El buen hombre ha defendido, como era de esperar, que se desconecte a aquellos internautas que utilizan sistemas de intercambio de archivos. Hasta ahí, nada de especial. Lo increíble es que, para defender esta propuesta, ha dicho que así se exonera a los usuarios "al igual que se hace con los consumidores en la lucha contra la droga".
Reconozcamos que Olcese ha demostrado ser muy inteligente. A diferencia de Ramoncín, Pau Donés, Teddy Bautista, José Luis Borau y muchos otros, él no insulta directamente a los internautas que no se comportan como ellos quieren. Él puede argumentar que no llamó a nadie ladrón, puesto que no lo hizo, ni tampoco drogadicto. Sin embargo, esto último es lo que ha insinuado. Al igual que se considera que el drogadicto no es responsable de su adicción, con su equiparación pretende que el usuario de redes de pares no tiene sus facultades mentales plenas y, por tanto, hay que perseguir a su "camello".
La idea que trata de transmitir es que las redes de pares son algo parecido al mercado de las drogas. A un lado se encontrarían los consumidores, indefensos y faltos de inteligencia o voluntad, y en el otro unos delincuentes que se lucran con el mal ajeno. Como estrategia de comunicación es brillante. No pretende mostrar odio o rechazo por los internautas. Trata de transmitir que siente piedad por esas mentes débiles que se hacen daño a sí mismas y al resto de la sociedad. En realidad, esta postura es en el fondo mucho más ofensiva que la otra.
No tiene en cuenta, además, otra cuestión que también es cierta. Las descargas que los "creadores" denominan "ilegales" no dañan a quienes las consumen. No tienen ningún efecto nocivo sobre estos "drogatas del P2P". Es más, tampoco dañan a los músicos; está suficientemente demostrado que las únicas perjudicadas son unas compañías discográficas que no quieren o no saben adaptarse a los cambios producidos los últimos años. Quédese tranquilo por tanto el señor Olcese. Descargarse música de internet no es malo para las facultades mentales. Lo que sí tiene efectos de este tipo es tomarse en serio los argumentos de la Coalición de Creadores, la SGAE y similares.