La trampa se esconde en que con Estados cada vez más grandes y con más poder no es necesario que el ciudadano sepa qué leyes va a provocar su voto.
Algunos autores, como Matt Bruenig, afirman que la propiedad privada es contraria a la libertad y el capitalismo es coercitivo y genera patrones persistentes de pobreza.
Racionalmente es fácil el recurso al hombre del saco -el Estado es el mal puro, el mercado es el mal puro-, pero lleva a una progresiva parálisis de la curiosidad
¿Serían capaces los fieles de arrimar el hombro y mantener una Iglesia independiente del poder político?
No es arriesgado concluir que el hombre enfermo de España en 2015 es la administración pública, y promete seguir siéndolo durante muchos años.
La Escuela Austríaca muestra la competencia como un proceso dinámico, no estático, donde el empresario tiene que descubrir oportunidades de negocio continuamente.
Se trata de rebatir una opinión muy extendida sobre la supuesta incompatibilidad entre el cristianismo y la economía de mercado.
Eisenhower era un hombre modesto que, a diferencia de Teodoro o de F.D. Roosevelt, rehusó utilizar su presidencia para fomentar el culto a su persona.
En Cataluña la disputa se entabla entre los amigos de un Estado y los que anhelan construir una réplica de éste.
Ojalá que más de dos mil años de continuados fracasos en la tarea de erradicar la pobreza le hayan servido a la Iglesia para comprender que una cosa (muy encomiable)