El gigante asiático ha despertado también en el campo de la inteligencia artificial (ii)
La información y el control que el presidente chino va a tener sobre su población va a ser inmensa.
La información y el control que el presidente chino va a tener sobre su población va a ser inmensa.
El futuro será de las grandes empresas tecnológicas estadounidenses y chinas.
¿Qué ocurriría si los sistemas de IA analizasen las reacciones de miles de millones de personas a determinadas frases, comentarios, tonos de voz o gestos?
Sería interesante explorar soluciones de naturaleza institucional que no supongan una prohibición en los términos en los que estamos acostumbrados.
Los Estados tal y como están concebidos hasta la fecha no sirven para hacer frente por sí solos a al cibercrimen.
Internet facilita la posibilidad de obtener ingentes beneficios a base de ejecutar operaciones de escasísimo importe.
La solución pasa por la responsabilidad individual a la hora de que busquemos nuestro propio equilibrio entre beneficios y riesgos asumibles.
Las penas fundamentales serían básicamente pecuniarias y, excepcionalmente, para los casos de incumplimiento, el boicot y el ostracismo.
Si las calles, aceras y parques fuesen de propiedad privada, las labores de vigilancia y control serían más fáciles.
El positivismo adolece de una serie de inconsistencias internas de carácter puramente teórico.