En el año 711 unas gentes provenientes de Arabia cruzan el estrecho de Gibraltar y conquistan la península ibérica. En ese momento aún no existía un territorio que se denominara Aragón. Cuando comenzó la expansión del islam, nadie pensaba que aquel profeta que predicaba en la Meca iba a construir el germen de un imperio mundial. Desde la expansión del mundo árabe, que acaba hacia el 760, los únicos territorios que han perdido hasta hoy han sido la península ibérica y el norte de la isla de Sicilia. Tras la batalla de Guadalete, los visigodos son derrotados y el islam ocupa gran parte del territorio peninsular.
Poco después de esta expansión, al otro lado de los Pirineos comienza a reconstruirse en Francia la dinastía de los carolingios, que habían sustituido a los merovingios. Esta nueva dinastía comenzará con Carlos Martel, abuelo de Carlo Magno, rey de los francos en la segunda mitad del siglo VIII. Este reino se estructuraba en torno a una zona central, lo que correspondería con la actual Francia, dividida en distintos condados. El imperio estaba rodeado de enemigos, los sajones al norte, los pueblos bárbaros en oriente y los musulmanes en el sur.
La Marca Hispánica
Carlo Magno planteó varias fronteras entre estos territorios conflictivos. Se les denominó marcas. En cada marca había un marqués con funciones administrativas, además de militares contra enemigos exteriores. En la península ibérica creó la Marca Hispánica. El territorio llegaría hasta los Pirineos. En el curso del Ebro se establecería el límite sur de la Marca Hispánica. El territorio entre el Ebro y el Pirineo estaría administrado por el marqués. Esta marca correspondería con la actual Navarra, mitad de Aragón y casi toda Cataluña. Había varias ciudades relevantes como Tarazona, Huesca o Pamplona, pero sin duda la más importante era Zaragoza.
Carlo Magno necesitaba Zaragoza para defender su imperio. Los zaragozanos de la época estaban controlados por los musulmanes. En el 777 buena parte de la península estaba gobernada desde Córdoba, donde los musulmanes habían instalado su capital. En ese mismo año, la población de Zaragoza se negó a pagar los impuestos a Córdoba. La aristocracia zaragozana se veía amenazada por el norte y por el sur. Los zaragozanos enviaron una embajada a Aquisgrán. La Zaragoza musulmana se entregaría a Carlo Magno a cambio de que la reconociera y defendiera ante Abderramán I. Estamos ante uno de los ejemplos de lo que denominé en un artículo anterior como los movimientos antifiscales como motor de la historia.
El Cantar del Roldán
Carlo Magno aceptó la oferta de los zaragozanos y al año siguiente envío un ejército para asediar Zaragoza. Tras la negativa de los musulmanes a entregar la ciudad y las noticias de incursiones de los sajones en el norte de Francia, Carlo Magno se tuvo que retirar. En esta retirada es cuando se escribió el gran poema épico de Europa, el Cantar de Roldán.
Hacia finales del S.VIII el valle del Ebro está completamente dominado por los musulmanes, estableciéndose la frontera en los Pirineos. Empiezan a surgir aristócratas locales que comienzan a resignificar el cristianismo como oposición al islam. Por lo tanto, la situación que tenemos hasta hora en la península ibérica es la de varios territorios cristianos que comienzan a distanciarse del islam, como son el Reino de Pamplona, el Reino de Asturias, y en la zona oriental de los Pirineos varios condados bajo el dominio franco, como el condado de Hecho o el condado de Gerona.
En el próximo artículo veremos como uno de estos condados pirenaicos será el germen de lo que posteriormente se denominará Reino de Aragón.
1 Comentario
Mucho texto y mal resumido