Skip to content

Antisionismo, claves para distinguir al antisemita actual

Compartir

Compartir en facebook
Compartir en linkedin
Compartir en twitter
Compartir en pinterest
Compartir en email

El conflicto de Oriente Medio ha vuelto a sacar a relucir los prejuicios judeófobos que tan extendidos están en algunas sociedades occidentales —a pesar de que en España apenas haya judíos, este país no es una excepción, sino más bien uno de los casos más fuertes—. Sin duda alguna, en ello tiene mucho que ver la actitud de muchos profesionales de los medios de comunicación, profesores de universidad, miembros del autoproclamado «mundo de la cultura» y determinados dirigentes políticos. Como ya explicamos en otras ocasiones, el antisemitismo es un odio que además de responder a un profundo rechazo a la libertad tiene la característica de ser elitista.

Todos estos antisemitas que tienen la capacidad de expresarse en público, y en muchos de los que lo hacen en privado por no disponer de altavoces mediáticos o académicos, suelen negar que son antisemitas. Se justifican diciendo que son «antisionistas», ocultando que el denominado «antisionismo» es la más moderna y políticamente correcta forma de antisemitismo. Ante esto, y puesto que la crítica al Gobierno de Israel o algunas de sus políticas es sin duda legítima, se hace necesario saber distinguir dicha crítica legítima (que puede ser acertada o no) de la judeofobia.

En algunos casos resulta evidente que estamos ante un antisemitismo sin disimulo alguno. Ocurre, por ejemplo, cuando se llama al boicot de «productos judíos» y se ofrece un listado de comercios de lo más variopinto, incluyendo algunos que no tienen entre sus principales accionistas a nadie que profese la religión de Moisés.

En otros casos, sin embargo, no resulta tan sencillo diferenciar. Suele decirse que el mejor modo de determinar cuándo se trata de antisemitismo es el doble rasero. Así, por ejemplo, si se niega la legitimidad de Israel para existir como Estado pero no la de otros países, es judeofobia. Lo mismo se puede decir si se montan todo tipo de acciones de protesta contra la intervención en Gaza mientras se guarda silencio ante las masacres en Siria o el verdadero genocidio de cristianos a manos de los integristas islámicos en Irak. El problema de esta técnica es que, funcionando en muchas ocasiones, nos topamos con que también se emplea el doble rasero con otros países o cualquier otro que genera antipatía por parte de alguien. Entonces necesitamos un método con menos excepciones. Y para eso nada mejor que mirar al pasado.

El antisionismo es la tercera forma histórica de la judeofobia europea (y, por extensión, occidental). Por lo tanto, lo mejor es mirar qué tiene en común con las anteriores expresiones de ese tipo de odio: el antijudaísmo religioso de raíz cristiano (en el caso católico superado oficialmente, aunque queden reaccionarios que no se han enterado, por la declaración conciliar Nostra Aetate, de 1965), mayoritario hasta bien entrado el siglo XIX y con fuerza incluso en el siglo XX, y el antisemitismo racial de los siglos XIX y XX, muy vinculado además a los nacionalismos y que llegó a su apogeo con el nazismo alemán. En contra de lo que pudiera parecer a primera vista, hay una continuidad entre las acusaciones que se lanzan contra los judíos desde esos tres tipos de judeofobia. Y es ahí donde puede radicar la clave que buscamos.

Una de las acusaciones históricas tradicionales de los antisemitas contra los judíos es la de ser un «cuerpo extraño», y por ende dañino, en la que debía de ser una comunidad armoniosa. Así, en la primera etapa eran negadores de Cristo en sociedades cristianas, en la segunda fase eran percibidos como un grupo ajeno a la raza propia de la nación (da igual que fuera la alemana, la francesa, la española o cualquier otra) y para el antisionismo es un Estado artificial inserto en el mundo árabe o islámico por las fuerzas coloniales.

Vinculado con la anterior está la más dura de las acusaciones, la de cometer el peor crimen que la mente humana pueda llegar a concebir. Durante siglos fue el deicidio, en sociedades muy influidas por la religión nada podía ser más grave que asesinar al mismísimo Dios hecho hombre. De ahí se pasó, en un mundo dominado por los sentimientos racistas y nacionalistas, a la acusación de ser traidores a la patria. Así surgió el Caso Dreyfus, al ser acusado dicho oficial francés de religión judía de espiar para Alemania. O en el caso germano, los nazis acusaban a los hebreos de la famosa e inexistente «puñalada» por la espalda que explicaría la derrota en la I Guerra Mundial.

Para las mentes contemporáneas, el peor crimen imaginable es el genocidio. Y de eso se acusa de forma constante a Israel, sin que los acusadores se paren a pensar en que ningún pueblo que sufre un genocidio gana constantemente población, que es lo que ocurre con los palestinos. Se llega al extremo de perversión al comparar a Israel o «los judíos» con los nazis y sostener que cometen un Holocausto igual al cometido contra el Pueblo de Israel. Este último es un genocidio que, sin ser el mayor en términos numéricos (el ucraniano a manos de la URSS o el ocurrido en la China de Mao son peores cuantitativamente), tiene unas características únicas que hacen que para muchos represente el grado máximo de maldad y que, al menos, hacen de él algo históricamente único.

Vinculado a la acusación de cometer el peor crimen posible, no faltaba en el caso nacionalsocialista la acusación de contaminar la pureza racial alemana. Esto es similar a cuando el antijudaísmo cristiano reprochaba al hebreo tratar de alejar a los buenos católicos de la fe en Cristo o cuando el antisionista acusa a Israel o los judíos de comprar voluntades de políticos o creadores de opinión. Esta, la perversión de los no judíos, sería la tercera acusación que nos permite detectar judeofobia.

Una cuarta, también recurrente de forma histórica, es la de manipular en beneficio propio a los gobiernos y los creadores de opinión de todo el mundo. Dicho de otra manera, se reprocha al conjunto de los judíos ser un poder oculto que trata de dominar el mundo y machaca sin piedad a quienes se oponen a sus designios. No era raro que en la Edad Media hubiera clérigos que acusaran reyes y nobles, incluso a obispos o cardenales, de estar manejados por los judíos. En los siglos XIX y XX la acusación se repite, y llega a articularse de una forma muy elaborada en Los protocolos de los sabios de Sión, una obra creada por los servicios secretos zaristas en 1902 a los que algunos todavía dan credibilidad.

En la actualidad no faltan quienes sostienen que Estados Unidos está al servicio de Israel, o que la industria del cine y los grandes medios de comunicación de todos los países están controlados por judíos —a pesar de que resulta imposible encontrar, por ejemplo, un director de periódico o un empresario de comunicación hebreo en España— y responden a los intereses de ese supuesto «lobby». Por supuesto, se sostiene que todas las grandes empresas y los grandes bancos están en manos de judíos. Si para eso hay que hebraizar a los gentiles Amancio Ortega o Emilio Botín, se hace sin problema alguno.

No vamos a decir que todos los que hagan alguna de las acusaciones contra Israel indicadas a lo largo de este artículo sean necesariamente antisemitas —puede tratarse de un mero desconocimiento que facilita la intoxicación—, pero sí están ayudando a extender el odio antijudío. Otros, sobre todo quienes se escudan en el clásico «lo que soy es antisionista», sí son abiertamente judeófobos aunque no quieran reconocerlo abiertamente.

La crítica a un Gobierno, el de Israel o cualquier otro, es algo positivo, pero no la difusión de un odio tan profundamente dañino y contrario a la libertad como la judeofobia. Es bueno tenerlo en cuenta a la hora de analizar la actualidad.

5 Comentarios

  1. ¿El antisionismo es
    ¿El antisionismo es antisemitismo?¿De verdad? ¿El BDS es antisemita???? Seguramente por eso hay millones de judios antisionistas, porque son antisemitas. Te recomiendo que te pases por la web de JEWISH VOICE FOR PEACE, una organización de judíos americanos. Doy por supuesto que tus amplios conocimientos, demostrados en este artículo tan revelador, incluyen el idioma inglés. Si no tienes bastante, pásate por la de J Street, una organización de estudiantes judíos, tambien norteamericanos. O a lo mejor prefieres pasarte por la de Rabbi’s For Human Rights. Todos según tu brillante razonamiento, son judios antisemitas. O igual te apetece psarte por la de la IJAN, la INTERNATIONAL JEWSISH ANTIZIONIST LEAGUE. Te puedo dar webs de víctimas judías del Holocausto que aprueban el boycott «antisemita» contra Israel.
    .
    Veo que a pesar de que te explayas sobre el tema, careces de los mas mínimos conocimientos para hablar de Sionismo. Verás, tiene poco que ver con los judíos. Es un invento del siglo XIX, que sigue las ideas nacionalistas paridas por los filósofos racistas románticos de entonces, los que pensaban que existian «pueblos» diferenciados, cada uno con su espíritu único. ¿Has oido lo del Volksgeist? Seguro que un tipo que ha hecho el DEA y tiene suficiencia investigadora y habla de sionismo lo conoce. Son las ideas de las que sale el nazismo, con su pueblo ario, y los peores nacionalismos europeos, los que provocaron la mal llamada primera guerra mundial. Las trasladó Teodor Herzl desde su temprana y corta militancia en los grupos blut und bloden racistas germanos a su sionismo. Un gran hombre, Herzl, que pensaba que la mejor forma de gobierno es la tiranía…
    :
    Si quieres los detalles del invento, la historia científica, irrebatible y demostrada, léete LA INVENCION DEL PUEBLO JUDIO, del muy judío Shlomo Sand, que es un historiador científico, lo suficientemente bueno como para ser catedrático de historia de la Universidad de Tel Aviv, que desmonta todas las absurdas ideas sionistas desde la ciencia, la historia, la antropologiía, etc. Ahí estan recensados, explicados y puestos en contradicción con las pruebas históricas todos los delirios sionistas: Eso del pueblo uniforme, que vaga miles de años despuñes de (no) ser expulsado, etc. Otros judíos que escribían igual que el de bien y mucho mejro que tu, como Victor Klemperer o Albert Einstein, dejaron escrito lo que pensaban de los sionistas, esos locos racistas, decían. Supongo que tambien eran antisemitas.
    .
    En fi, para terminar la clase sobre sionismo que explica por qué hay tanta gente judía que es contraria, recordemos que los sionistas aplaudieron las leyes raciales de Nuremberg, y que el 25 de agosto de 1933 firmaron un acuerdo de cooperación con los nazis, supongo que conoces la Ha’avara, que les convirtieron en el único movimiento político legal en la Alemania nazi, de hecho los SA les organizaban campos de entrenamiento para la migración a Palestina, a dónde llegaban en barcos con la svástica, imprimían su propaganda, etc. SI lo desconoces, léete Zionism in the age of dictators, del muy judio Lenni Brenner. Versión española: Sionismo y Fascismo, si la prefieres.
    :
    Por útimo, antes de hablar de forma tan indocumentada, errónea y falsaria del genicido, léete la definición que redactó un notorio judío Raphael Lemkin, incorporada a la caratde la ONU. Te refresco la memoria,. que seguro que ya lo has hecho, solo que no se te quedó grabado, y si te parece lo chequeamos, a ver si se corresponde con lo que hace Israel:
    Se entenderá por “genocidio” cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal:

    A) Matanza de miembros del grupo; –> A diario, supongo que lees las noticias.
    B) Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo; –> Idem
    C) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial;—> Idem, supongo que lees las noticias ys abes ocmo viven los palestinos de Hebron o de Gaza.
    D) Medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo; —> No se si detener las ambulancias con parturientas en los checkpoints basta…
    E) Traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo. — A diario. Supongo que leeslas noticias, destruccion de casas, eliminación de pueblos, no se s si se podría meter el encarcelamiento isn juicio y la detencion administrativa arbitraria de niños.

    Creo que el comportamiento de Israel cumple bastante bien lso requisitos, ¿no? Igual no merece el 10, pero un sobresaliente en genocidio si que le daría cualquiera.
    :

    En fin, la verdad es que es dificil leer mas tonterías injustificables en un solo texto.

  2. Estimados Marc Flores y
    Estimados Marc Flores y Antonio José Chinchetru: Escribo estas líneas por una parte, para felicitar al primero por su bien razonada refutación de la sarta de infundios y el intento de justificar la estigmatización peyorativa de todo aquél critique abierta o privadamente el perverso fenómeno social del SIONISMO.
    Es perversamente grave, ridículo y demencial, el uso de la estrategia de tratar de acallar las críticas de quien piensa diferente, en base a la intimidación, difamación y abuso de la insidia, contra quien libremente piensa y opina de manera racional, pero diferente…
    Es muy notorio, el fácil y frívolo el uso, que durante décadas se hizo de la injuria de «Fascista», simplemente para por este medio intimidar a la otra parte de una discusión, a fin de acallar argumentos y razones que evidencian la falta de estos por la otra parte.

    Es el mismo uso y abuso que se efectúa habitualmente, al acusar inmoralmente de «Antisemita» a quien libremente critica, los repudiables y criticables actos del Sionismo.
    El Señor Antonio José Chinchetru, por medio de sus inconcretas y densas argumentaciones, sumado a las torpes analogías que desarrolla, lo que hace innecesario el uso de tantas palabras, (El que critique el Sionismo es un judeófobo antisemita) afirmación esta, que subliminalmente encierra la perversa idea de: (si no me das la razón eres un racista y un xenófobo…)
    Por lo que a mí respecta, en mi respetuosa y modesta opinión, desde mi respeto del concepto de «Judío», he de deplorar estas trampas lingüísticas usadas en demasía por desinformadores y manipuladores sociales, fuente intelectual de múltiples crímenes a lo largo de la historia.
    Ahora bien: Estamos en la web de una institución (Instituto Juan de Mariana) que tiene por bandera, defender los derechos naturales, (A la vida, propiedad y libertad) con el objetivo de posibilitar la felicidad de las personas, por medio (Entre otros) de abortar, o al menos minimizar la capacidad coactiva y extorsionadora del Estado.

    Es por esta razón, por la que es aún más irracional, la pretensión de defender a un estado (El Estado SIONISTA y TEOCRÁTICO de Israel) que fundamenta su nacimiento y existencia, en la violación sistemática del derecho a la vida, propiedad y libertad de los ciudadanos Palestinos, y la discriminación sistemática de musulmanes y Cristianos (Ya no hablemos de felicidad…).
    Los pro SIONISTAS se llenan la boca con la defensa del derecho a poseer un estado propio en el que residir, pero no dudan en extirpar este mismo derecho a quienes han vivido continuamente durante milenios en este territorio (Sin privar a los Judíos del mismo derecho) tan vilmente arrebatado por los Sionistas.
    Más absurdo es aún, cuando «los más puros judíos del Mundo» los Sefarditas, son normalmente discriminados por la etnia conversa procedente del Cáucaso «los Jázaros» más conocidos por «askenazis» quienes gozan de supremacía en Israel, teniendo estos de Semitas, lo mismo que de TOREROS, siendo tan grave la hipocresía, que se dignan de acusar frívolamente de antisemita, a todo aquel que les señala con el dedo, dejando en evidencia cuan falaz es simplemente su existencia, más allá de la posesión de territorios.

    Es tan simple la evidencia de la mentira y manipulación que esto encierra, que simplemente analizando la etimología del gentilicio «Jázaro» palabra de origen Túrquico que significa «ERRANTE» viene a explicarnos la ilegitimidad de la exigencia de esta etnia, a reclamar la posesión y supremacía de «PALESTINA», que en el peor de los casos les correspondería al 1 o 2 % de los verdaderos judíos semitas que habitaban estas tierras a principios del siglo XX.
    Incluso de los SEFARDIES que aun siendo Judíos de origen (No conversos), genéticamente son tan Españoles o Portugueses como lo pueda ser (y repito en sentido contrario) un Torero…

    Su tierra histórica es la Península Ibérica, nadie les priva de que vivan donde les de la real gana, pero en ESPAÑA tienen su casa y la mayoría de los ESPAÑOLES (En mi opinión) les recibirían con los brazos abiertos (Por lo menos yo)

    Ahora: «llámame antisemita» hombre…

    Alberto Marigil Marco
    Email: info@albertomarigil.es – Facebook: https://www.facebook.com/amarigil – Blog: https://amarigil.wordpress.com/

  3. Es curioso que la mayoría de
    Es curioso que la mayoría de comentarios venga precisamente de personas antisemitas. ¿Estarán nerviosos por verse reflejados entre esos grupúsculos de personas que odian al pueblo judío?, Tal vez ésa sea la causa y la razón por la cual salten como potros salvajes para buscarse no sé qué inventivas con tal de justificar el antisemitismo y a su vez sentirse ellos mismo justificados. muy buen artículo , muy real y verídico. Y con comentarios como los que he leído en éste post, no hace más que recalcar la evidencia y la existencia de personas antisemitas en España.

    • Mientes Bellacamente Ruben.
      Mientes Bellacamente Ruben. Criticar el sionismo no es ser antisemita, eso es pura injuria. Te manifiesto que 3 de mis 4 apellidos son Sefarditas y siento una gran admiración y respeto por el honorable pueblo judío.

      Si tienes algo de honor te retractarás en tus injurias y trataras de argumentar y razonar respetuosamente como las personas por ti injuriadas así han hecho.

      De no ser así quedará evidenciada tu calidad moral como persona irrespetuosa, y por tanto inmerecedora de respeto.


Añadir un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Más artículos

Juego político en torno a Muface

La caída de Muface crea el caldo de cultivo perfecto para acusar a las autonomías (la mayoría del PP) de no invertir lo suficiente en sanidad.

Perro no come perro

De todos los descréditos a lo que Pedro Sánchez ha sometido el Estado de derecho, las instituciones o el mero poder estatal con tal de mantenerse en el poder, sin