a la envidia.