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De no haber patentes, las empresas farmacéuticas emplearían su tiempo en crear mejoras significativas.
De no haber patentes, las empresas farmacéuticas emplearían su tiempo en crear mejoras significativas.
No aprendemos las lecciones de la historia económica porque nos ciega la ideología, el buenísimo y la miopía.
Es muy factible que una concepción flexible lleve a que una creciente cantidad de ciudadanos miren al liberalismo como una alternativa atractiva.
Hoy tenemos de ventaja el conocimiento y el capital acumulado durante un siglo.
Hayek siempre reconoció al padre Mariana como uno de los suyos.
Lo más peligroso es que el Gobierno juega a la política de hechos consumados.
Es necesario abrir con urgencia, pero con las garantías de que el virus permanecerá bajo control.
Mucha gente no quiere la verdad, quiere tener acceso al boletín oficial de lo que está pasando.
Los Gobiernos y los bancos centrales, apoyados por sus respectivos cortes de intelectuales, están reviviendo el fantasma de John Maynard Keynes.
Temamos los cantos de sirena y atémonos al mástil cuando escuchemos a partidos que ante problemas complejos ofrecen soluciones simples.