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Las cinco grandes aberraciones de PSOE y Podemos en los Presupuestos para 2022

Publicado en Libertad Digital

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Suben impuestos a las empresas para pagar subsidios electoralistas y subidas salariales para los funcionarios. Las pensiones, contra las cuerdas.

Nada más conocerse el Proyecto de Presupuestos Generales del Estado que ha presentado el gobierno para 2022, Libre Mercado alertó de los numerosos peligros que esconden los planes del Ejecutivo para la economía española. Se trata, sin duda, de unas cuentas caras y fantasiosas, repletas de castigos al sector productivo y dádivas electoralistas.

Ya hemos hablado de cómo la propuesta de Sánchez incluye un descarado maltrato a Madrid, que recibe la mitad de la inversión que Cataluña. Pero hay muchas más sombras en los PGE 2022, que repasamos a continuación.

1. Más gasto que en plena pandemia

El Presupuesto consolidad de gasto sigue creciendo y, pese a haber crecido con fuerza en 2020 y 2021, se incrementa otro 0,6% en 2022. De modo que el Ejecutivo de Pedro Sánchez considera necesario seguir aumentando el gasto a pesar de que la pandemia ha remitido y la mayoría de las restricciones económicas se han levantado.

2. El agujero de las pensiones ya alcanza los 43.000 millones

El gobierno se ha comprometido a revalorizar las pensiones con la inflación media. El problema es que la caja de la Seguridad Social no se alimenta del IPC, sino de las cotizaciones sociales. Por tanto, lo único que está haciendo el Ejecutivo es ensanchar el agujero del sistema de pensiones. Solo en 2022, la subida será del gasto será del 4,8%. No sorprende, pues, que el agujero del sistema siga sin cerrarse y ya ascienda a 43.000 millones de euros.

3. Fondos europeos con políticas anti-europeas

El Ejecutivo plantea un nivel nunca antes visto de inversión pública, hasta llegar a la cifra de 40.000 millones, incluyendo 28.000 millones que se financiarían a través del fondo activado por los socios europeos para el «rescate» de la economía tras la pandemia. Pero dicho programa está vinculado a ciertas condiciones, entre las cuales está la reforma del sistema de pensiones o la reforma del mercado laboral. Y, en ambos casos, los planes del gobierno son diametralmente opuestos a las recomendaciones de Bruselas, hasta el punto de que estamos hablando de auténticas contrarreformas. Por tanto, no está tan claro que la Unión Europea vaya a desembolsar estas ayudas y permitir que, al mismo tiempo, el gobierno se salga con la suya en cuestión de pensiones y trabajo.

4. Ingresos tributarios inflados

El crecimiento económico que plantea el gobierno en los Presupuestos Generales del Estado es claramente superior a las estimaciones que barajan la mayoría de los organismos públicos y privados. Esto también significa que los cálculos referidos a la mejora de los ingresos están «inflados», puesto que el aumento de la producción al que está ligada tal subida recaudatoria va a ser mucho más tímida de lo que plantea el gabinete de coalición entre PSOE y Podemos. Si a esto le sumamos el hecho de que, lejos de hacer una estimación conservadora, el gobierno planteaba una subida de los ingresos tributarios del 10,8%, parece evidente que las cuentas están alejadas de la realidad, con el agravante de que los gastos sí se realizan, de modo que el agujero resultante es la deuda de mañana. Para ilustrar la dudosa fiabilidad de las estimaciones del gobierno, es importante recalcar que la recaudación planteada, de 233.352 millones, supera holgadamente los ingresos de 2019, antes de la pandemia, cuando los recursos tributarios ascendían a 212.808 millones.

5. Más impuestos para subsidios y sueldos públicos

La deducción que se aplicaban las empresas dedicadas al alquiler de vivienda en el Impuesto de Sociedades bajará del 80% al 45%, una reducción de casi un 50%. En dicho gravamen, se planteará igualmente un «suelo» del 15% que afectará a las empresas que facturen más de 400 millones de euros. También sube el Impuesto de Matriculación, con un repunte del 20% que encarecerá en 1.000 euros la compra de un automóvil promedio. Además, suben las cotizaciones que abonan las empresas (un 1,7% extra en los salarios más altos), empeora el tratamiento de los autónomos y se reduce más aún la deducción del IRPF por aportaciones a planes de pensiones. Y, no lo olvidemos, se anuncia un «catastrazo» que elevará los ingresos obtenidos en tributos de todo tipo: Sucesiones, Donaciones, Patrimonio, Transmisiones Patrimoniales, Plusvalía Municipal… En cambio, los gastos de personal aumentan un 3,4% e incluyen una subida salarial del 2% para los empleados públicos. No solo eso, sino que se anuncian subsidios de corte electoralista para los jóvenes, incluyendo el «bono de alquiler» o el «bono cultural».

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