Antes de dirigir nuestra atención al modo en que Marx aplicó la teoría del valor-trabajo en el entorno del capitalismo industrial, tenemos que analizar cómo las opciones de diseño de Marx ya configuraron la imagen del mundo hacia una ficción en la que Marx esperaba poder injertar su teoría de la explotación.
I Marx y la teoría del valor-trabajo Marx sabía que Smith había abandonado la teoría de valor-trabajo, que utilizaba para explicar la actuación económica en un entorno precapitalista y optó por la teoría de coste de producción para explicar los procesos del capitalismo. Marx no sólo elogió a Smith por este cambio en su manuscrito de 1861-63 (Vol. 30, p. 393), sino que aplicó la teoría del coste de producción en el Tercer Libro de El Capital (C3), escrito entre 1864 y 1865, que nunca llegó a publicar en su vida.
La teoría del valor-trabajo como instrumento para el engaño
Pero Marx en el primer volumen de El Capital (C1), escrito en 1867, optó por guardar silencio sobre el valor de coste de producción y aplicó la teoría del valor-trabajo puro a las condiciones del capitalismo industrial como una teoría apta. Como somos plenamente conscientes del hecho de que Marx, al menos en 1861, sabía lo que es apto para el capitalismo industrial, y en 1865 utilizó esa teoría del coste de producción para explicar el capitalismo industrial, tenemos que concluir que engañó deliberadamente a sus lectores mediante la aplicación de la teoría valor-trabajo puro para explicar la explotación. Solo la defectuosa teoría del valor-trabajo puro podía servirle para hacer creíble que los trabajadores son explotados inherentemente y que el capitalista no tiene ningún papel en la creación de valor.
II Un mundo sin Estado ni comunidades. Marx creó la teoría del valor-trabajo en un mundo puramente económico. No se concedía ningún papel al Estado o a las comunidades en su gran diseño. Diseñó el mismo mundo económico puro para desarrollar su teoría económica, como hicieron economistas neoclásicos; como Carl Menger. La literatura marxista, no obstante, sólo culpa a los economistas neoclásicos de esta elección de diseño y no menciona que Marx hizo lo mismo en su libro clave.
Un mundo sin escasez, riesgo ni incertidumbre
III Sin escasez ni incertidumbre. En este mundo económico puro, Marx omitió tres características claves que forman parte del mundo económico de Adam Smith y Carl Menger: la escasez, la incertidumbre y el riesgo. Se trata de una importante elección de diseño, ya que permite suprimir el papel de la acción y del cálculo empresarial, que es imprescindible en un entorno siempre cambiante e inseguro.
IV Un mundo estable. En consecuencia, los productores de Marx actúan en un entorno de simple circulación, en un mundo estable, que produce bienes bien establecidos con patrones de producción conocidos. Ello permite que la tradición solidifique los precios. Este mundo está muy lejos del siempre cambiante mundo del capitalismo dinámico, elogiado vivamente por Marx en el Manifiesto Comunista (1848) o en C1 (p.451-470). Este diseño permitió a Marx eliminar el papel de invención e innovación empresarial.
V El Robinson Crusoe de Marx. El agente humano actuante de Marx es un productor individual que no cuenta con inversión de capital. El Robinson Crusoe de Marx sólo calcula con el tiempo de trabajo para dividir su esfuerzo de producción entre varias actividades (p.93-4). Este diseño permitió a Marx legitimar la teoría del valor-trabajo como una reconstrucción pseudohistórica del cálculo económico en la economía simple y quitar la importancia de cálculo con la inversión de capital en la acción económica.
Maximizar la utilidad
VI Un homo economicus que maximiza la utilidad. El lema de productor individual de Marx es la maximización de utilidad. Produce bienes para la mejor satisfacción posible de sus necesidades o para intercambiarlos por otros bienes que satisfagan mejor sus necesidades. Su capitalista solo se mueve por una codicia sin límites. Marx no menciona ni la cultura, ni la comunidad, ni el honor, ni ningún otro motivo non-económico. El agente económico de Marx es afín al agente económico típico del pensamiento económico neoclásico.
VII El hombre-máquina de Marx. Sin embargo, hay un importante contraste entre Marx y Menger al respecto de sus agentes humanos. Los agentes humanos de Menger tienen, por un lado, iniciativa humana, capacidad de inventar, capacidad de ampliar sus conocimientos y aprender de sus propios errores y, por otra parte, necesidades crecientes. Estas dos características son los claves del dinamismo en el mundo económico de Menger. El agente humano de Marx es solo una máquina de maximización de utilidad y no tiene otra característica. Su agente económico en realidad no es un humano. Es un agente representativo de las funciones económicas que actúa predestinado según sus supuestas funciones económicas. Por ejemplo, la figura de capitalista sólo consume, no tiene ninguna función empresarial y solo se interesa en acumular capital.
Una teoría para una economía precapitalista
VIII La competencia no existe. El mundo económico en el que dedujo su teoría del valor-trabajo carecía de competencia y todos los productos de la misma categoría se consideraban como ejemplar medio de su clase (p. 49). Así, a pesar de que la frase inicial de C1 hacía creer que examinaría el capitalismo industrial, en realidad Marx estableció la validez de la teoría valor-trabajo en una economía pseudohistórica y precapitalista carente de invenciones y acciones empresariales hacia la reducción de los costes de producción, y a proporcionar una mejor calidad por el mismo o mejor precio.
IX Erradicar el elemento creativo. Al limitar su teoría del valor a las mercancías producidas con fines de intercambio (p.43), Marx logró dos objetivos:
- Esta caracterización del capitalismo le permitió reducir el ámbito de su análisis a las mercancías reproducidas y no desarrollar una teoría del valor más amplia que incluya todas las variedades de bienes. Esta limitación es propicia para llegar de forma creíble a la conclusión de que solo el trabajo crea valor porque solo cuenta con los bienes producidos con trabajo.
- Al hacer hincapié en que su mundo económico consiste en la fabricación de productos ya inventados y diseñados, preparó la erradicación de la creación de valor por el agente económico inventivo-innovativo y empresarial y, creíblemente, podía concentrar su atención en el trabajador que solo reproduce los diseños creados por un mano invisible en el sistema Marxista.
Una economía sin consumidores
X Sustitución de la demanda individual por la necesidad social. Una vez que el producto se vende, el consumidor desaparece en el momento de la compra y es sustituido por la necesidad social y por la sociedad. “Para producir una mercancía, no solo debe producir valor de uso, sino valores de uso para otros, valores de uso sociales.” (p.50) La sustitución de la demanda individual por el uso social le permitió a Marx dejar de preocuparse por la evolución y cambios de las necesidades de los consumidores individuales y diseñar un mundo en que la demanda es dada. Eliminar el consumidor ha preparado el terreno para su concentración unilateral en la producción y la eliminación del papel de los empresarios para ajustar la producción a las cambiantes necesidades de los consumidores.
Marx tenía todos los elementos para forjar una teoría marginal subjetiva del valor
XI Todos los elementos en su mano. Marx finalizó el C1 en 1867, unos años antes de que la teoría marginal del valor subjetivo fuera descubierta por sus contemporáneos, Carl Menger, William Stanley Jevons y Leon Walras, alrededor 1871-1874. La descripción del valor de uso de Marx contiene cinco elementos claves para una teoría de valor marginal subjetivo:
- La mercancía satisface necesidades humanas y “la utilidad de una cosa hace de ella un valor de uso” (p. 44).
- Valor de uso de una mercancía aplicable únicamente a una cantidad determinada de mercancía.
- El valor de uso de una cantidad de mercancía es independiente de la magnitud de esfuerzo de trabajo necesario para producirla (p. 44).
- Los productores producen mercancías por su valor de cambio, pero para ellos no tiene valor de uso. Los productores esperan que signifiquen un valor de uso para sus futuros consumidores. En consecuencia, el vendedor valora menos la mercancía que piensa vender que la mercancía que podría obtener a cambio de ella (p. 98).
- Solo con la venta se aclara que una mercancía ya producida tiene valor de uso (p.46).
A Marx sólo le faltó unir estas cinco observaciones en una teoría para ser el descubridor de la teoría del valor marginal subjetivo. Pero descartó el valor subjetivo (p. 45) y optó por la teoría valor-trabajo, ya que esta le permitió desarrollar su teoría de explotación.
Marx: descripción de un capitalismo sin capitalismo
XII Sustitución de la figura del empresario. Marx descartó el impacto de la valoración de los consumidores. También, como hemos visto, eliminó la invención empresarial al hacer hincapié en la reproducción circular de productos ya conocidos. Así mismo, excluyó el impacto de incertidumbre y riesgo. Como consecuencia, erradicó tres características claves que especialmente caracteriza las economías de mercado o capitalistas. Estas erradicaciones fueron hechas creíbles en su retrato pseudohistórico de la economía circular, simple y precapitalista de Robinson Crusoe, en las que los productos y los precios se estabilizaban debido a la existencia de un patrón tradicional de comportamientos.
Pero Marx tenía que abrir puertas al mundo dinámico del capitalismo industrial. Marx optó por abrir una puerta trasera para explicar los cambios de los precios relativos en el capitalismo. Su puerta trasera fue dar una oportunidad para la reevaluación retroactiva del valor del tiempo de trabajo consumido para producir una mercancía. Marx, estipula que el valor del tiempo de trabajo socialmente necesario solo se fija cuando el producto producido se vende. Con esta reevaluación retroactiva dio un papel central a la consecuencia. Porque el éxito de venta según el precio calculado es consecuencia de que el productor ha estimado bien el mercado y que ha tenido en cuenta el posible impacto de innovación empresarial, las mejoras en la eficiencia de producción, o la demanda cambiante de los consumidores. Esta solución ofrecía a Marx la posibilidad de prescindir del papel empresarial.
Bibliografía
Marx, K. and Engels, F. (1861-63) Economic Manuscript of 1861-63. MECW vol. 30. 2010th edn. London: Lawrence & Wishart Electric Book (Marx Engels Collected Works).
Marx, K. (1867) El Capital. Libro I. 2009th edn. Madrid: Siglo XXI.
Serie ‘El fraude Karl Marx’
(I) Un revolucionario revestido de científico
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