En dicha nota, los portadores de esta sopa de letras de la propiedad intelectual se quejaban, pobrecitos ellos, de que en 2008 sólo había recaudado 83,3 millones de euros. Esta minucia representa, nos contaban a los receptores del mensaje un 9,41% menos que lo obtenido en 2006 y un 8,58% menos que en 2007.
Hice un esfuerzo ímprobo por sentir pena por ellos, pero tras algo menos de un segundo de concentración desistí. Me resultaba imposible. No puedo lamentar que esas entidades ganen unos cuantos millones menos de euros que antes. Pero lo que me llamó la atención no fue la caída de la recaudación, ni el tono de lamento o el puyazo que lanzaban contra la plataforma Todos Contra el Canon (comprensible, puesto que no son precisamente sus mejores amigos).
Lo realmente llamativo del comunicado eran los argumentos y el lenguaje. Supongo que no tienen nada de novedoso, pero hace tiempo que dejé de prestar mucha atención a lo que dicen los Bautista, Borau, Sisa (es un apellido, no un chiste) y compañía. Por este motivo, supongo, volvió a llamarme la atención como ya lo hizo hace unos cuantos años. La nota que me llegó comenzaba diciendo que "las entidades de gestión son sociedades sin ánimo de lucro". Casi me caigo de la silla. Su comportamiento prueba de forma constante lo contrario.
Estas entidades destacan además "el carácter mutualista de las entidades de gestión, que destinan un 20% de estos ingresos a actividades sociales y asistenciales entre los asociados". Eso, así, parece muy bonito. Pero no lo es. El dinero utilizado para ello se ha obtenido de forma ilegítima, por muy de acorde a la legislación que sea. Cuentan además que el 9% de lo recaudado tiene como destino "gastos de gestión y administración". Eso corresponde a una ineficiencia total y absoluta o a unos sueldos realmente exorbitados por parte de algunas personas. Posiblemente ambas cosas.
Pero lo mejor de todo es el final, el lamento con el que se cierra el comunicado: "Las entidades de gestión reclaman seriedad a la hora de valorar los derechos de propiedad intelectual y evitar sensacionalismos que confunden a la sociedad y que pretenden, únicamente, erosionar los derechos de los titulares a favor de aquellos sectores empresariales que fabrican los equipos y soportes, que deben abonar legalmente dicha compensación". ¡Qué me digan dónde tengo que ir a cobrar mi cheque!
Reclamen lo que quieran, pero como decía aquel: "Las reclamaciones al maestro armero". Ya que me quitan el dinero al comprar un CD o una memoria para mi cámara fotográfica, al menos que no llamen sensacionalista.