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Mantener las reglas del juego, sí… salvo que sean incorrectas

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Se ha señalado insistentemente que cada gobierno que llega lo hace con su propio libreto, cambiando las reglas de juego e impidiendo que las cosas resulten bien. Se reclama que las reglas de juego deben ser estables. ¿Quién puede oponerse a este principio? Yo personalmente lo acepto, pero con una variante. No debemos sostener siempre las mismas reglas de juego, cualesquiera sean esas reglas. Debemos mantener el marco de reglas estable, siempre que las reglas sean las correctas.

Piense el lector por ejemplo en Cuba, una economía socialista que por más de medio siglo mantuvo las mismas reglas de juego, sin propiedad privada, sin elecciones, aislados del mundo. Esas reglas sólo llevan a la miseria. Cuba debe cambiar.Analizaré en esta nota el ejemplo de Argentina, país que inició un camino en 2003 que terminó con la abundante inversión extranjera directa de los años 1990, también con la estabilidad monetaria, retomó el sistema de reparto, volvieron los controles sobre los precios y sobre el tipo de cambio, se expandieron los planes y programas sociales, así como los subsidios a quienes lo necesitan y también a quienes no lo necesitan. Todo esto claramente debe cambiar.

Argentina necesita un marco de reglas con equilibrios macroeconómicos, partiendo por el equilibrio fiscal, lo que requiere de tres reformas fundamentales:

1.       Por el lado de los ingresos, una reforma tributaria, para que se simplifique la estructura tributaria, pero también para que se reduzca la presión tributaria. Más de 170 impuestos en los tres niveles de gobierno evitan que las empresas puedan generar actividad y empleo. Me parece que aplica aquí el concepto de la Curva de Laffer, donde desmantelando más de un centenar de impuestos, la Argentina podría incluso mejorar su recaduación.

2.       Reforma integral del estado, lo que implica revisar los presupuestos y reducir la órbita del estado, en línea con el principio de subsidiariedad. El estado sólo debe hacer aquello que el sector privado no puede hacer. Hay mucho de lo que el estado hoy hace que podría ser administrado parcial o totalmente por el mercado, y con ello tendríamos mejores resultados y a menor costo. El sector privado ha probado ser mucho más eficiente que el sector público. Sólo cuando podamos recuperar el funcionamiento del mercado, podremos visualizar qué rol cabe para el estado en su objetivo de inclusión. El presupuesto base cero ha sido una buena herramienta para reestructurar empresas cuya solvencia estaba comprometida y también para algunos estados fallidos.

3.       Reforma previsional, partiendo de un sistema de reparto quebrado, con la intención de recuperar ingresos dignos para la población pasiva, y al mismo tiempo con la intención de reducir la principal partida de gasto. El principal desafío aquí es definir una transición para un problema estructural que no puede seguir siendo ignorado.

Con estas tres reformas podrá alcanzarse el equilibrio fiscal y sólo mediante ellas la autoridad monetaria podrá abandonar la monetización del déficit público. Eso podrá evitar seguir inflando la economía con nuevas emisiones de dinero, pero aun queda pendiente resolver el enorme desequilibrio monetario hoy existente en las llamadas Leliqs. Aquí viene la cuarta reforma.

4.       Reforma monetaria y bancaria. Argentina necesita plantear una reforma que permita recuperar una moneda sólida, sea a través de la dolarización, o bien a través de reglas monetarias que pueda aplicar el BCRA. Un ejemplo de esto es prohibir a la autoridad monetaria acceder a comprar bonos del gobierno. Numerosos países han alcanzado el equilibrio fiscal bajo esa regla. Algunos economistas pensamos que esas reglas sólo se cumplirían transitoriamente, y por ello sugerimos que la dolarización es una solución más definitiva, en la medida que termina con el BCRA. Con Nicolás Cachanosky hemos propuesto una reforma de dolarización flexible que resuelve el problema del desequilibrio monetario, atendiendo también la dificultad de los pasivos monetarios. La propuesta permitiría alcanzar rápidamente estabilidad monetaria, reducir las tasas de interés nominales y reales, y con ello generando una rápida mejora en la actividad económica y el empleo.

Finalmente, es necesario atender el desequilibrio cambiario, con un cepo muy duro para adquirir divisas, eliminando la discrecionalidad en su manejo, terminando con el atraso cambiario y también con el cuello de botella que hoy enfrentan las empresas que necesitan divisas.

5.       Una reforma cambiaria, debe encarar todos estos frentes, empezando por levantar el cepo y permitir que el mercado descubra cual es el valor del dólar, de acuerdo demanda por un lado, y su escasez por el otro. Una vez definida ese valor, reconociendo el lugar en el que estamos, Argentina podrá encarar la dolarización a una definida tasa de conversión, o bien una nueva convertibilidad (que no lo considero deseable), o bien una política monetaria con metas estrictas. Esa reforma debería resolver el atraso cambiario, a partir de lo cual Argentina podría emprender un nuevo camino de crecimiento.

Por supuesto hay otros frentes, otras reformas urgentes como la reforma laboral para alcanzar una mayor flexibilidad que beneficie a los trabajadores para obtener oportunidades de empleo, además del frente institucional, donde la inseguridad jurídica, la burocracia, la corrupción sean modificadas en favor de la independencia judicial y más transparencia. Pero me parece que sólo entonces, una vez que estas reformas se haya practicado y que hayan resultado en equilibrios simultáneos en el frente fiscal, monetario y cambiario, que entonces sí podemos sugerir que las reglas de juego sean estables.

4 Comentarios

  1. En España se mantuvieron las reglas rígidas del falangismo durante unos veinte años, provocando miseria. Luego cambiaron las reglas un poco, muy poco, y vino el boom económico. Algunos imbéciles hoy opinan que la fase más izquierdista, dirigista, fascista de la dictadura española es mejor que el caos que padecemos con este régimen pseudodeomicrático del 1978, cuando son esquemas legales muy similares. Ahí están los resultados.
    Vamos camino del banco único, del corralito y el robo directo de los ahorros. Y la gente se queda tan ancha. ¿Será verdad esa conjetura de que el exceso de CO2 que producen las mascarillas reduce la testosterona en hombres y el estrógeno en mujeres, y, con ello se aumenta la sumisión al torturador?
    A mí me gustaría es reforma profunda de la Argentina. Es un país precioso para huír de España. Eso sí, además de reformas económicas hagan una ley de inmigración estricta: solo admitan expatriados de ideología libertaria. Dejen fuera a los españoles liberales y a los españoles socialdemócratas, porque les arruinarán las reforms econónimcas, si es que las consiguen.
    Pregunta básica para entrar en la Argentina del futuro: ¿Mises tenía razón cuando llamó a Friedman (et al.) socialista? Solo hay una respuesta válida: ¡SÍ!

  2. Gracias Adrián
    Apuntas en 5:
    «5. Una reforma cambiaria, debe encarar todos estos frentes, empezando por levantar el cepo y permitir que el mercado descubra cual es el valor del dólar, de acuerdo demanda por un lado, y su escasez por el otro. Una vez definida ese valor, reconociendo el lugar en el que estamos,… »

    Me gusta mucho esa expresión de ‘levantar el cepo’.

    Permíteme alongarme desde este otro contexto europeo de la Unión Económica Monetaria UME al punto 4. en el que hablas de la reforma monetaria… yo tengo inquitud por otro ‘cepo’ que desde 2003 tiene atrapados o presos a los tipos de interés en niveles bajisimos y hasta negativos ( reales y nominales), cosa que veo aprecias como bueno, pienso desde tu contexto argentino. La cosa es que este llamado problema o cepo en la literatura se ha denominado ‘trampa de la liquidez’ y siempre era considerado como una patología derivada de la preferencia por la liquidez (infinita a bajos niveles de los tipos). Toda patología es indeseable, la cosa es que estamos en trampa de la liquidez desde 2003 por no atisbarse inflación han dicho y aún dicen, con algo de cautela. Lo que me inquieta y sorprende es que algo teoricamente patológico se convierta en crónico y hasta deseable para los gobiernos que agradecidos financian sus déficits permanente y endeudamientos acumulados crecientes con adquisición de activos, compras de mercado abierto, del BCE. La cuestión que se me plantea es en nuestro contexto europeo ¿es la trampa de la liquidez (cepo) generada por la preferencia de la liquidez derivada de los bajos tipos de interés? O ¿son los bajos tipos de interés propiciados por las expansiones monetarias financiadoras de los déficits y endeudamientos públicos lo que causa una sorprendente y apacible ‘trampa de la liquidez’? ¿Puede haber connnivencia entre Autoridad Monetaria y Gobiernos?

    Disculpa mi atrevimiento, pero al leerte me fije en que nuestros dos articulos tenian alguna tangencia y me lancé a indicartelo.
    Gracias, de nuevo, Adrián. Un cordial saludo, José Manuel González Pérez.

  3. Gracias José Manuel por el comentario. Me remite a un intercambio que mantuvimos con Juan Ramón Rallo hace unos años…
    Ravier: https://www.elcato.org/abandonar-el-euro
    Rallo: https://www.elcato.org/una-defensa-moderada-del-euro
    Ravier: https://www.elcato.org/una-critica-radical-al-euro

    Dicho eso, aquí la nota apunta a otra cuestión. En Argentina el gobierno restringe la adquisición de divisas al precio oficial, lo cual abre un mercado informal con una brecha del 80 %. No veo relación entre el punto que quise hacer y el euro.


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