Juan Ramón Rallo ha producido un vídeo en respuesta a una breve nota de Jesús Huerta de Soto, respondiendo a su vez otro video de Rallo donde critica el coeficiente de caja 100%. Huerta de Soto ha declarado que el debate está zanjado y no va a seguir respondiendo. Sobre todo, porque todos sus argumentos se tratan con detalle en su conocido libro Dinero, Crédito Bancario y Ciclos Económicos, que va por su octava edición.
No obstante, me gustaría comentar brevemente el vídeo de Rallo.
Ausencia de la teoría del ciclo
Rallo, siguiendo su teoría feketiana de la liquidez, argumenta, por ejemplo, que la expansión crediticia impulsada por los bancos con reserva fraccionaria, cuando no existe un banco central que pueda rescatarlos, es limitada, porque los bancos tienen cuidado de no dejar que su liquidez se deteriore demasiado. Esto muestra, una vez más, cómo el enfoque de la liquidez oscurece la visión de lo que es más importante, a saber, los efectos que tiene la expansión del crédito generada por el sistema de banca con reserva fraccionaria sobre la estructura de bienes de capital. De hecho, la teoría austriaca del capital brilla por su ausencia en el vídeo, y en toda la teoría de Rallo. Y, sin embargo, es crucial.
Así, en primer lugar, el video no tiene en cuenta para nada la teoría austriaca del capital y de los ciclos de Hayek y Mises. Pasa por alto que toda creación de medios fiduciarios a través de la expansión crediticia de la banca con reserva fraccionaria disminuye artificialmente los tipos de interés. Esta inyección de medios fiduciarios por la banca con reserva fraccionaria siempre distorsiona la estructura productiva, porque la disminución relativa del tipo de interés hace que parezcan rentables proyectos de inversión que no lo serían con tipos más altos. Se emprenden proyectos más ambiciosos que son insostenibles con los escasos ahorros de la sociedad.
Auge y recesión
Después del auge artificial impulsado por la expansión crediticia se genera una recesión. Y en la recesión las inversiones y activos de los bancos sufren grandes pérdidas. Suben los préstamos morosos. En este momento, los clientes pierden la confianza en los bancos y van de manera masiva a retirar sus depósitos. Es entonces cuando surgen las “corridas” bancarias en ausencia de un banco central que les pueda rescatar.
Ignorar la teoría de capital y que toda expansión crediticia causa ciclos económicos es el mismo error que comete George Selgin, y que desmonta con detalle el profesor Huerta de Soto en el capítulo 8 de su libro. Por eso, que hasta ahora hayan sobrevivido los sistemas bancarios de países dolarizados como Panamá y Ecuador, no significa que sobrevivan indefinidamente. Pues están sometidos al riesgo crónico de que sus bancos inicien una expansión crediticia (al unísono o no).
Al mismo riesgo crónico se encuentra sometida la empresa Tether que menciona Rallo que no es sino un shadow bank que opera con un 10 por ciento de coeficiente de caja y que aunque hasta ahora ha podido sobrevivir a sus corridas dado lo liquido de los activos en los que invierte no hay ninguna garantía de que no se esfume en el futuro, pues su modelo de negocio se encuentra siempre en el filo de la navaja.
El fantasma de la deflación
En segundo lugar, igual que en un video anterior de Rallo, se quiere asustar a los argentinos con el riesgo de deflación y crónica recesión que supuestamente generaría el 100 por cien de reservas y se utiliza precisamente este miedo a la deflación para justificar una oferta monetaria «flexible», es decir un sistema bancario con reserva fraccionaria, que genera grandes cantidades de dinero (en forma de medios fiduciarios) en beneficio propio sin conocimiento ni control de nadie (aprovechándose de un señoreaje idéntico al del falsificador de moneda).
En mi libro Defendiendo la deflación me he dedicado a desmontar todos los argumentos en contra de la deflación en un mercado libre, y que se utilizan para justificar la inflación. Por un lado, la deflación de precios como resultado de un aumento de la productividad es algo maravilloso. Es parecido a un dividendo por crecimiento que se otorga a toda población. Por otro lado, la deflación de precios como resultado de un aumento de la demanda del dinero es la solución al deseo de aumentar los saldos reales de tesorería de los agentes económicos. Y como las compras y ventas marginales que los individuos efectúan para conseguir este objetivo varían, también los precios relativos varían, como consecuencia natural de sus valoraciones subjetivas.
Por último, después de una expansión crediticia y un auge artificial, y si no existe un banco central que reinfle la masa monetaria, suele haber una contracción crediticia que genera una fuerte deflación de precios. Esta contracción crediticia es una reacción del mercado a la previa agresión monetaria de la banca con reserva fraccionaria y acelera la recuperación al purgar las malas inversiones más rápidamente.
Coeficiente del 100 por ciento y aumento de precios
Pero, es más, en el sistema de dolarización en Argentina con coeficiente de caja 100% propuesto por Milei, ni siquiera los precios caerían. Aumentaría la oferta monetaria con la entrada de dólares que inundarían Argentina cuando aumente su demanda monetaria. No habría necesidad de efectuar reajustes artificiales y significativos de los precios a la baja, porque a la mínima vendrían los dólares de fuera. Rallo resalta este supuesto riesgo deflacionario para justificar neutralizarlo con la emisión de medios fiduciarios, ocultando que su introducción como prestamos artificialmente disminuye el tipo de interés y genera malas inversiones.
Además, solamente el coeficiente de caja de 100% inmuniza al sistema de las contracciones súbitas de la oferta monetaria que cíclicamente genera la reserva fraccionaria forzando deflaciones y recesiones mucho más agudas y dolorosas (aunque estas contracciones crediticias aceleren la recuperación al liquidar las malas inversiones más rápidamente).
En tercer lugar, la interpretación de Rallo sobre la creación de los bancos centrales es errónea. Oculta el bien documentado y paradigmático caso de la creación de la Reserva Federal en los EE.UU. que surge a instancias de los propios banqueros privados (J.P. Morgan y Rockefeller) para lograr un prestamista de última instancia.
La barrera entre depósito y un préstamo
En cuarto lugar, Rallo extiende indebidamente a los fondos del mercado monetario la exigencia del 100 por cien cuando estos no plantean ningún problema desde el punto de vista de los defensores de un sistema bancario con reservas 100 por cien. Pues los fondos del mercado monetario sólo garantizan la devolución de lo invertido a su precio de mercado, no a su valor nominal. Por tanto, no se pueden igualar los fondos monetarios con las operaciones que, en fraude de ley, ocultan un depósito a la vista con devolución en cualquier momento de su nominal (con pacto de recompra, etc.).
En quinto lugar, hay que comentar la recomendación del profesor Huerta de Soto de considerar como depósitos los préstamos de plazo inferior a 30 días. Un “préstamo” con plazo de un segundo que se autorrenueva es equivalente a un depósito a la vista y por eso se le exige también un coeficiente de caja de 100%. Lo mismo ocurre con un préstamo auto renovable de una hora, de dos horas o de un día.
Ahora, la pregunta es ¿dónde está el límite temporal en el cual el instrumento financiero que replica el depósito a la vista se convierte en un préstamo genuino? Y la solución práctica y conservadora aplicable a los bancos privados que propone el profesor Huerta de Soto son los plazos inferiores a 30 días, donde por costumbre empieza la demanda de los créditos comerciales a los bancos.
Por otra parte, los particulares ya están sometidos a las penas del código penal por apropiación indebida de depósitos y equivalentes a expensas de la interpretación por los tribunales de las circunstancias particulares de cada caso. Y en un sistema anarcocapitalista puro, la práctica y la costumbre establecerían la frontera temporal entre depósitos y préstamos.
De la reserva fraccionaria al banco central
La conclusión paradójica es que la reserva fraccionaria induce la creación de prestamistas de última instancia (bancos centrales) que a su vez la hacen mucho más dañina. Los defensores de la reserva fraccionaria creen, ingenuamente, que eliminando los bancos centrales, la reserva fraccionaria y la expansión crediticia se convierten en algo positivo. Pero, aunque la eliminación de los bancos centrales mejora las cosas para la reserva fraccionaria, ni aun así se eliminaría su pecado original: la creación de medios fiduciarios siempre genera ciclos desestabilizadores como demuestra la teoría de la Escuela Austriaca (Hayek y Mises) que Rallo pasa por alto.
A la menor crisis que tarde o temprano siempre llega por la mala inversión que induce la creación de medios fiduciarios, surge de nuevo el clamor popular por crear el banco central para salvar a los banqueros y depositantes afectados, y así, sucesivamente, vuelta a empezar. La reserva fraccionaria crea una situación inestable y paradójica que solo se soluciona definitivamente y del todo con el coeficiente del 100 por cien y la eliminación de los bancos centrales. Por último, quiero destacar que cualquier interesado en el debate, antes de tomar posición, debe leer «Dinero, crédito bancario y ciclos económicos» que está en su octava edición y mi libro Anti-Rallo.
Ver también
- El último discípulo de Menger: en memoria de Antal Fekete
- Contra Blumen y en defensa de Fekete
- Utilidad marginal y liquidez
Debate sobre reserva fraccionaria y liberalismo
Respuesta de Jesús Huerta de Soto a Juan Ramón Rallo sobre la banca Simons. (Jesús Huerta de Soto).
5 Comentarios
Los fondos monetarios advierten del riesgo de impago. Ok. ¿Y si una cuenta corriente lo advirtiese, entonces no habría problema?
Pregunto ¿Algún contrato de cuenta corriente de un banco europeo o Español establece que almacenarán en guarda en custodia los euros ingresados en la cuenta, como si hacen claramente con las aportaciones de títulos valores en una cuenta de valores? Si los contratos de cuenta corriente no son una deuda.
¿Por qué los contratos de cuenta corriente explicitan la protección del fondo de garantía de depósitos? ¿Están los actuales contratos de cuenta corriente diciendo expresamente: «Si te robo, el fondo de garantía de depósitos te cubre mi robo»?, o más bien dicen igual que un fondo monetario: «Si quiebro, puedo impagarte total o parcialmente, el fondo de garantía de depósitos cubre hasta 100.000€, y aun así en el concurso de acreedores tú tendrás derecho a reclamar lo que sobrepase de 100.000€»
… debemos insistir con mis amigos españoles … Milei NO está proponiendo dolarización en primera instancia … está hablando de canasta de monedas … y no ha cejado en afirmar su excelente propósito de cerrar el Banco central argentino … no lo crean tan inocente como para de entrada switchear su Banco por uno peor como el sistema de Reserva Federal que actúa con toda impunidad porque imprime los dolares y sus bonos en el cuarto de junto que le vienen en gana y cuenta con el beneplácito fiduciario de que todo el mundo se los acepta … convirtiéndose en el exportador de inflación monetaria y expansión de crédito más grande de la historia … ya tiene suficiente inflación argentina como para inocularse una mayor dósis dolarizándose y montarse en el tigre de su depreciación … lo mismo que cuando los europeos pusieron la iglesia en manos de Lutero con el euro … 101 Economics …
Por cierto, parece que Milei no solo ha puesto nerviosa a toda la izquierda ( no vaya a ser que le vaya bien!) sino tambien a los teoricos de la reserva fraccionaria ( Rallo, Selgin), no vaya a ser que siguiendo a Mises, Rothbard, Huerta de Soto y un servidor, establezca el coeficiente de caja del 100 por cien (y tambien sea un exito!).
Philipp, te equivocas totalmente. Al menos conmigo. Yo por mi parte estaría feliz de estar equivocado si Milei tiene éxito expresamente por aplicar la reserva 100%. No tendría ningún problema en reconocer mi error. Al contrario, estaría feliz de reconocerlo.
Muchas gracias Phillip.
No os podéis imaginar lo importante que son estos perspicaces debates teóricos de política económica para los actores del mercado y las personas en general porque cambia el marco conceptual del debate en la vida pública. Hay que apoyar filosóficamente con ideas superiores a los «policy makers» que muchas veces se ven solos cuando llegan al poder para hacer las reformas, porque lo cómodo es no arriesgarse. Ahora hay una ventana de oportunidad única para implementar medidas innovadoreas y que pueden cambiar el curso de historia.
Que las fuerzas del cielo ayuden a Javier Milei y al pueblo argentino.