La libertad desordenada de Argentina
La anarquía no es una característica aleatoria de la sociedad argentina. El problema normativo de la economía argentina no es la anarquía en absoluto, sino el exceso de regulación por parte del Estado.
La anarquía no es una característica aleatoria de la sociedad argentina. El problema normativo de la economía argentina no es la anarquía en absoluto, sino el exceso de regulación por parte del Estado.
Desde la salida del Reino Unido, el debate sobre ambiciosos acuerdos de libre comercio y la reducción de la regulación ha quedado relegado a un segundo plano.
Este cambio hacia la izquierda en la región se debe también a un agotamiento de la sociedad en relación con la pandemia del Covid19 y sus consecuencias en el plano social y económico.
Una forma de intervenir es influyendo activa y voluntariamente sobre las valoraciones de los agentes económicos.
La política económica de Hitler tenía la intervención en el mercado como pilar fundamental, aunque no era una economía planificada al estilo soviético, ya que se respetaba la propiedad privada de los medios de producción, pero el peso del Estado en la economía era mayúsculo.
¿Y quién está ahí, abriendo camino, defendiendo la ciencia, la decencia y a las mujeres? No es un político ni un líder comunitario. Es J.K. Rowling.
El apoyo al pluralismo no es una postura inherentemente progresista. De hecho, hay muchas razones por las que los conservadores deberían apoyar el pluralismo como estructura de las relaciones sociales.
Nada de lo dicho debe de entenderse como que la gestión madrileña ha sido una gestión basada en la libertad. Ni de lejos. Lo que ha jugado a favor del resultado comparativo entre Madrid y China es que aquí las restricciones de libertad han sido menores.
Una vez más, vuelven a dar por muerto a Bitcoin. Esta vez los aspirantes a enterradores son el director del departamento de infraestructura de mercados y medios de pago del
Hemos visto en la cumbre de la COP27 en Egipto, en la que multitud de estados y compañías petroleras han defendido sus intereses con uñas y dientes y han apoyado la idea de que dichos estados sigan subsidiando y tratando de manera preferente a determinadas empresas petroleras